RAÍCES

El amor al planeta y las carreras “off-road”

Baja California es una de las regiones naturales más hermosas, biodiversas y mejor conservadas del mundo, pero ha estado cambiando debido, en gran parte, a este tipo de carreras, las que cada vez se celebran en mayor número y sin ningún tipo de reglamentación o control
domingo, 24 de abril de 2016 · 00:00
Un sector de los bajacalifornianos no ama al planeta Tierra ni a Baja California. Esta aseveración parte del hecho de que cada vez son más las carreras del tipo fuera de camino que se realizan en la península bajacaliforniana. Una cincuentena de carreras de este tipo se llevan a cabo sólo en el estado de Baja California. 
El cáncer se está expandiendo a Baja California Sur, donde el año pasado celebraron su primera "Baja 500” y pronto tendrá su primera "Baja Mil” exclusivamente desarrollada en dicho estado. Por otro lado la organización Norra ya está expandiendo sus "Baja Mil” y otras competencias similares e igualmente depredadoras. 
Además siguen proliferando las carreras más cortas como la San Felipe 250, la Camalú, la San Vicente y otras por el estilo. Y todo esto ante el aplauso de todo tipo de autoridades, pero sobre todo de un público que no destaca por su amor y respeto hacia la naturaleza y hacia nuestra península.
La justificación por la que siempre se han permitido estas agresiones, y las siguen justificando, es la supuesta "derrama económica”, la que normalmente únicamente llega a unas pocas gentes. Esa derrama es más bien un mito. Las autoridades no han querido hacer o presentar un estudio donde se cuantifique esa supuesta derrama, y menos aún si ésta justifica los impactos ambientales, sociales y culturales que provoca.
Pero suponiendo que, en efecto, este tipo de eventos produjeran una derrama económica importante, ¿justificaría esto el daño ambiental que producen? Entre estos daños tenemos: erosión, fragmentación de ecosistemas, perturbación de zonas florísticas y faunísticas, degradación de la tierra, posible extinción de especies, destrucción de flora, contaminación del subsuelo, destrucción de hábitats, contaminación acústica, entre los efectos negativos más notables.
 
Las autoridades no han querido hacer o presentar un estudio donde se cuantifique esa supuesta derrama, y menos aún si ésta justifica los impactos ambientales, sociales y culturales que provoca.

DESTRUCCIÓN DE LA NATURALEZA
Siempre se ha considerado que Baja California es una de las regiones naturales más hermosas, biodiversas y mejor conservadas del mundo, pero esto ha estado cambiando precisamente debido en gran parte a este tipo de carreras, las que cada vez se celebran en mayor número y sin ningún tipo de reglamentación o control.
Quienes aplauden este tipo de eventos parece que no se dan cuenta que le están hipotecando el futuro de sus hijos. Parece que no se dan cuenta de los graves efectos del cambio climático, y que éste tiene una relación directa con dichas carreras. 
Parece que no se dan cuenta de que con sus aplausos, le están enseñando a sus hijos a estar en contra de la naturaleza. Le enseñan a sus hijos a ponerse en contra de la naturaleza, a verla como un estorbo y considerarse enemigos de ella, es decir, le están declarando la guerra a la naturaleza.
¿Justifica el dinero el que estemos destruyendo regiones naturales tan hermosas como nuestra península? Las carreras se pueden hacer en muchos sitios ¿por qué hacerlas en un sitio que debería considerarse un santuario natural? 
Baja California es una tierra única, si la impactamos jamás volveremos a tener otra. En lugar de hacerle culto a los vehículos depredadores, ¿porque no rendirle culto a una tierra que nos sustenta y nos da vida? ¿No estamos siendo insensatos al permitir que por unas migajas impactemos y destruyamos un lugar que nos da vida? Incluso, todo el dinero del mundo jamás nos proporcionará un sitio tan maravilloso como nuestra península, con una naturaleza única. 


IMPACTOS "OFF ROAD”
Una de las características de las sociedades mediocres es que no valoran sus propios tesoros y los malbaratan porque no saben cómo sacarles provecho. Eso nos pasa.
Es curiosa nuestra sociedad. En las redes sociales cada día aparecen personas y grupos que se desgañitan por "salvar” perros, gatos, toros, elefantes, tigres, leones, etc. Muchos lo hacen de una manera irracional, al grado que parecen apreciar más la vida de un perro que la de un ser humano. 
Sin embargo, estos grupos y personas nada dicen sobre las agresiones de las carreras fuera de camino. Esas si matan muchos animales y destruyen hábitats, incluso le aportan a la destrucción de nuestro hábitat, ése que permitió que los seres humanos existiéramos sobre este planeta.
Hace unos días celebramos el Día de la Tierra. Pocos lo celebramos en Baja California, ya que son muchos los que prefieren que la impactemos. A veces me da la impresión que son más las personas que le declararon la guerra a la naturaleza, que las que son aliadas de ella.
Desde luego, los impactos sobre la naturaleza no son las únicas afectaciones que hacen las carreras fuera de camino. También hay graves impactos sociales y culturales, además de la corrupción que promueven y la mala imagen para Baja California, pero estos temas ya  los hemos tratado en otros artículos y pronto los retomaremos.
Hace muchos siglos, durante el Imperio Romano, las matanzas de personas eran un espectáculo permitido y aceptado socialmente, producía una gran derrama económica. Pero eran un atentado a la dignidad humana y por eso se acabaron. 

AMOR A BAJA CALIFORNIA
Las carreras fuera de camino son un atentado moderno que también afecta gravemente a los seres humanos, no tan directamente como en los tiempos de Roma, pero hiere a nuestro hogar, el planeta Tierra, y lo hiere gravemente; cada carrera, cada vehículo participante, es una agresión a la Tierra, a la naturaleza y por lo tanto a los seres humanos.
Amar Baja California y su naturaleza es conocerla y respetarla, es saber sobre la flora y la fauna que la habita, es saber sobre su geografía y su geología, es conocer sus mares y sus desiertos. No es pasar por ellos rápido sin poder distinguir siquiera entre un cardón y una pitaya. Es conocer la historia, los hombres y los ideales que la formaron. 
Amar Baja California no es conocer a los personajes que año con año destruyen esta tierra con su pasar "rápido y furioso”, no es celebrar a estos personajes depredadores, los que le apuestan a muchos antivalores de esta tierra.
Tenemos una tierra maravillosa, como no hay otra en el planeta. Pero muchos no la aman, la desconocen y se deslumbran cuando los depredadores ofrecen destruir a cambio de unas migajas llamadas "derrama económica”. Si tuviéramos conciencia de lo que tenemos, jamás permitiríamos tales atentados.
Estimado lector, en lugar de amar una máquina que corre rápido y a un piloto que la conduce, ama y conoce las maravillas naturales que tenemos. Acaricia las plantas y pregúntate lo que le llevó a la naturaleza ponerlas ahí. Ve tu entorno, el mar, las rocas, el desierto, el bosque y reflexiona sobre todo el tiempo y evolución que le llevó a la naturaleza forjar todo esto que hoy lo podemos disfrutar. Pero lo más importante, todo eso nos da vida, nos da unos servicios ambientales incalculables; las plantas nos dan oxígeno, el cielo y los bosques y el mar permiten la lluvia y por ende el agua, la tierra guarda y conduce el agua, los animales aportan lo suyo para nosotros. Y tú, ¿le aplaudes a esas máquinas que están acabando con todo esto? ¿Consideras "héroes” a esas personas que conducen las maquinas? ¿No te parece absurdo aportarle a la destrucción del ambiente que nos da vida sólo para ver quién va más rápido? 
No permitas que destruyan maravillas, maravillas que nos sustentan.


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