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China y su economía: impacto global

miércoles, 30 de octubre de 2013 · 22:43
En los últimos 25 años, China inició una transformación que la convirtió en la segunda economía del mundo. Incluso, se acostumbró a tasas de expansión económica de dos dígitos, algo que no abunda en el orbe.
Empero, esta nación asiática ya muestra los signos de una resaca financiera, suceso que complica lo interno e impacta en lo global. En 2013, China espera un crecimiento de 7.5%, cifra aún superior al resto de los países, pero débil si se compara en perspectiva.
Durante el acelerado crecimiento, en China se adquirió un alto nivel de deuda, mismo que hoy coloca a las empresas privadas con un pasivo de 1.2 veces el PIB nacional. Así se manejó la expansión. Y por eso lo de la resaca financiera, pues las corporaciones ya amortizan las obligaciones previas, vía la emisión de nuevos pagarés.
El ascenso, también se cimentó en un agresivo desarrollo de infraestructura inmobiliaria, algo que sí produjo derramas importantes durante su realización, pero que hoy constituye inversión no productiva y compromete la liquidez del mercado interno.
Así, la inflación ya ronda el 6%, dato que preocupa a las autoridades económicas del país. Las medidas, ya se enfocaron en la contracción del crédito; hipotecario y al consumo principalmente; lo que esperan controle la inflación y evite una burbuja inmobiliaria de mayores consecuencias.
No obstante, ello implica elevar el costo del dinero, lo que afecta al sector bancario y complica aún más la crisis de liquidez comentada; se frena el crecimiento económico del país.
En lo global, destaca que durante la bonanza, China se convirtió en el principal comprador de múltiples países, algo que hoy los afecta, pues ya no podrán colocar sus exportaciones con el gigante asiático, quedando obligados a reducir el tamaño de sus economías. Recordemos que hoy, no abunda la demanda externa que les permita sustituir.
Es parte del dilema actual para las economías emergentes, pues el motor de los últimos años ha mermado su potencia, con el agravante de que los motores históricos siguen sin encender nuevamente. 
Las alternativas son internas, pues ante la debilidad exterior, sobrevivirá el que mejor logre fortalecer y dinamizar su mercado interno. Quizá se trate de una paradoja de la globalización, pero hoy el progreso está en la economía interna de cada nación.
A México le conviene el ajuste en China, sobre todo el cambio en el esquema de exportaciones; de las manufacturas básicas hacia los bienes intermedios; pues se integran muy bien, en el patrón de las cadenas productivas mexicanas. Otro astro que se alinea para el llamado momento mexicano. Ya veremos.
Amable lector, recuerde que aquí le proporcionamos una alternativa de análisis, pero extraer el valor agregado, le corresponde a usted.

Comentarios por favor a: oscar.ahp@gmail.com
Twitter: @oscar_ahp

Por L.A.F. Óscar A. Herrera Ponce*

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