Llama Papa cuidarse del narco y violencia

El Sumo Pontífice se reunió con Cardenales y obispos mexicanos en la Catedral de la Ciudad de México
domingo, 14 de febrero de 2016 · 00:00
El Papa leyó ante Obispos y Cardenales mexicanos un duro discurso de seis folios, en el que incluyó críticas feroces y advertencias sobre las enfermedades más comunes que minan la salud del clero, entre las cuales, dijo, la tentación de los acuerdos bajo la mesa.
"Sean Obispos de mirada limpia, de alma trasparente, de rostro luminoso. No tengan miedo a la transparencia. La Iglesia no necesita de la oscuridad para trabajar”, inició su discurso en la Catedral de Ciudad de México.
"Vigilen para que sus miradas no se cubran de las penumbras de la niebla de la mundanidad; no se dejen corromper por el materialismo trivial ni por las ilusiones seductoras de los acuerdos debajo de la mesa”.
Aunque evitando citar casos concretos, advirtió a los Obispos de no ponerse en manos de los actuales "faraones”, según dijo, en implícita referencia a los poderes fácticos que gobiernan México.
"No pongan su confianza en los ‘carros y caballos’ de los faraones actuales, porque nuestra fuerza es la ‘columna de fuego’ que rompe dividiendo”, afirmó.
Reconoció que el mundo de hoy es muy complejo, pero esto no debe ser excusa para no "interceptar la pregunta que grita en el corazón de vuestra gente”.
Hablando de lo que él no se espera de sus sacerdotes, les pidió evitar habladurías, intrigas y caer en las telarañas de grupos de poder.
"No pierdan, entonces, tiempo y energías en las cosas secundarias, en las habladurías e intrigas, en los vanos proyectos de carrera, en los vacíos planes de hegemonía, en los infecundos clubs de intereses o de consorterías”, pidió.

"No se dejen arrastrar por las murmuraciones y las maledicencias”.
Refiriéndose al narcotráfico, fue aún más duro y les dijo de no minusvalorar el alcance de estas organizaciones criminales.
"Les ruego no minusvalorar el desafío ético y anticívico que el narcotráfico representa para le entera sociedad mexicana, comprendida la Iglesia”, puntualizó.
Más aún, afirmó que el clero no debe condenar de manera genérica, sino seguir casos puntuales y meterse en los problemas de la gente.
"La proporción del fenómeno, la complejidad de sus causas, la inmensidad de su extensión, como metástasis que devora, la gravedad de la violencia que disgrega y sus trastornadas conexiones, no nos consienten a nosotros, Pastores de la Iglesia, refugiarnos en condenas genéricas”, aseguró.
Por el contrario, pidió estar cerca de las periferias humanas y ser humildes.
"Imiten su condescendencia y capacidad de reclinarse”, dijo.
En concreto, llamó a los sacerdotes mexicanos subrayar los problemas de los indígenas, que aún no han visto reconocidos sus derechos y sufren marginación.
"Los indígenas de México aún esperan que se les reconozca efectivamente la riqueza de su contribución y la fecundidad de su presencia”, afirmó.

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