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Urgen impulsar robótica

En 2015 y 2016, los equipos de Ciudad de México y Poza Rica pusieron en la punta del medallero al país, por encima de Italia, Alemania, Arabia Saudí, Rusia y China, entre otros, en la competencia mundial de robótica RobotChallenge
martes, 23 de agosto de 2016 · 00:00
AGENCIA REFORMA
Ciudad de México

Con un total de siete preseas, México es el país que más medallas de oro ha conseguido en la competencia mundial de robótica RobotChallenge, una de las más importantes a nivel internacional.

En 2015 y 2016, los equipos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y del Instituto Tecnológico Superior de Poza Rica (Itspr) pusieron en la punta del medallero al país, por encima de Italia, Alemania, Arabia Saudí, Rusia y China, entre otros.

 

Pese a dichos resultados, los participantes no ven a México como una potencia en el sector, pues, advierten, hace falta tecnología.

 

"Vimos cómo otros países que tienen un mayor impacto tecnológico llevaban productos que en México tardan todavía uno o dos años más en llegar”, señala Ángel Antonio de la Cruz, campeón en la categoría de Carrera de Humanoides de RobotChallenge 2016 y estudiante del Itspr.
"Lo que nos hizo ganar fue la dedicación, esfuerzo y trabajo que le invertimos a nuestros prototipos, ya que necesitamos alrededor de seis meses para preparar robots competentes que realmente puedan dar batalla”, dijo.

Juan José Muñoz César, quien desde hace 10 años tiene a su cargo el taller de robótica de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (Esime) del IPN, recuerda que en una competencia en Seattle, un alumno estadounidense exhibía en su mesa equipo de alta calidad, como un sistema de control numérico y una máquina instaladora. Además, usaba una pila para cada combate.

 

"Siempre había gente a su alrededor, queriendo saber más de su robot”, recalca el profesor del departamento de Control y Automatización de la Esime Zacatenco.

 El equipo del IPN, mientras tanto, llevaba equipo más precario, sólo contaba con una pila y a su mesa nadie se acercaba. Pese a ello, ganaron.
"Si quieres competir, necesitas dinero”, advierte el ingeniero.
Sin embargo, acota, los politécnicos han sabido compensar la falta de recursos con su talento.
"Somos la única escuela que ha obtenido el segundo lugar en la competencia de sumo en Japón. Ellos, siendo la capital mundial de la robótica, quedaron en primer lugar”, destaca Muñoz César.
Asistir a dicha competencia no es nada fácil pues, se debe haber ganado previamente torneos regionales y participar con un robot sumo, de 3 kilos, para cuya construcción se requiere una inversión de aproximadamente 60 mil pesos.

Los robots más baratos, explica el profesor, que son para la categoría de mini sumo y que pesan 500 gramos, cuestan alrededor de 10 mil pesos.

 

"Muchos jóvenes están teniendo buenos resultados, con bricolaje, es decir, buscan materiales de dispositivos que ya no usa la gente. Así reducen mucho el precio. Pero no hemos logrado hacer uno de nivel de competencia mundial con cosas de desperdicio”, precisa.

 En general, los equipos representativos del IPN reciben fondos de la institución, sin embargo, apunta Muñoz César, los recursos han disminuido considerablemente.
"Nos pagaban los viajes, si bien muchas cosas las consiguen los propios estudiantes. Pero últimamente nos han limitado mucho, nos dicen que no hay dinero”, declara.
"De la administración en turno depende que nos dé apoyo el IPN. Antes, el taller tenía mucho apoyo, pero ahora es más complicado. Este año el equipo de Zacatenco no ha tenido ningún viaje al extranjero que haya sido apoyado por IPN”, indica.

Motor de crecimiento

Apoyar el talento de los jóvenes en robótica es importante para impulsar la innovación en el país, considera Juan José Muñoz César, profesor del IPN.

 Mucha gente dice que la robótica es sólo de carácter lúdico y no le ven futuro a este tipo de competencias, sin embargo, señala, es fundamental para entender y ser parte de la tecnología disruptiva.

"La robótica ya no es el futuro, es nuestro presente. Ya hay coches que se manejan solos; hacia allá va Uber, y esa es tecnología disruptiva, es lo que no ve la gente”, asegura.

 "El valor agregado está en la tecnología. Seguimos mandando nuestro petróleo y nos mandan gasolina más cara. Eso le falta a nuestros estudiantes: que puedan desarrollar tecnología y se venda conocimiento, no sólo la materia prima. Para eso ayuda el desarrollo de la robótica”.

Motivados y orgullosos

Pese a no tener la facilidad para viajar o los recursos para adquirir la mejor tecnología, los estudiantes que participan en torneos de robótica no se desaniman.

 "Para nosotros es muy satisfactorio ir a competir a otro país, porque finalmente lo que nos está llevando a la competencia es nuestro trabajo”, expresa Luis Daniel Arriaga Esparza, capitán del equipo de robótica de la UP campus Aguascalientes que compitió en la última edición de RoboCup en Alemania.

Su robot asiste a las víctimas en terrenos de desastre con un brazo que puede llegar a medir dos metros y medio de alto para alcanzar a la víctima, darle un botiquín, un radio y una botella de agua.

 

"Algunos equipos se sorprendieron al saber que apenas estamos estudiando la licenciatura, porque competimos con gente de maestría y doctorado, entonces es algo que nos dio mucha satisfacción”, destaca.

 Para Bryan Pérez, miembro del equipo UNAM Space de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México, haber superado en pruebas de eficiencia al equipo del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) durante la competencia Lunabotics Mining Competition 2015 de la NASA fue un triunfo en sí mismo.

"Esa es una de las cosas por las que estamos motivados y orgullosos de que aquí en México, con el poco acceso que tenemos a la tecnología, y lo limitada que es respecto a la que llevan las universidades de Estados Unidos, estamos al nivel de ellos”, señala el tesista de Ingeniería Mecatrónica.

 

Robert-O fue el robot con el que el equipo participó en dicho torneo y en Sample Return Robot Challenge 2016, competencia convocada por la NASA y el Instituto Politécnico de Worcester.

 Con el cuerpo hecho de retazos de aluminio de una fábrica de cocinas, el robot estaba diseñado para recolectar la mayor cantidad de material lunar posible, identificar muestras determinadas y llevarlas a un punto establecido.

En la construcción del prototipo y el viaje al torneo, el equipo gastó alrededor de 750 mil pesos. La universidad los apoyó con el 15 por ciento, otra parte la consiguieron con empresas privadas como Fedex y Cocinas Delta, y de su bolsillo aportaron el 35 por ciento.

 

Si bien, UNAM Space no logró superar la primera fase del concurso pues el robot sufrió un desperfecto en el traslado a la competencia, fueron invitados por la NASA a exhibir su trabajo en el Congreso Mundial de Astronáutica que se celebrará en septiembre.

 Luego de salir a botear al Zócalo y pedir dinero a sus papás, un equipo independiente de robótica de la ESIME Zacatenco pudo viajar a Ecuador para participar en la competencia Robot Games Zero Latitud 2016.

De los cinco robots que los tres estudiantes presentaron, uno obtuvo el primer lugar de su categoría, otro terminó en segundo puesto y uno más en cuarto.

 

"Pusimos de nuestra bolsa unos 3 mil pesos cada uno. Por persona, participar nos costó 7 mil pesos, de los cuales, boteando, obtuvimos entre 5 y 7 mil pesos”, afirma Saúl Uriel Salas Díaz, estudiante de Ingeniería en Control y Automatización de la Esime Zacatenco.

 Como no son el equipo oficial de la Escuela, el IPN no los apoya financieramente, pero al menos les debe firmar unas cartas de autorización para conseguir el dinero por su cuenta.

"Hay muchos talentos y muchas personas que participan de manera independiente, pero, como no son identificados, el Gobierno o las organizaciones que deberían apoyarlos no lo hacen, porque piden muchos requisitos”, acusa el alumno.

 "El Poli debería apoyar a equipos independientes, porque hay muchos alumnos que trabajan por su parte. Ya con el hecho de ser alumnos de sus escuelas debería ser suficiente”.
Gracias al primer y segundo lugar que obtuvieron dos de sus prototipos, Saúl y sus compañeros Julio López y Alejandro Montero ganaron el hospedaje y la inscripción al concurso del próximo año, en la misma sede.


México, el rival a vencer
En tan sólo tres años, México se convirtió en puntero de RobotChallenge, competencia de robótica programada que se celebra desde 2004 en Viena, Austria.

Acumulado de medallas de oro por país:
México 7
Polonia 6
Italia 6
Rusia 3
Latvia 3
Turquía 2

Medallero 2016
:
Posición    Oro    Plata    Bronce
1    México    2    4    3
2    Turquía    2    3    1
3    Polonia    2    2    1
4    Italia    2    0    2
5    Latvia    1    2    0
6    Romania    1    1    2
7    Hungría    1    1    1
8    Saudi Arabia    1    0    0
9    Germany    1    0    0
10    Austria    0    0    1
11    Eslovaquia    0    0    1

Acumulado de México en los últimos tres años:
Año    Oro    Plata    Bronce
2016    2    4    3
2015    4    4    1
2014    1    3    4

Conócelos:
-Mini sumo: mide 10 centímetros y pesa 500 gramos. Su costo es de entre 10 mil y 30 mil pesos.
-Sumo: mide 20 centímetros y pesa 3 kilos. Su costo es va de los 60 mil a los 100 mil pesos.
-Seguidor de línea: tiene un costo de entre 20 y 25 mil pesos.
-Androide: es de plataformas prefabricadas y cuesta alrededor de 60 mil pesos.
-Humanoide: fabricarlo cuesta alrededor de 300 mil pesos.

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