Espera México a Francisco

AGENCIA REFORMA

El Papa Francisco emprende hoy uno de los viajes más complicados de su papado, durante el cual mantendrá una histórica reunión en Cuba con el primado ortodoxo de Rusia, Cirilo y viajará a las periferias de México, marcadas por la pobreza, el narcotráfico y la marginación.

Según indicaron analistas a Grupo Reforma, el primer Pontífice latinoamericano y jesuita de la historia confirma con este viaje de siete días su interés en mantener una actitud de diálogo en el campo de las relaciones ecuménicas, interreligiosas y geopolíticas.

"El histórico encuentro con Cirilo es un ejemplo. Esta reunión se preparaba desde hace 20 años, (el ahora Papa emérito) Benedicto XVI estuvo cerca, pero fue Francisco quien finalmente lo logró”, afirmó Andrea Tornielli, uno de los vaticanistas que más conocen a Francisco.

"Esto se debe a que el Papa se ha mostrado particularmente afín al diálogo con todos y sin prejuicios”, añadió en referencia a esta histórica reunión entre los jefes de las dos Iglesias, separadas desde 1054.

Una alianza entre ortodoxos y católicos supone lograr influencia en numerosos escenarios cruciales del tablero internacional y poder ejercer presión sobre la comunidad internacional para que se resuelvan numerosos conflictos, como el de Ucrania y los varios de Medio Oriente.

"Sí. Sin dudas el contenido geopolítico de la cita es evidente. Rusia necesita aliados, Cirilo es el padre espiritual del (Presidente ruso) Vladimir Putin y el Papa desea mantener una actitud no excluyente y de diálogo con Rusia, en pos de la paz en el mundo”, afirmó el sacerdote Stefano Caprio, quien vivió en Rusia y conoce personalmente al patriarca.

En este marco, la décimo segunda gira internacional de Francisco adquiere una relevancia extraordinaria también porque se suma al desplazamiento a México, país que es visto como una síntesis de todos los problemas más graves que aquejan a Latino América.

"Tenemos que ser humildes y sencillos para decir que el Papa viene a México porque hay problemas y el Papa quiere estar en los problemas”, admitía el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, en una entrevista a Reforma publicada en diciembre.

En efecto, también la práctica totalidad de los observadores laicos coinciden en que, en su periplo por el país, si bien participará también en actos en Ciudad de México -y visitará la Basílica de Guadalupe-, los momentos más fuertes del viaje serán los traslados a Chiapas, Michoacán y Chihuahua.

"Creo que Francisco hablará sin levantar la voz y que no usará expresiones apocalípticas, pero será muy duro en sus contenidos. Es su viaje a las periferias más extremas del mundo”, opinó el vaticanólogo catalán Rossend Domenech.

En su primer viaje al país, se prevé que Francisco hable de corrupción, narcotráfico, violencia, marginación y pobreza, en particular contra los indígenas y los que viven en zonas rurales, así como intente revitalizar el catolicismo en estados, como el de Chiapas, donde otras confesiones han avanzado.

La incógnita es la agenda paralela del Papa, que podría incluir también una intervención sobre pederastia clerical y el caso de la Legión de Cristo.

Se tratará, en todo caso, de un viaje agotador. 

Pronunciará 13 discursos oficiales y mantendrá otras 20 intervenciones públicas, entre otros, durante su cita con el presidente Enrique Peña Nieto, los obispos de la CEM, las familias de Tuxtla Gutiérrez, los jóvenes de Morelia y los detenidos de Ciudad Juárez.

En esta última ciudad, donde cerrará su gira, se espera el acto más espectacular a nivel visual, una misa que podrá ser asistida tanto por los fieles mexicanos, como por los del lado de Estados Unidos.