Pequeño guerrero

Alexander, un niño de un año y tres meses, superó un raro padecimiento en la cabeza, que pudo haber causado retraso mental
viernes, 24 de octubre de 2014 · 02:49
La craneosinostosis es una alteración congénita que ocasiona el cierre prematuro de las suturas que separan los huesos del cráneo en los bebés y puede generar discapacidad intelectual, sin embargo si se interviene quirúrgicamente a tiempo se puede evitar.
Esa es la historia de Bryan Alexander León Quintero, un bebé de año y tres meses que al nacer no tenía nada aparentemente, pero al pasar su sexto mes de vida comenzó a desarrollar una deformación en la parte frontal de su cabeza.
Su madre, Nilsa Quintero Martínez, platicó que desde que dio a luz llevaba al menor al programa Niño Sano del Issste, donde les dan estimulación temprana diversos especialistas y fue alrededor de un semestre cuando en "su cabecita presentó como una bolita medio extraña hacia enfrente”.
"Comenzaron a revisarlo y me decían que todo estaba bien, que era genético porque su padre tenía una forma cerebral similar, además que las dimensiones de su cabeza estaban normales según el pediatra”, añadió, recordando que uno de esos días un neurocirujano pasó y le dijo que su hijo tenía craneosinostosis.
Aunque pudiera ser que los análisis salieran negativos, el especialista cerebral le sugirió que no perdía nada con llevarlo a estudiar para descartar el padecimiento a pesar que el pediatra decía que el menor estaba en buenas condiciones de salud.
Luego de esa alerta médica, acudieron a un centro de radiología particular para que hicieran estudios, los cuales indicaban que sí tenía dicha alteración congénita que impide el correcto crecimiento cerebral y hasta ahora se desconocen las causas de la enfermedad.

Segundas opiniones
Hoy día la señora Quintero Martínez agradece haber aceptado una segunda opinión y seguir el diagnóstico del neurocirujano que con sólo verlo le dijo que su hijo estaba a tiempo de no padecer un retraso mental por la craneosinostosis.
Explicó que dicho especialista, Carlos Fong Villalvazo, no tenía experiencia en neurocirugía pediátrica, les sugirió buscar apoyo en el Seguro Popular donde había un médico de la Ciudad de México que sabía hacer la operación, pues un nervio ya estaba dañando el ojo izquierdo de Alexander.
"Originalmente esa intervención cuesta más de 200 mil pesos, una cifra imposible de pagar aún con el apoyo de mi familia, así que acudí a ese seguro y afortunadamente sí cubrían esos gastos, pero teníamos que mandar traer el equipo necesario para ello”, comentó la madre.
Alberto Hernández, neurocirujano pediátrico, fue quien llegó de la Ciudad de México, lo operó dejando al bebé en perfectas condiciones de salud, por lo que está sumamente agradecida con él, así como con el ahora gobernador que cuando era diputado federal gestionó el traslado del equipo médico a Ensenada. 
  

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