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¿Cómo lo hizo?

Donald Trump tomó las reglas de la política moderna, las rompió y quedó como el llanero solitario en la puja por la candidatura presidencial republicana
viernes, 6 de mayo de 2016 · 00:00
AP
Washington, D. C.

¿Encuestas? ¿Quién las necesita? ¿Recaudación de fondos? Nada de qué preocuparse. ¿Medir las palabras? ¡Ni modo! Donald Trump tomó las reglas de la política moderna, las rompió y quedó como el llanero solitario en la puja por la candidatura presidencial republicana. ¿Cómo lo hizo?

LO PRIMERO QUE SE LE OCURRE
Es lo que sus partidarios adoran. Él dice lo primero que se le viene a la cabeza. Rechaza "lo políticamente correcto”. Insulta tanto a rivales como a críticos. Se divierte. Después de una sarta de improperios, explica: "Eso es lo que quiero decir con ser políticamente correcto; cada tanto uno puede divertirse, ¿no les parece?’” Muchos candidatos pueden pensar algo y quedarse callados, pero Trump lo dice: "Me gustaría golpearlo en la cara”, dijo sobre un manifestante opositor. Escuchar un discurso de Trump de cabo a rabo es someterse a una gramática particular. Sus oraciones oscilan en distintas direcciones a medida que se le ocurre algo distinto. Cuando apela a su tradicional "por cierto”, no hay manera de anticipar dónde irá.

CICATERO
El multimillonario se enorgullece de hacer una campaña barata, aprovechando los medios de difusión de una manera que sólo puede provocar envidia en sus rivales. Se manejó durante la mayoría de las elecciones primarias con un personal reducido al mínimo. No tiene director nacional de finanzas. Nunca estableció una operación tradicional de recaudación de fondos. Es cierto que su sitio tiene botones para que la gente haga "donaciones”, pero nada de cenas de gala ni fotografías de paga. En el principio de su campaña, Trump tuiteó: "Hasta ahora no he gastado casi nada en mi puja por la presidencia y estoy en primer lugar. Jeb Bush ha gastado 59 millones de dólares y está liquidado”.

NINGUN ENCUESTADOR PROPIO
El precandidato obsesionado por las encuestas no tiene un encuestador. Otros aspirantes gastaron cientos de miles de dólares en encuestas para determinar la repercusión de sus mensajes en las primarias. Trump sigue su instinto. A menudo dice a sus seguidores que depende de su esposa, Melania, para tantear el sentir de los votantes. "Ella es mi encuestadora”, afirmó. "Ella es realmente inteligente”.

CAMBIOS DE OPINION
A la mayoría de los candidatos les aterra ser catalogados como "veletas”, es decir, que la gente considere que ellos cambian de opinión según sople el viento y donde vaya la corriente. Trump cambia de idea con todo desparpajo, no solamente de una semana en otra o de un día para otro, sino a veces en el mismo discurso. "Nunca he visto a una persona exitosa que no fuese flexible”, afirmó Trump en un debate republicano. "Hay que ser flexible porque así se aprende”.

INCÓGNITAS
Los precandidatos suelen presentar planes de cinco puntos y documentos en los que fijan su posición política, algunos de manera más detallada que otros. Trump es todo lo contrario. Su supuesto plan para reemplazar el sistema de salud promovido por el presidente Barack Obama fue más declarativo que detallado. Su reciente discurso sobre política exterior fue un dechado de generalidades. Le encanta confundir a sus rivales sobre sus intenciones. "Tenemos que ser impredecibles a partir de ahora”, afirma.

BOCA SUCIA
Trump intercala vulgaridades en sus discursos, aunque ha retrocedido un poco después de que lo regañó Melania. Muchos políticos usan profanidades, por supuesto, pero por lo general evitan hacerlo en público. Trump no tiene pelos en la lengua y ha usado un término ofensivo contra su rival Ted Cruz. Suele insultar a diestra y siniestra a sus adversarios, a quienes ha endilgado los motes de patético, mentiroso, perdedor, desagradable, maligno y otras calificaciones poco halagadoras y por cierto, no muchos precandidatos aprovechan el podio para referirse al tamaño de sus propios genitales.

DESPRECIO POR LOS SUPERPACS

Se volvió rutinario para los precandidatos depender de los superpacs independientes para apoyar sus campañas con la inversión de millones de dólares en avisos políticos. Trump no apeló a ese recurso en las primarias y se enorgulleció en proclamar que no tenía un superpac, aunque de todos modos han aparecido algunos en su apoyo. Al entrar en la puja dijo: "No necesito el dinero de nadie. Es agradable... No estoy usando a cabilderos ni donantes. No me importa. Realmente soy rico”. Ahora que se acerca la elección general, está pensándolo dos veces.

EL DINERO MANDA
Hace cuatro años, el candidato presidencial republicano Mitt Romney fue criticado como pez gordo del mundo empresarial. Trump ha convertido la codicia en una virtud. "Toda mi vida ha sido codicia, codicia, codicia”, dijo en un mitin en Iowa. "Atrapaba todo el dinero que podía. Soy muy codicioso, pero ahora quiero ser codicioso para Estados Unidos. Quiero atrapar todo ese dinero. Voy a ser codicioso para Estados Unidos”.

INSULTOS
Mujeres. Hispanos. Musulmanes. Trump hilvanó su racha de victorias pese a proferir una serie de insultos que podrían chocar a vastos sectores del electorado. Empezó con el discurso en el que anunció su precandidatura, cuando dijo que entre los inmigrantes mexicanos venían violadores, traficantes de drogas y otros delincuentes. Después prometió impedir la entrada de musulmanes a Estados Unidos. Durante toda su campaña ha tenido palabras duras para las mujeres y su aspecto, burlándose de la apariencia de Carly Fiorina, retuiteando una foto poco favorecedora de Heidi Cruz y acusando a Hillary Clinton de jugar la "carta de mujer”. A sus partidarios les encanta que "diga las cosas como son”.

GALLO DE RIÑA
A Trump no le asusta ninguna pelea, aún con un medio conservador poderoso como el canal Fox. En enero se negó a participar en un debate patrocinado por Fox después que el canal se negó a retirar a Megyn Kelly como moderadora. Se indignó de que Kelly le preguntara en un debate anterior sobre afirmaciones que había hecho sobre las mujeres, pero tampoco rechaza componer la situación: accedió a una entrevista con Kelly más adelante este mes.

¿PRESIDENCIAL? NO HAY APURO
Trump promete que actuará de manera más "presidencial” cuando llegue el momento, pero por ahora se divierte y divierte a sus partidarios. "Puedo ser presidencial”, afirmó en un mitin el mes pasado. "Pero si fuese presidencial, solo un 20% de ustedes estarían aquí porque sería la mar de aburrido”.

EL CABELLO
Su tradicional peinado podría necesitar un buen retoque de ser elegido presidente. "Probablemente me peinaría hacia atrás. ¿Por qué? Porque esto es demasiado duro para peinar”, dijo en un mitin en Iowa hace algunos meses. "No tendría tiempo porque si estuviese en la Casa Blanca estaría trabajando a más no poder”.

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