El Valle

YO SOY SAN QUINTÍN

lunes, 23 de abril de 2018 · 00:00

 NADA PARA NADIE

Frase utilizada en el argot deportivo, cuando el marcador no indica ventaja para alguno de los participantes, sin temor a equivocarme (como siempre, ruego por que sí) en razón de que al momento generar estas líneas, faltan una horas para el debate presidencial le puedo asegurar que para el tiempo en el que usted las está leyendo seguramente estará de acuerdo conmigo.

Resulta casi imposible no enterarse de estar en tiempo de contienda electoral, por todas las vías los partidos y sus respectivos equipos de campaña están haciendo todo lo posible con tal de hacerse notar sea legal, ético, moral; o no.

Si usted no está entre aquellos que defienden a capa, espada y a ojos cerrados las siglas, el color y a los candidatos de algún partido, entonces podrá decir que desde siempre el resultado de los debates ha sido insustancial.

Dados los formatos utilizados y las estrategias que establecen los asesores de los participantes, hacen todo menos debatir; de la corrupción, la seguridad y democracia, mucho y nada se dice, temas recurrentes en torno a los que se hacen señalamientos recíprocos entre unos y otros pero poco se habla de forma y menos de fondo, sobre qué y cómo hacer algo para que revierta los efectos negativos en nuestros “cada día”.

Los debates no han servido para discutir cual forma es mejor para atender las situaciones que le corresponden al poder ejecutivo, la más viable, la que corresponda al sentido común, la más lógica, la que se sustente y que mejores resultados ofrezca según nuestra realidad.

Por desgracia para muchos, entre los que me cuento, lanzar al azar un voto a la urna, representa el mismo resultado. La llamada clase política es más parecida a esos monigotes hechos de plastilina de trozos de todos los colores revueltos, resultando ese pegote pardo que se moldea al antojo, pero que al carecer de estructura, no tiene firmeza y resulta inútil. Así hoy los candidatos y sus propuestas.

Los otros debates, de los que damos cuenta en redes sociales, entre los partidarios y partidistas, también son cada vez más insulsos. Críticas, señalamientos y descalificaciones son el común denominador, tampoco en esos foros podemos encontrar argumentos convincentes para definir el sentido del voto en función de los datos que nos llueve a diestra y siniestra.

Nos queda como única vía, seguir el desarrollo del juego y de último minuto tratar de inclinar la balanza para el lado que nos haga sentir ser parte de la toma de decisión respecto de quien será nuestro próximo Presidente, lo peor que nos pueda ocurrir es que usted o yo optemos por dar nada para nadie y quedemos a espera de que lo que resulte con la expectativa de que sea lo que debe ser. En ese caso no le auguro nada bueno y lo más grave es que hay muchos que ni eso se hacen y luego le dé hasta por quejarse.

 

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