Yo Soy San Quintín

lunes, 16 de enero de 2017 · 00:00

Oportunismo

Las expresiones de inconformidad por la situación que estamos cruzando, aprovechando el tan popular  deporte ese en el que sí somos campeones los mexicanos el de quejarse del gobierno, como una práctica diaria de buena parte de la ciudadanía, luego entonces, basado en esa idea las manifestaciones pues deberían desbordar las calles y poner en jaque a la clase política. La verdad es que no, no son suficientes.
Las marchas, los paros, las tomas, por desgracia, pierden su peso específico cuando de pronto las molestias alcanzan a quienes no tienen culpa, donde se asoma el oportunismo de líderes identificados con partidos políticos que no pierden la ocasión, haciendo lo posible para sacar raja en su favor, partidos en el gobierno y los de oposición culpándose entre sí.
Muchos son los argumentos; hasta pareciera que nuestros gobernantes se empeñan en no dejar de darnos motivos para mantenernos inconformes, gobernadores anunciando ajustes de cinturón dejando a la opinión pública con la sensación de ser otra simulación, que no propone resolver la situación de fondo, ser sólo paliativos que parecen más a los distractores que se les aplica a los niños ofreciéndoles algún dulce para mitigar el dolor por algún raspón ocasionado por una caída. 
Hasta hoy no he escuchado algún planteamiento que nos ayude a mejorar nuestro régimen político que vaya en el sentido de provocar el cambio de formas de ser y hacer gobierno, mucho se habla de renuncias, de destituciones, de cambio de partidos y de corrientes políticas, nadie habla de promover la participación ciudadana, de modificar el sistema electoral que permita evaluar y sancionar el desempeño de nuestros empleados, de estimular la participación de la población sobre todo la más jóvenes en el ejercicio del derecho del voto, que nos recuerde a quien se deben los funcionarios y empleados gubernamentales. 
Si me permite decirlo así, países con mejor suerte que el nuestro, en los que el desarrollo social de su población, donde la estabilidad y el crecimiento de sus economías, de un mejor sistema educativos, con mejores expectativas de vida, sin temor a equivocarme, no son resultado de marchas, manifestaciones ni de alternancia de partidos de una clase política que se tapa con la misma cobija, son más el resultado de una sociedad que ejerce en su conjunto valores como el trabajo, la ética, la honestidad y el respeto mutuo y el ejercicio pleno de los derechos ciudadanos, donde hacer los correcto y lo debido es lo cotidiano, donde la transa y el beneficio indebido no es lo común y es castigable.
Como gran parte de las personas con las que nos toca cruzar ideas sobre nuestra situación actual, sigo estando en desacuerdo con el desempeño de nuestro presidente, me sigue quedando a deber el gobierno del estado, muy bajas son las expectativas del nuevo Ayuntamiento, de la misma manera en que estoy en desacuerdo con las manifestaciones que afecten las actividades cotidianas, sobre todo las que afecten la de por sí raquítica economía de la población general. Seguiremos esperando otras rutas con la esperanza de que no sean bloqueadas o tomadas por el oportunismo.

Por: Jorge A. López

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