Fernando Alvarado Cuauhtemotzin: el Cuauhtémoc colaborador de Cortés

Hace 491 años, el 28 de febrero de 1525 moría ahorcado Cuauhtémoc, el último rey azteca, en las cercanías de Izancánac, actualmente en el estado de Tabasco. 

Hernán Cortés le hizo un juicio sumarísimo ante la sospecha de una conjura, y así se le condenó a morir. En ese momento Cortés se encontraba dirigiendo su famosa expedición a las Hibueras (actualmente Honduras), para controlar la rebeldía de Cristóbal de Olid. Se había llevado consigo a muchos aliados indígenas, entre ellos Cuauhtémoc. Esa expedición fue muy problemática para Cortés y, fue justamente en la parte más difícil cuando escuchó de la posible conjura, así que no tuvo miramientos en un momento en que lo más importante era sacar a flote la expedición.

"Dios te lo demande” fueron parte de las últimas palabras que Cuauhtémoc dirigió a Cortés, las que parecen indicar que había cortado todo vínculo con su pasado de sacerdote de ídolos. Se preparó para morir y se confesó. Murió como cristiano y como tal, su nombre era don Fernando Alvarado Cuauhtemotzin. 

Su último confesor fue el mercedario fray Juan Varillas. Más de mil guerreros mexicas, la mayoría sus antiguos soldados, presenciaron su muerte impasibles, sin mover un solo dedo en su defensa; para entonces la lealtad de los aztecas se encontraba con Cortés. Cuauhtémoc fue sepultado en algún lugar de selva y su tumba quedó en el olvido.

Cuauhtémoc gobernó a los aztecas durante cuatro años, de 1521 a 1525, los primeros seis meses lo hizo como soberano absoluto y el resto subordinado a Cortés, quien le respetó su autoridad. De este modo, de ser enemigos, Cuauhtémoc colaboró ampliamente con Cortés, ayudándolo a consolidar la presencia hispana en el antiguo territorio del entonces extinto imperio azteca. Nacía México cuyo primer nombre fue Nueva España.

Cortés siempre le dio su lugar a Cuahtémoc, a quien llegó a estimar; le enseñó a montar a caballo y juntos paseaban. Al parecer Cuauhtémoc se vestía como español cuando andaba con ellos. Cuando fue bautizado, Cortés fue su padrino, de ahí que su nombre español fuera el de Fernando, pero no sólo eso, también el pueblo azteca llegó a estimar mucho a Cortés, ya que, una vez conquistados, siempre les tuvo muchas consideraciones al igual que a todos los grupos indígenas. 

Cortés no tuvo grandes problemas en promover que los soldados españoles solteros -la gran mayoría- se casaran con mujeres indígenas, ya ellas con gusto aceptaron esta nueva situación.

Cuahtémoc tenía 18 años de edad cuando ascendió al trono azteca a la muerte de Cuitlahuac. Era hijo de Ahuizótl (octavo rey azteca) y primo hermano de Moctezuma. Cuauhtémoc, al igual que Cuitlahuac, era de los señores aztecas de la línea dura que ofrecieron toda resistencia posible a la toma de Tenochtitlán, sin embargo, al ser derrotado, ofreció una gran colaboración y sumisión a Cortés, al grado que lo apoyó con su antiguo ejército, facilitándole más de 15 mil hombres para la expansión hispana.

 

•  Cuauhtémoc gobernó a los aztecas  de 1521 a 1525, los primeros seis meses lo hizo como soberano absoluto y el resto subordinado a Hernán Cortés
• De este modo, de ser enemigos, Cuauhtémoc colaboró ampliamente con Cortés, ayudándolo a consolidar la presencia hispana en el antiguo territorio del entonces extinto imperio azteca

Se dice que Cortés le mandó quemar los pies a Cuauhtémoc. Esto es falso. Ni fue Cortés, ni se los quemaron a las brazas como muchos han dicho. Quien mandó atormentar a Cuauhtémoc fue el tesorero real Juan de Alderete, quien estaba a cargo de juntar el "quinto real”. A este personaje le pareció que fue muy poco el oro que se reunió al momento de la conquista de Tenochtitlán, y que había un faltante que se perdió durante la Noche Triste. 

A Cortés le pesó el hecho de que lo atormentaran. Lo que se hizo fue untar los pies de Cuauhtémoc con aceite y aproximarlos al fuego. De estos interrogantes se recuperó un poco de oro y salió a la luz que buena parte se había perdido porque fue arrojado al lago y otro fue robado por indios aliados y algunos españoles.

Nuestra historia oficial ha deformado mucho de la historia real de nuestro país y la ha llenado de mitos y mentiras. La historia oficial señala que Cuauhtémoc sólo gobernó en 1521, pero la realidad es que siguió haciéndolo hasta 1525, año de su muerte, ya supeditado a Cortés y junto a él, Cuauhtémoc fue de los constructores de la Nueva España, es decir, de México.

México como nación surgió a raíz de que Hernán Cortés fue conquistando y convenciendo a una serie de pueblos indígenas de Mesoamérica, entre ellos los aztecas, así, aglutinando bajo una misma lengua, religión y sistema político a una vasta región, la que hoy es la República Mexicana. 

Fueron los mismos indígenas, tlaxcaltecas, totonacas, aztecas y muchos otros, quienes ayudaron a Cortés a consolidar la cultura hispana en la región, poniendo su gran ayuda en crear nuestro país, que al principio se llamó Nueva España.

Cuauhtémoc defendió el último baluarte de los aztecas y una vez derrotado ayudó a Cortés a dar forma a la nueva nación. Si Cuauhtémoc hubiera triunfado sobre los españoles, nuestro México no existiría, y quizá se hubieran formado varios países en el territorio de lo que hoy es nuestra nación.

Me he encontrado varios libros sobre gobernantes de México que inician con los emperadores aztecas, como si el México moderno fuera una continuación del imperio azteca. Esto parte de una visión centralista y desde luego falsa. Los emperadores aztecas gobernaron sobre el imperio azteca, no sobre el territorio de lo que hoy es México. 

A la llegada de los españoles el imperio azteca cubría como un 20 por ciento de lo que actualmente es la República Mexicana, además estaban los reinos tlaxcaltecas, mayas, tarascos y un largo etcétera de grupos indios totalmente independientes diseminados por nuestra geografía. A todos ellos los aglutinaron los españoles para formar nuestro país.