MIRADAS

Mundos en unísono

Innovadora, arriesgada y mágica han sido algunas de las palabras para hablar de Björk que la próxima semana cantará para sus fanáticos mexicanos
sábado, 25 de marzo de 2017 · 00:00
Alex Bustillos/El Vigía
abustillos@elvigia.net | Ensenada, B. C.

Durante los años 90, el canal musical MTV estaba en pleno auge. Ofrecía entretenimiento para la "generación X” con documentales, noticieros, animaciones, conductores y, sobre todo, música.
En esta década el video musical se convirtió en toda una expresión artística. No sólo ayudaba para la promoción que las disqueras buscaban para los artistas que estaban en sus planillas, sino para aquellos creativos que querían darle rienda suelta a su imaginación con visuales que se han convertido en clásicos y templetes a imitar.
Cantantes y bandas como Madonna, Michael y Janet Jackson, Radiohead, Missy Elliott, Marylin Manson y Beastie Boys, y directores como David Fincher, Stephane Sednaoui, Michel Gondry, Mark Romanek, Hype Williams y Spike Jonze, entre otros, han podido mezclar exitosamente melodías y lo visual.
Pero hay alguien que ha tomado estos elementos, con los colaboradores correctos, y ha elevado el video musical a un punto tan importante que su obra se ha exhibido en museos alrededor del mundo y se ha ganado el respeto de todos, desde músicos y artistas hasta poetas y literatos.
Ella es Björk.

Un toque de caos
Pero más allá de visuales "raros”, la islandesa también es poseedora de una de las voces más singulares y reconocibles, aunado a una personalidad curiosa que la ha llevado a explorar los límites del género pop, mezclándolo con industrial, trip hop, jazz y lo que sea que para ella sea un sonido lo suficiente armonioso para convertirlo en música.
Björk Guðmundsdóttir nació el 21 de noviembre de 1965, hija una ecologista y electricista. Desde pequeña se interesó en la naturaleza (que ha jugado un papel muy importante en su estética), la física y, por supuesto, la música, lugar donde parece todo convivir en armonía con un toque de caos.
Desde los 12 años ha estado activa en la industria musical, cuando lanzó su primer disco homónimo, pasando por un número significativo de bandas hasta salir de Islandia con el grupo de rock pop The Sugarcubes en 1987, del cual se separa a los cinco años para iniciar la siguiente etapa en su evolución, no sólo como ser humano, sino como entidad.

Piezas de museo
A partir del lanzamiento de su debut, redundantemente titulado Debut, la cantante ha imprimido un sello particular en el que lo orgánico se fusiona con lo electrónico, de tal forma que logra un sonido auténtico a pesar de la contrariedad de los elementos.
Pero ella no puede hacer todo esto sola. Su curiosidad, su ingenio es llama que alimenta con colaborados como Matmos, Arca, Gondry, Sednaoui, Sjón, Nellee Hooper, Anohni, entre otros, la han ayudado a que sea posible la existencia de su propio universo mágico-musical en el que relata temas cotidianos como el comportamiento y razonamiento humano, la percepción de la belleza, el dolor del desamor y, además de otras peculiaridades, las placas tectónicas.
Lo visual también lo lleva en su vida cotidiana. Su forma de vestir se ha convertido en un tema de conversación al mismo nivel que sus creaciones auditivas. Todos tienen una opinión sobre el vestido en forma de cisne que vistió en los Premios Oscar del 2002: desde el peor de ese año, hasta icónico, terminando como parte de la retrospectiva que se montó en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York del 2014.

Lugar especial
Las innovaciones creadas en su estudio se han extendido a sus presentaciones en vivo en las que recorrido el mundo con su gran número de músicos.
Durante la promoción de su álbum Homogenic fue cuando sus acompañantes empezaron a crecer. En esta ocasión la acompañaron un octeto de cuerdas con arreglos electrónicos de Mark Bell, quien coprodujo el disco. Para Biophilia se rodeó de un sinfín de instrumentos dignos de un científico loco: una bobina de Tesla, un arpa de barril, un orgánico que acepta información digital y, lo más impresionante, un péndulo que aprovecha la atracción gravitatoria de la Tierra para crear patrones musicales, todos de tamaño descomunal.
Considerada feminista, la cantante ha celebrado a la mujer de minorías, como el grupo de mujeres de Groenlandia que la acompañaron durante la promoción de Vespertine, o la banda de 10 instrumentistas de metales que estuvo a su lado durante el Volta Tour, ofreciéndoles una experiencia que no cualquier cantante es capaz de hacer.
Ahora en su visita a la Ciudad de México, el próximo 29 de marzo en el Auditorio Nacional, traerá un show con el que se ha expuesto como mujer después de una ruptura con el artista Matthew Barney. De este suceso nació Vulnicura, su álbum más honesto y desgarrador. Un show que promete conmover a los espectadores y que, en otras ciudades, ha confirmado la posición única y especial que ocupa la excéntrica cantante.
Aprovechando que estará en tierras aztecas, Björk encabezará la quinta edición del festival Ceremonia que se llevará a cabo en Toluca.
Ocho álbumes inéditos como solista, aclamados a diferentes niveles, han sido el resultado del trabajo de alguien que no ha dejado de reinventarse, de alguien que no sigue modas, ni se satisface con cualquier cosa. Son el resultado de alguien que vive su pasión y que ofrece al mundo un punto de vista muchas veces imitado, pero nunca duplicado.

DISCOGRAFÍA

Debut (1993)
Post (1995)
Homogenic (1997)
Vespertine (2001)
Medúlla (2004)
Volta (2007)
Biopillia (2011)
Vulnicura (2015)
+ Selmasong – banda sonora del filme Dancer in the Dark (2000)
+ Family Tree – recopilación (2002)



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