RAÍCES: Reconocen a Alfonso Aguirre “Por Amor al Planeta”

El investigador fue distinguido por su destacada trayectoria en el estudio y la conservación de las islas mexicanas
domingo, 1 de marzo de 2015 · 00:22
Hace unas semanas, me enteré de que el doctor Alfonso Aguirre Muñoz fue distinguido con el importante Premio a la Investigación Científica en Conservación Biológica 2014, "Por Amor al Planeta”, que otorga anualmente la compañía alemana Volkswagen.
Se trata del mayor reconocimiento a la conservación ambiental por parte de particulares en América Latina. El reconocimiento incluye medio millón de pesos.
El galardón se le otorga por su larga y destacada trayectoria, sobre todo en el estudio y la conservación de las islas mexicanas, especialmente las del Pacífico. También se le reconoce por sus importantes contribuciones como conservacionista, ecólogo, académico, investigador y trabajo aplicado. 
Las investigaciones de Alfonso han sido importantes para la elaboración de las políticas públicas sobre conservación de regiones naturales costeras e insulares. Sus trabajos incluyen una orientación social que ha contribuido al desarrollo de proyectos sustentables. 
Anteriormente, a Alfonso se le había entregado el Premio Nacional al Mérito Ecológico, que otorga el Gobierno Federal, debido a su labor desarrollada por GECI.

Trayectoria de compromiso con el medio ambiente
La trayectoria de Alfonso es ya de 35 años, y ha destacado en la formación del Grupo de Ecología y Conservación de Islas (GECI), de la cual es el director general. Se trata de una asociación civil dedicada al estudio, conservación y restauración de islas. 
Su trabajo se ha desarrollado en costas, mares e islas de México. Incluye la restauración de 36 islas consideradas prioritarias, ya que contienen una biodiversidad excepcional y grandes recursos naturales. 
Igualmente, en este grupo se ha promovido la implementación de políticas públicas innovadoras, programas de divulgación y educación ambiental, y formar recursos humanos especializados del más alto nivel.
Su trabajo en la península de Baja California ha sido notable, tanto en las costas e islas del Pacífico como del Golfo. Otras regiones que ha beneficiado son el Archipiélago de Revillagigedo y otras islas del Pacífico tropical, Golfo de México y Caribe.
Gracias a la labor llevada a cabo a través del GECI se logró que la Isla Guadalupe fuera decretada como Reserva de la Biósfera. Además hizo importantes aportaciones al desarrollo sustentable y la conservación de la bahía de San Quintín, así como la inscripción de la bahía a la Convención de Humedales de Ramsar. 
Alfonso formó en el GECI un grupo de amantes de la naturaleza, profesionales todos ellos, cuyas contribuciones han sido fundamentales en la protección de grandes regiones naturales. Esto en buena medida se ha logrado gracias a su liderazgo. 
Actualmente laboran 62 personas en el GECI y funciona, principalmente, gracias a fondos privados y apoyos públicos.


Defensor del entorno 
Alfonso es oceanólogo por la Universidad Autónoma de Baja California (UABC). Tiene doctorado en Desarrollo Sustentable y Estudios Regionales (Mención Honorífica) por El Colegio de la Frontera Norte (Colef). Hizo también un curso de posgrado de Acuacultura en Japón (Universidad de Kagoshima) y un diplomado en Comunicación y Cultura (Universidad Iberoamericana). Tiene la particularidad de dominar cinco idiomas.
En los 80’s fue gerente regional del Banco de Desarrollo Pesquero (Banpesca), donde contribuyó a la puesta en marcha de la flota atunera mexicana, y promovió la acuacultura sustentable y pesca ribereña con cooperativas y empresas locales. 
Posteriormente fundó y dirigió la empresa familiar Agromarinos, dedicada a la acuacultura de ostión en la bahía de San Quintín, Baja California, y a la colecta de algas marinas para la obtención de geles. 
Alfonso ha sido consultor y ha colaborado con gobiernos, institutos y empresas privadas de México, Nueva Zelanda, Australia, Japón, Filipinas, Belice, República Dominicana, Cuba, Ecuador, Brasil, Canadá, Estados Unidos, Alemania, Francia y la Organización de las Naciones Unidas (ONU). 
De la mano de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), ha promovido la gestión, en marcha, para la creación de la Reserva de la Biósfera de las Islas del Pacífico Norte. Contribuyó a la iniciativa internacional de conservación marina De Bering a Baja California. 
Ha sido miembro de comités organizadores de conferencias sobre conservación de islas, y ha impartido conferencias plenarias en foros internacionales. 
Debido a que las islas mexicanas son territorio federal, la asociación que Alfonso dirige (GECI) se caracteriza por mantener relaciones de colaboración muy productivas con dependencias federales, incluyendo la Secretaría de Marina, Armada de México, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, la Comisión Nacional Forestal y la Secretaría de Gobernación. Igualmente trabaja de cerca con cooperativas pesqueras. 
Los recursos para la conservación de las islas son aportados por una red de donantes privados nacionales e internacionales, así como por dependencias de gobierno y organismos internacionales. 
Alfonso ha publicado 66 artículos de investigación, varios ensayos y capítulos de libros.
Siendo sus padres originarios de Parras, Coahuila, él vive en Ensenada, Baja California, desde 1975. Está casado desde hace 34 años con Joana Bielschowsky (brasileña-alemana, diseñadora industrial) con quien tiene dos hijas: Ikerne, doctora en Geografía Ambiental (Universidad de Otago, Nueva Zelanda), y Julene, maestra en Diseño Industrial (Royal College of Arts) y maestra en Ingeniería para la Innovación (Imperial College).
Alguna vez expresé que los mexicanos mucho le debemos a los ambientalistas, tenemos una gran deuda con ellos, ya que si en el futuro tendremos áreas naturales bien conservadas será gracias su labor, a personas como Alfonso que han dedicado su vida a estos esfuerzos. 
Los ambientalistas no son más que defensores de los derechos humanos, ya que la defensa ambiental no es más que eso, el proteger un medio natural que nos da vida, que nos sustenta, y que si llegara a ser destruido será como suicidarnos como especie. Así de importante es la labor ambientalista, aunque haya muchos que no se den cuenta de ello.
En lo personal conozco a Alfonso desde hace varios años y hemos participado juntos en varias luchas ambientales. Especialmente recuerdo la que sostuvimos en contra de la empresa Chevron-Texaco, que pretendía instalar una regasificadora en las Islas Coronado, frente a Tijuana, proyecto que no se concretó gracias a los esfuerzos de Alfonso y muchas otras personas.
Y nos da orgullo que un ensenadense, porque Alfonso lo es, tenga este importante reconocimiento que resalta su labor y la de su grupo. 
Alfonso y su familia son parte de esos valores que conforman y enriquecen nuestra sociedad.

Alfonso formó en el GECI un grupo de amantes de la naturaleza, cuyas contribuciones han sido fundamentales en la protección de grandes regiones naturales.

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