Principal

Baja 1000: racismo, soberbia e indignidad

La actual edición de este evento ha mostrado, como nunca, algunas de las caras más negativas, por parte de los organizadores, los fanáticos y las autoridades
domingo, 20 de noviembre de 2016 · 00:00
CARLOS LAZCANO/COLABORACIÓN
carloslascano@hotmail.com | Ensenada, B.C.

EL CARACOL PROSTITUIDO
Las sorpresas comenzaron hace unos días, cuando vimos una gigantesca lona en los muros del Museo El Caracol haciendo publicidad a la carrera Baja Mil. Posteriormente, el jueves pasado, el secretario de turismo del estado inauguró, dentro de las instalaciones del museo, una exposición, con vehículos y todo, sobre este tipo de carreras.

En la página web del Museo Caracol se describe que parte de la misión de esta institución está fomentar, entre niños y jóvenes, valores y habilidades que faciliten el desarrollo de la creatividad, la adaptación inteligente al cambio, el respeto al medio ambiente y el sentido positivo de participación y pertenencia a nuestra comunidad. Además, el museo dice ser un promotor del conocimiento, respeto y cuidado por el medio ambiente en general y en particular las riquezas de la Península de Baja California. 

Por otro lado, entre sus objetivos declarados que el Museo del Caracol tiene es "ser un espacio de recreación y encuentro familiar, que promueva los valores de unión, respeto, solidaridad … fomentar valores y conciencia de la importancia de la protección al medio ambiente, a través de actividades, talleres, museografía …ser un atractivo turístico para visitantes nacionales e internacionales, promoviendo las bellezas naturales de nuestra ciudad, estado y región”. 

También dicen que fomentaran la ciencia, cultura, medio ambiente, valores familiares, entre otros temas, que ayuden al desarrollo humano.

Resulta totalmente incongruente que los directivos del Museo el Caracol hayan permitido tanto la muestra museográfica como la lona, ya que las actividades de las carreras fuera de camino son totalmente contrarias al respeto al medio ambiente y nuestras bellezas naturales. 

Igualmente este tipo de carreras fomentan anti valores que están lejos de ser un buen ejemplo para nuestros niños y juventud.

Ciertamente no se justifica una promoción de este tipo en El Caracol. Seguramente dirán que fue por dinero, que el museo requiere de entradas, pero eso lo veo aún más grave, ya que demuestra una falta de congruencia y de ética. 
Se trata de una especie de prostitución, ya que por dinero el museo se presta a cualquier situación, incluso contraria a su mística declarada, como es el caso.

EL OFENDIDO
Norman Rogers se ofendió porque El Vigía difundió la noticia de que este personaje había apoyado a Donald Trump.
 
Así que vetó a los reporteros de El Vigía en su cobertura de la carrera Baja 1000, alegando que nuestro periódico incurrió en el "fomento del odio”. Lo curioso es que fue el mismo Norman quien publicó en su página de Facebook su apoyo por dicho personaje.

Y si de fomentar el odio se trata, Norman sí incurrió gravemente en esto, ya que Trump se dedicó a dicho fomento a lo largo de toda su campaña, atacando a los inmigrantes, a los mexicanos, a los musulmanes, a las mujeres. 

Lo único que dejó ver Norman con esto es su soberbia. Mínimo debería tener gratitud hacia México y Baja California, ya que se ha hecho rico y famoso gracias a nuestra tierra, y votar por Trump es ciertamente una bofetada a nosotros los mexicanos. 

Nadie le quita a Norman el derecho de votar por quien le dé su gana, pero en el actual contexto, pregonar que apoya a Trump es una muy grande falta de respeto y sensibilidad a México. Le faltó prudencia y le sobró soberbia.

La soberbia de Norman es alimentada en buena parte por la actitud servil y fanática de muchos bajacalifornianos y ensenadenses. Empezando por nuestras autoridades, que se prestan para todo lo que el señor quiera. 

Aquí, parece ser que para nuestra clase gobernante el dinero justifica toda clase de indignidades, pero no solamente a las autoridades, también a los fanáticos.

EL FANÁTICO: INDIGNIDAD Y FALTA DE SOLIDARIDAD
A los fanáticos parece no importarles ningún tipo de circunstancias bajo las cuales se realizan las carreras. A ellos sólo les interesa que se realicen. Si es soberbio no les importa. 

Si hay que entregar la dignidad y ser agachones tampoco. Si se destruye la naturaleza y se abona al calentamiento global, tampoco. Aunque se tenga que acabar el mundo, que se acabe, pero que se lleven a cabo las carreras.

Ya sabemos que un fanático es irracional, pero en el caso de los fanáticos de estas carreras se llega a extremos realmente vergonzosos y de dar lástima. Con personajes así, pobre Baja California. 

Y desde luego, Norman, con todo y su soberbias es el más beneficiado de este tipo de personajes, y cada año se presenta varias veces para que le rindan pleitesía, aún en las condiciones más indignantes, las que parece están creciendo ante la complacencia de quienes nos gobiernan.

PATIO TRASERO Y BASURERO
No cabe duda de que personajes como Norman Roger y muchos de los corredores ven a Baja California, más que como su patio trasero, como su basurero. Aquí pueden venir y hacer todo el cochinero que en Estados Unidos no pueden; pero además son tan hábiles, que nos hacen creer que ese cochinero nos va a beneficiar y es lo mejor que nos pudo haber pasado. 

Y como las autoridades y los fanáticos se lo creen, y lo justifican todo por las migajas que aquí llegan, permiten que Norman nos trate con toda la indignidad que su soberbia impone. Él puede gritar, imponer rutas, faltar a las reglas, destruir el ambiente natural, promover el machismo, lo vulgar, lo peorcito. 

El Gobierno del Estado, la Secretaría de Turismo, el municipio, la Semarnap, bueno hasta el Ejército y la Marina, es decir, toda la estructura de Gobierno le hace los mandados, y en algunos casos muy cumplidamente como el secretario de Turismo, que personalmente promueve todo lo que le diga Norman. 

Así, nuestro secretario está haciendo todas las gestiones necesarias para que el próximo año, Score festeje con todo bombo y platillo, los 50 años de la Baja 1000, claro a cargo del erario público. 

Para eso ya están preparando salones de fama, museos, nombrar calles, donar terrenos, y desde luego todas las facilidades para que sigan destruyendo nuestras regiones naturales y perviertan nuestra cultura, y a Norman, sus socios y corredores se les rinda toda la pleitesía que merecen. 

Seguramente se les darán las llaves de la ciudad y se les nombrará visitantes distinguidos, dándoles un trato de héroes. 

Pobre Ensenada. Pobre Baja California.

No cabe duda de que muchos mexicanos siempre se han sentido conquistados, y estas carreras son parte del neocolonialismo que ya desde hace años se ha venido imponiendo en nuestro país.

...

Galería de fotos

Comentarios