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Se defiende Rousseff

Rousseff recordó a los senadores que fue reelegida en 2014 por 54 millones de votantes; añadió que en todo momento se atuvo a la Constitución e hizo lo mejor para el país
martes, 30 de agosto de 2016 · 00:00
AGENCIA REFORMA
Ciudad de México

La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, defendió ayer su inocencia y advirtió de un golpe de Estado frente a los senadores que la juzgan por violar normas fiscales.

 

"Sé que seré juzgada, pero mi conciencia está limpia. No he cometido delito. No puedo sino sentir la amargura de la injusticia”, dijo al inicio de su alegato en el juicio político.

 

Rousseff recordó a los senadores que fue reelegida en 2014 por 54 millones de votantes. Añadió que en todo momento se atuvo a la Constitución e hizo lo mejor para el país.

 

Recordó que su compromiso político se remonta a los años de lucha contra la dictadura militar, cuando fue torturada y encarcelada, un periodo en el que tenía miedo de la muerte y de las secuelas de la tortura.
"Pero no cedí, resistí. Ahora, a los casi 70 años, después de ser madre y abuela, nunca renunciaría a los principios que siempre me guiaron: Tengo un compromiso con mi país, con la democracia y el Estado de Derecho”, aseguró.

"No lucho por mi mandato, por vanidad o apego al poder. Lucho por la democracia, por la verdad y la justicia, por el pueblo de mi país”, afirmó la presidenta suspendida de Brasil, que se mostró serena y utilizó un tono firme en su discurso ante el pleno del Senado.

 

La comparecencia de Rousseff en su juicio político es la culminación de un enfrentamiento que se remonta a fines del año pasado, cuando la Oposición presentó la moción de destituirla.

 En los próximos días, el Senado, en su carácter de juez, decidirá si la destituye permanentemente.

La presidenta izquierdista, que está en la mitad de su segundo período, es acusada de violar normas fiscales para ocultar problemas del presupuesto.

 Ella sostiene que no ha violado norma alguna y que sus adversarios están llevando a cabo un golpe de Estado.

Ante los 81 senadores, constituidos en jueces y dirigidos por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, como garante constitucional del proceso, Rousseff insistió en su inocencia y avisó que no esperen de ella el que denóminó como el obsequioso silencio frente a los cobardes que pretenden atentar con el Estado de Derecho.

 

"Estamos a un paso de la consumación de una grave ruptura institucional, de concretar un verdadero golpe de Estado.

 "Vengo a mirar directamente a los ojos de sus excelencias y a decir con la serenidad de quien nada tiene de qué responder que no cometí crímenes de responsabilidad”, denunció.

"Soy acusada injusta y arbitrariamente”, insistió Rousseff, que reiteró que las acusaciones de maniobras fiscales en las que se basa el juicio político en su contra son pretextos para derribar a un Gobierno legítimoamparándose en la Constitución.

 Varios cientos de manifestantes concentrados frente al Congreso la aplaudieron a su arribo.
En mayo, el Senado votó por 55 votos contra 22 suspenderla durante 180 días mientras preparaba el juicio.

Michel Temer, su Vicepresidente convertido en su némesis, asumió la presidencia interina. En caso de destitución, Temer cumplirá el resto del período, que finaliza en 2018.

 Un funcionario que tuvo acceso al alegato inicial de Rousseff reveló el domingo que su tono sería muy firme, lo que acrecentaría las tensiones luego de los primeros tres días del juicio, en los que abundaron insultos, gritos.
Frente al Congreso se erigió un gran muro para separar a partidarios de Rousseff de los activistas a favor de la destitución.

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