El Valle

YO SOY SAN QUINTÍN

lunes, 25 de junio de 2018 · 00:00

 Útiles vs inútiles Jorge A. López

Por fin llegamos a la recta final del tiempo que la ley establece para que los candidatos y su partido en el caso de algunos, o los partidos y su candidato en el caso de otros, convencieran al electorado.

En mi caso, igual que antes, durante y después de los debates, sigo sin poder declararme a favor de alguno de ellos.

Sin embargo, eso obliga a los indecisos como yo a realizar el análisis a marcha forzada de todos lo que hay que tomar en cuenta para contratar al próximo administrador del país, y es que si lo consideráramos como un proceso de selección de personal en el cual los entrevistados saben contra quiénes compiten por el puesto, lo último que les permitiríamos durante el proceso es que perdieran el tiempo descalificándose, o peor aún, que el contratante deba elegir entre el que parezca menos culpable de todas las acusaciones recibidas.

De este modo es que, tristemente, así debemos elegir a nuestro próximo presidente entre el persistente, el autoimpuesto, el impuesto y el bravero, y eso solo por distinguirlos de alguna forma; adjetivos calificativos se me ocurren muchos y eso sin buscar apoyo. En fin, el hecho es que “eso es lo que hay”.

Ente lo inútil y lo útil que pueda considerarse un solo voto, el mío o el de usted, no olvide que en suma todos resultan importantes y hacen el resultado y dan la victoria al vencedor.

Así es que si usted no está de acuerdo con que el persistente se salga con la suya; si le parece que el autoimpuesto es inocente de todo lo que se le acusa; que el impuesto en realidad podría poner en práctica toda su experiencia para ordenar al país; o de plano le gusta tanto la forma de decir las cosas al ocurrente del bravero, pues entonces deje de solo estar ojeando las redes sociales y discuta pero con argumentos serios y objetivos que le gusta y le disgusta de cada uno de los candidatos; considere todas sus cualidades y la calidad de éstas y así, como si fuera a contratar al gerente general de su empresa familiar, trate de poner a cargo del negocio al que le parezca más apto, al que pueda sacar el proyecto adelante, o en el caso al que pueda hacer responsable del incumplimiento.

Razón por la cual en la recta final de las campañas en el proceso electoral, si aún no sabe por quién votará, tómese un poco del tiempo para analizar por quién habrá de hacerlo, pero por favor, no deje de hacerlo.

Hágalo convencido y esperando recibir el mejor desempeño de su nuevo empleado, sin esperar que sea éste quien vaya a resolver todos los problemas solo por arte de magia; recuerde también que igual que en las empresas, los mejores empleados logran el óptimo desempeño cuando cuentan con el respaldo, apoyo y corresponsabilidad de los patrones.

Haga que su voto sea útil.


 

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