#Columna

Yo Soy San Quintín

lunes, 17 de julio de 2017 · 00:00
GRADUADOS

Despacito, pasito a pasito, y ¡no! No es la de moda, o mejor, es la otra que está de moda, la de subir peldaño a peldaño por la escalera de la educación, preparando a los jóvenes para la vida; alcanzando uno a uno el siguiente grado en cada rango y para lo que se ha trabajado, unos con mucho esfuerzo, otros con menos, pero el caso es alcanzar la meta. 
Nuestra región se distingue, a pesar de los pesares, por contar con un muy buen nivel académico en los planteles educativos tanto públicos como privados en la el nivel básico. De la misma manera que en las instituciones de nivel profesional las cosas parecen ir mejorando poco a poco.
En suerte, la necesidad de tener que salir de la región para estudiar en el nivel profesional es menor año con año, las opciones paulatinamente crecen en número y mejoran en su nivel académico, lo que nos permite contar con mejores profesionista cada vez.
Las graduaciones, como llamamos al cierre del ciclo escolar para alcanzar el grado máximo en cada nivel, desde preescolar hasta las licenciaturas y algunas maestrías que ya son ofertadas en San Quintín, hacen otra forma de evidenciar el crecimiento demográfico de la zona. Bien por esa parte donde la oferta educativa mejora cada vez.
No obstante, todos los "asegunes” que se viven en el magisterio en Baja California donde entre que la reforma educativa y las finanzas del Sistema Educativo Estatal los tienen en jaque, (según mi percepción indebidamente por cierto) con todo y eso, podemos decir que en educación a San Quintín no le va tan mal.
Como siempre hay un pero, en este caso la objeción es: ¿Y qué hacemos con los graduados?, con los que ya la hicieron, con los que no y con aquellos que por diversas razones ya no siguen estudiando. En los tres casos la situación no es fácil. La oferta laboral no corresponde al número de personas que buscan emplearse, resultado del fin de cursos de cada periodo. De la misma manera que a los que no libran la selección de ingreso y quienes no siguen, para todos ellos la incorporación al mercado laboral resulta el otro gran reto.
Lo que nos lleva de nueva cuenta a la misma sencilla, pero gran pregunta: ¿Qué estamos haciendo por nuestros jóvenes?, ¿Qué entorno les estamos construyendo? Hasta donde se ve, las oportunidades son cada vez más limitadas y la falta de proyección de las autoridades y la apatía ciudadana, deja en estado de indefensión a nuestros jóvenes refiriéndonos a las escasas posibilidades de lograr empleos dignos, con remuneraciones acordes a las necesidades de cualquier individuo que pretenda basar en el fruto de su trabajo la realización personal y de su respectiva familia.
Por lo pronto, si alguno de los suyos se graduó o está por graduarse por estos días, felicítelo, "apapáchelo” y motívelo a prepararse permanentemente; recuerde que, actualmente, las exigencias del mercado laboral son cada vez mayores. No deje pasar cualquier oportunidad para recordarle a nuestras autoridades que el desarrollo económico también es un necesidad regional en rezago. 

...

Comentarios