MIRADAS
El horizonte teatral de Bárbara Colio
Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO
Para el momento en
que Bárbara Colio reciba el Premio de Dramaturgia Juan Ruiz de
Alarcón en Taxco, Guerrero, tres montajes de su obra Cuerdas
seguirán marchando, de manera independiente, en España, Costa Rica
y Argentina.
"Esa obra ya se manda sola", celebra Colio
(Mexicali, 1969). "Solita se abre las puertas y, luego, si tengo
suerte, me lleva de viaje con ella".
La pieza, con "buena
estrella", es parcialmente responsable de que su trabajo sea uno
de los más montados fuera del País. La historia de tres hermanos
que viajan para encontrarse con el padre que los abandonó, un
funambulista a punto de dar su último acto, ha resonado
amplio.
Escritora residente en Inglaterra, España, Singapur y
China, Colio conoce, desde la niñez, lo que separa -y no- a un país
de otro.
"Nací en la frontera del País. La casa de mis
padres está a dos cuadras de la línea divisoria con Estados
Unidos", relata. "Nací sabiendo que hay otro, que existe
el otro y que está ahí".
Pasó una niñez de largos paseos
en bicicleta y cielos despejados. Su pulsión viajera proviene de
ahí.
"Mexicali es una ciudad totalmente horizontal, y eso me
enseñó a mí a ver que los horizontes son infinitos. Tal vez por
eso me gusta viajar, conocer diferentes formas de vivir y ver la
vida, y eso tiene mucho que ver con mi decisión de hacer teatro",
reflexiona.
Hoy Colio se suma al reducido grupo de dramaturgas
cuya trayectoria, en casi 30 años del premio, ha sido celebrada en
las Jornadas Alarconianas: Elena Garro (1994), María Luisa Puga
(1996), Luisa Josefina Hernández (2000) y Sabina Berman (2008).
Su
carrera comenzó en 1988, en Mexicali y luego Tijuana. A falta de la
estructura educativa teatral que hubiera deseado, estudió una
Ingeniería en Sistemas y se pagó un taller con José Sánchez
Sinisterra en Madrid, y, al término, fue residente en el Royal Court
Theater de Londres.
"Siempre he pensado que, detrás de todo
arte, hay una ciencia, y yo quería la ciencia detrás de la
dramaturgia, un estudio analítico profundo de la
dramaturgia".
Autora de más de una veintena de obras, señala
tres vetas temáticas en su trabajo.
De Casi Transilvania,
Semillas de fresas entre los dientes o La bala, por ejemplo, expresa:
"Son obras que tienen que ver con la sangre, con lo animal que
tenemos, con la manera en la que, así como los animales se pelean un
hueso, peleamos por un amor, una posición o una posesión".
Otra
línea la exponen Pequeñas certezas, Cuerdas, El día más violento
o Carnada.
"Para mí me era muy inquietante ver cómo una
persona reacciona realmente a convivir, vivir, ser, sentirte parte de
esos otros seres humanos que tú no escogiste (la familia)",
cuenta.
Y actualmente, con su compañía BarCoDrama, alista
Instinto, parte de una trilogía sobre el cuerpo que habrá de
estrenarse el 21 de julio en El Galeón.
Para Colio, toda su obra
aborda la situación mexicana actual.
"Todos los personajes
despiertan en este País, igual que yo, entonces sus decisiones, las
cosas que hacen, tienen que ver con este ambiente político y social
que no te ofrecen absolutamente ninguna seguridad, en donde el
policía es tu enemigo, donde existe un alto índice de misoginia,
pero ellos van sobreviviendo".
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