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Amor bajo las olas

El próximo 1 de febrero investigadores del Cicese ofrecerán un conversatorio sobre la vida reproductiva en el mar.
sábado, 28 de enero de 2017 · 00:00
Redacción/EL VIGÍA
Ensenada, B. C.

Para explicar qué factores han favorecido el desarrollo de estrategias reproductivas en especies marinas y determinar si se puede hablar de "amor” como resultante, el próximo miércoles 1 de febrero tres investigadores del Cicese participarán en el conversatorio "El amor bajo las olas: reproducción de moluscos, tiburones y mamíferos”, a las 19:00 horas en el Ceart Ensenada.
Para asegurar su futuro en el mar, las especies animales que lo habitan han desarrollado diferentes estrategias reproductivas que son favorecidas por aspectos como evolución, instinto y aprendizaje. Pero, ¿podemos hablar de "amor” como resultante? Carmen Paniagua Chávez, Gisela Heckel y Óscar Sosa Nishisaki, investigadores del Cicese y miembros del Sistema Nacional de Investigadores, sostendrán una conversación sobre este tema el miércoles en la galería Ernesto Muñoz Acosta del Ceart Ensenada, retomando la serie de conferencias que personal académico de este centro de investigación ofrece ahí de manera gratuita el primer miércoles de cada mes.

Ciclos reproductivos
Sobre el tema en mamíferos marinos, Gisela Heckel señala que los ciclos reproductivos pueden durar un año en pinnípedos (lobos marinos y focas) o dos o más años en cetáceos (ballenas y delfines). "El ciclo reproductivo se refiere a las etapas de apareamiento, preñez, parto, lactancia y cuidado materno.
‘El amor’ aquí sucede durante la temporada de apareamiento, que dura de unos días a un par de meses, dependiendo de la especie. Estas temporadas inician y terminan dictadas por las hormonas, pero también hay un componente importante de aprendizaje para lograr reproducirse.
Los sistemas de apareamiento se refieren a la manera en que se reúnen machos y hembras para reproducirse. En la mayoría de las especies existe la poligamia, es decir, que tanto machos como hembras pueden tener parejas diferentes a lo largo de un ciclo reproductivo.
En los pinnípedos, es muy común la poliginia, es decir, que un macho copula con muchas hembras. Para lograr esto, tiene que pasar por años de aprendizaje sobre la defensa de un territorio o de un harén. En cambio, en cetáceos los sistemas de apareamiento generalmente involucran la cópula de muchos machos con muchas hembras en una misma temporada reproductiva (poliginandria).
En algunos casos, como el de la ballena jorobada, los machos compiten por una hembra durante periodos de unas cuantas horas. Ahí se pelean, dando coletazos unos a otros y la hembra al final escoge al macho que le parece se desempeñó mejor. Todo este comportamiento recuerda un poco a lo que hacemos los seres humanos, ¿o no? Después de todo, somos mamíferos también”.

Moluscos promiscuos
Carmen Paniagua, por su parte, nos comparte dos historias excepcionales de "amor” en moluscos. Estos organismos, "que son invertebrados de cuerpo blando desnudo o cubierto por una concha, son fríos, calculadores, promiscuos y poco amorosos comparados con otros animales.
Algunos de ellos son hermafroditas (cambian de sexo cada temporada reproductiva o contienen ambos sexos durante toda su vida). Su estrategia reproductiva se basa en liberar millones de gametos femeninos y masculinos y dejar que estos se fecunden de una manera azarosa en el agua. Sin embargo, existen algunos organismos excepcionales, como los pulpos y algunas almejas de agua dulce.
El apareamiento de los pulpos es una verdadera rareza de la naturaleza. Los pulpos gustan de vivir solitarios pero cuando maduran y están listos para aparearse buscan a la hembra perfecta. Sin embargo, el macho se enfrenta a graves peligros en esta tarea, ya que las hembras son aficionadas al canibalismo sexual.

Acto mortal
Para evitar este peligro, los machos se mantienen a una distancia prudente durante el apareamiento. Para esto, el tercer brazo derecho se transforma en su tramo final y funciona como un pene llamado hectocotilo. En la cópula, el macho introduce este brazo en la cavidad paleal de la hembra y deposita en ella los espermatozoides. Una vez fecundada la hembra, ésta busca una cueva o cavidad entre las rocas para realizar la puesta de los huevos.
Durante aproximadamente 2 meses la hembra dedicará su vida a limpiar los racimos de huevos y a defender a sus crías de cualquier peligro exterior. La obsesión de la madre por cuidar los huevos es tan grande que deja de comer en esos meses perdiendo todas sus reservas. Al final del proceso, cuando nacen las últimas crías y los racimos quedan completamente vacíos, la madre muere.
Éstas y otras historias interesantes podrán ser escuchados por los ponentes, quienes son expertos en temas marinos el próximo miércoles en el Cearte.

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