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Mezquite, el biorremediador de suelos

Gracias a su capacidad para absorber metales, esta resistente planta norteña se utiliza en la rehabilitación de suelos contaminados por fertilizantes
jueves, 12 de octubre de 2017 · 00:00

Karla Navarro/AGENCIA INFORMATIVA CONACYT
Ensenada, B. C.

El doctor Daniel González Mendoza, investigador del Instituto de Ciencias Agrícolas (ICA) de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), analiza los mecanismos bioquímicos y fisiológicos de dos especies de mezquite, relacionados con su capacidad de absorción de metales.

En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el investigador de la UABC explicó que dicha capacidad dota al mezquite de potencial para ser utilizado en procesos de fitorremediación, por ejemplo, la rehabilitación de suelos contaminados por fertilizantes.

“Se ha usado el mezquite para el proceso de fitorremediación principalmente en Arizona; sin embargo, no se conoce a ciencia cierta cómo se regulan esos procesos de absorción del metal, cuáles son los genes que participan y los cambios bioquímicos que ocurren en la planta”, afirmó.

Subrayó que la importancia de conocer los mecanismos de absorción de metales del mezquite radica en la posibilidad de generar herramientas tecnológicas para manipular la planta y aumentar su eficiencia en los procesos de degradación de contaminantes en suelos.

Los estudios del doctor Daniel González Mendoza en torno al mezquite iniciaron en 2013 y son financiados a través del Fondo Sectorial de Investigación para la Educación SEP-Conacyt.

Planta norteña
El doctor Daniel González expuso que el mezquite es una planta que se distribuye en todo México pero existe en mayor abundancia en ecosistemas del noroeste del país, por ser una planta adaptada al ambiente del desierto.

Apuntó que para la investigación que realiza, se tomaron como modelo las especies de mezquite Prosopis juliflora y Prosopis glandulosa, que destacan por su capacidad para tolerar la salinidad y el estrés hídrico.

“Esa capacidad le permite también tener estrategias bioquímicas y fisiológicas para poder tolerar y acumular mayor cantidad de metales en su tejido”, precisó.

El investigador del Instituto de Ciencias Agrícolas señaló que el mezquite es comúnmente utilizado para la producción de harina y como forraje para alimentar al ganado, actividades que no se excluyen si se aplica para descontaminar suelos.

“La planta puede absorber el metal a nivel de raíz y tallo y no lo absorbe el tejido foliar, esto permite que también pueda ser utilizado por el ganado para consumirla y no representa ningún riesgo para su salud”, resaltó.

Herramienta múltiple
Para conocer los mecanismos por los que el mezquite adquiere su capacidad para absorber metales, el doctor Daniel González aplica diversas herramientas de la fisiología vegetal, con las que ha obtenido información relativa a qué ocurre en la fotosíntesis y en la morfología de la planta durante este proceso.

Precisó que, además de las herramientas fisiológicas, los procesos del mezquite se analizan desde la perspectiva bioquímica para conocer qué enzimas se generan en respuesta a la absorción de los metales, principalmente aquellos que pueden tener un efecto tóxico aun en concentraciones mínimas, como el cadmio (Cd).

El investigador dio a conocer que como resultado han identificado que la especie Prosopis glandulosa tiene mayor tolerancia a los metales que la Prosopis juliflora, por lo que puede ser recomendada como una alternativa en procesos de fitorremediación.

Parte de los resultados obtenidos por el doctor Daniel González fueron publicados este año en la revista Genetics and Molecular Research (GMR), con el artículo titulado Expression of metallothionein type 2 and 3 in Prosopis glandulosa leaves previously treated with copper.

Actualmente la investigación se encuentra en la última etapa con la identificación de los genes que se activan cuando la planta es expuesta a los metales, para conocer cuáles pueden ser inducidos y utilizados como biomarcadores.

Una planta del desierto
El mezquite (Psosopis juliflora) es una planta en forma de árbol o arbusto espinoso que mide entre dos y 12 metros de altura; se distribuye en casi todo el país, principalmente en lugares áridos, desde Baja Cañifornia y Chihuahua, hasta Oaxaca, y de Tamaulipas a Veracruz.

Se desarrolla en zonas de precipitación muy escasa, temperatura alta, humedad escasa e insolación intensa. Crece en una gran variedad de suelos, incluso en los muy pobres con dunas secas y guijosas.

Se recomienda para repoblación forestal de zonas secas y áridas en regiones tropicales y subtropicales; es una especie con un gran potencia para reforestación productiva en zonas degradadas de selva, y ha dado magníficos resultados en zonas secas de Australia y África.

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