El Mundo

Argentina, a la baja

La profunda caída del peso ha mostrado a la población que el fantasma de la crisis económica está más presente
miércoles, 19 de septiembre de 2018 · 00:00

Agencia Reforma
Ciudad de México

La devaluación del peso en Argentina ha sumido al país en una nueva crisis económica, por lo que han tenido que recurrir al FMI.

A inicios de este año, muchos economistas tenían augurios favorables para Argentina, luego de que en 2017 la economía creció un 2.7 por ciento y la coalición política que lidera el presidente liberal Mauricio Macri triunfó en las elecciones de medio término de octubre.

Sin embargo, una profunda devaluación del peso le ha mostrado a la población argentina y a inversores que el país no ha dejado atrás una historia de volatilidad financiera crónica.

¿Qué provocó la crisis?
El endeudamiento público, la histórica volatilidad del peso argentino, la renovada confianza en la economía estadounidense y una época de sequía han abonado de alguna forma al desplome de la economía de este país en el último año.

La caída del peso
Durante mucho tiempo economistas sostuvieron que el peso argentino estaba sobrevaluado, a lo que el Gobierno respondió con el anuncio de una devaluación gradual de la moneda.

Lo que nadie esperaba era ver al peso caer contra el dólar a la velocidad que lo hizo en abril, ahogado por dudas respecto del control que tiene la Casa Rosada sobre la inflación. Sobre todo, afectó las alzas de las tasas de interés de la Reserva Federal estadounidense, que fortalecieron al dólar y provocó que los inversionistas retiraran su dinero de otros mercados para llevarlo a Estados Unidos.

Endeudamiento
Además, Argentina atraviesa una crisis por su enorme deuda pública: según datos oficiales, ésta alcanzó 320 mil 935 millones de dólares en 2017. La cifra representa un 57.1 por ciento del Producto Bruto Interno del país y un aumento del 33.3 por ciento de la deuda desde que Macri asumió el poder.

Como la mayoría de la deuda está en moneda extranjera, el incremento del dólar hace que la deuda contraída sea más costosa.

La inflación
La alta inflación de Argentina es uno de los elementos que hacen al país más vulnerable que otros mercados emergentes a la aversión de inversores globales a activos riesgosos.

Durante años, gobiernos populistas emitieron pesos para financiar un creciente déficit fiscal, lo que provocó un alza de los precios al consumidor.

El gobierno de Macri limitó esa práctica, pero los incrementos de las tarifas de servicios públicos para recortar subsidios y el déficit fiscal han mantenido la inflación en niveles elevados. Además, la intensa devaluación de los últimos meses ha acelerado el ritmo de la subida de los precios.

La caída en la actividad económica
Además de los efectos de la tormenta financiera, Argentina ha sido golpeada por elementos que sobrepasan su control.

Durante el verano austral las principales regiones agrícolas del país fueron azotadas por la peor sequía de las últimas décadas, que provocó severas pérdidas en las cosechas de soja y maíz, productos que constituyen la columna vertebral de los ingresos del país.

Con el impacto de la sequía en el sector agrícola, la economía se ha contraído en los últimos tres meses y economistas creen que el país se encamina hacia una recesión. En junio, la economía retrocedió un 6.7 por ciento, la peor caída interanual desde la crisis financiera mundial del 2009.

FMI ¿al rescate?
Argentina pidió un financiamiento de 50 mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional tras la fuerte devaluación del peso y un pronóstico poco alentador de la economía global.

El gobierno de Macri dijo que buscaba evitar una crisis económica y que debe actuar ante una situación compleja en el mundo por el alza de las tasas de interés y el incremento de los precios del petróleo.

Con el préstamo se pretende estabilizar la económía: apuntalar las reservas, apaciguar las presiones sobre la moneda, asegurar recursos para el pago de deuda hasta fines de 2019 y restablecer la confianza internacional en el país.

Los expertos creen que para acceder al crédito del FMI, que sería de al menos unos 20 mil millones de dólares, el organismo pedirá una aceleración del ritmo de ajuste de la economía. Por eso, el Gobierno anunció una meta de déficit más dura para este año y también reducirá su objetivo para 2019 y 2020.

La noticia generó enojo y preocupación entre gran parte de la población, que aún responsabiliza al organismo internacional por el colapso económico de 2001-2002, que derivó en una crisis de deuda y arrojó a millones de argentinos a la pobreza.

¿Cuáles han sido los efectos?
La recesión amenaza dos de las promesas centrales de la campaña presidencial de Macri: alcanzar “pobreza cero” y generar trabajos de calidad para los argentinos.

A inicios de agosto, el presidente reconoció que la pobreza probablemente creció como consecuencia de la inflación y la desaceleración económica, mientras que el número de trabajadores registrados comenzó a caer luego de haber alcanzado un pico en diciembre del 2017.

El gobierno planea reducir gastos en obra pública como parte de su objetivo de recortar su déficit fiscal, enmarcado en el acuerdo con el FMI, lo que podría exacerbar las pérdidas de empleos.

Además, la crisis podría tener importantes efectos políticos. Macri venía sufriendo una caída en su imagen por sus políticas de ajuste, que en los últimos tiempos conllevaron a un aumento de las tarifas de servicios como el gas y la luz.

Es prematuro saber si la oposición capitalizará el malestar -que se ha manifestado a través de constantes protestas callejeras-, pero podría aprovechar esta crisis para endurecer su postura en asuntos como el aumento de tarifas, que pretende frenar en el Parlamento.

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