Miradas

60 años después, Novak reflexiona

El trabajo de la actriz en el clásico de Alfred Hitchcock es revaludo en estos tiempos de ajustes de cuentas y el movimiento #MeToo
sábado, 17 de marzo de 2018 · 00:00

AP
Nueva York, EU

El otoño pasado, en su hacienda en el sur de Oregon, Kim Novak se encontró haciendo lo que califica como su “propia pintura de Me Too”.

Novak, quien cumplió 85 el martes, se había fracturado recientemente la muñeca izquierda —la de la mano con la que pinta— pero estaba lo suficientemente motivada como para intentarlo con la derecha. El ver a una mujer tras otra pronunciarse con historias de acoso avivó sus propios recuerdos. Tituló el resultado —un abstracto arremolinado de colores vibrantes con un rostro amenazador acechando a una mujer— “A Time of Reckoning”, que puede traducirse como un momento de ajuste de cuentas.

Un Hollywood manipulador
Novak recientemente concedió su primera entrevista en varios años con motivo del 60 aniversario de la obra maestra de Alfred Hitchcock de 1958 Vértigo. Este domingo, como parte de la serie TCM Big Screen Classics, Vértigo se proyectará nuevamente en 650 salas de cine de Estados Unidos, y nuevamente el miércoles 21 de marzo.

Aunque la reseña inicial de Vértigo fue poco entusiasta y la recaudación en taquilla decepcionante, su reputación ha crecido a través de los años. En el 2012 incluso desplazó a El Ciudadano Kane, tras un reinado de 50 años, como la mejor película en la encuesta de críticos de Sight & Sound.

La actuación de Novak en Vértigo es excepcional no sólo por su papel dual —hace tanto de la misteriosa y suicida Madeleine como de Judy, una mujer cuyo parecido físico con Madeleine es mistificado por Scottie (Stewart), el detective obsesionado que le siguió la pista antes de su aparente muerte—, sino por el modo en que representa cómo las fantasías de los hombres son proyectadas en las mujeres. En el elaborado esfuerzo de Scottie por recrear a Judy como Madeleine, Novak reconoció a Hollywood manipulándola a ella misma.

Esa lucha hace de Novak una importante precursora de las actrices que hoy pelean por la igualdad de género en el Hollywood post Harvey Weinstein. Contratada por Columbia como la sucesora de Rita Hayworth y arreglada como un bombón rubio para competir con Marilyn Monroe, Novak a menudo rechazó el modo en que fue empaquetada. Se negó a cambiar su apellido checo y, antes de Vértigo, insistió en que le pagaran un salario más alto. Pasó tres años como la máxima estrella femenina, pero dejó la industria del cine en 1965 y desde entonces volvió solo ocasionalmente. “¿Qué tiene de bueno ser bonita?”, preguntó en Picnic de 1955. ‘’Quizás estoy cansada de que solo me miren”.

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