Yo soy San Quintín

martes, 27 de enero de 2015 · 00:00
Yo soy San Quintín, ese que está allá abajito, despuesito de Maneadero, sí, el que quiere hacerse municipio y quitarle a Ensenada la mitad de su territorio y el título de "el Municipio Más Grande del Mundo”,  el de las almejas, los ostiones, los tomates y los jornaleros agrícolas, como si el territorio y lo que hay en él cambiara su condición si modificara el membrete, o como si ese título le haya representado algún beneficio a alguno de sus ciudadanos; ya sabemos que ésta no es la mejor forma de presentarnos ante ustedes, pero sí creemos que son las referencias que más fáciles puede usted identificar, si usted no ha tenido la oportunidad de visitar físicamente las tierras sanquintinenses, nosotros le ayudaremos a conocer la región de San Quintín y sus alrededores. 
Como antecedente, y en eso no vamos a abundar (no queremos que se dé cuenta que de historia no sabemos gran cosa) le diremos que el origen y el nombre de nuestra región como tal, se le atribuye al registro del tornaviaje de una de las travesías del navegante Rodríguez Cabrillo, seguido por el paso misional que en la península se diera por frailes jesuitas y franciscanos, hasta llegar al repunte agrícola que en los años ochenta se presentó en la zona trayendo consigo el asentamiento de trabajadores del campo inmigrantes que asentaron e hicieron de San Quintín su lugar para vivir. 
En particular se podría decir que el incremento de la superficie de cultivo de tomate generó que la población de las delegaciones municipales que comprende la zona, fuera insuficiente para cosechar la producción, haciendo necesario que la ruta migratoria de los trabajadores, casi todos originarios de comunidades indígenas del sureste del país, se extendiera desde Sinaloa hasta Baja California, dado el vínculo de las empresas agrícolas con presencia en nuestra región, activando y potenciando esta actividad en la región luego de sufrir embates en las décadas anteriores después de las buenas épocas de producción de papa y chile, cuando el gobierno federal capitalizó el campo mexicano, con los resultados que muchos conocemos y tema que alguna vez si tenemos oportunidad abordaremos. 
Como todo crecimiento demográfico no programado, si es que se pudiera programar alguno o por lo menos hacerlo de forma ordenada, ocasionó que la población y sus necesidades se multiplicaran exponencialmente, dejando casi sin posibilidades de atender debida y proporcionalmente a los requerimientos a los órdenes de gobierno y sus representaciones, lo que por una parte resultó en un desarrollo de la actividad, un repunte económico en las actividades y servicios vinculados con la agricultura y en un aumento en la población que dejó de ser flotante  para pasar a establecerse permanentemente, creando un polo de desarrollo con un marcado rezago social, reflejo de una realidad subjetiva o mejor dicho relativa, que existe, pero que es en su mayor parte heredada; que persiste, pero donde muchos o significativos avances se han tenido, dónde queda mucho por hacer, esperando que  conjuntamente con presencia de los órdenes de gobierno pero sobre todo con el compromiso y responsabilidad de quienes habitamos aquí, en el lugar más alejado de Ensenada, nuestra aún cabecera municipal, de Mexicali y obviamente de la sede del gobierno federal.  
Yo soy San Quintín, ese del que si nos permite, seguiremos hablándole y lo pondremos al tanto de lo que somos, del qué y por qué queremos ser, y de cómo lo pensamos lograr. Por lo pronto agradecemos nos permita un poco de su atención, esperando que en la próxima ocasión que nos visite o escuche de nosotros, nos vea a través de un cristal diferente. Ojalá que sea mejor.


Jorge A. López
Presidente del Comité Promunicipalización de San Quintín, A. C.
cpmsq@outlook.com

...

Comentarios