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Fue Forjador de Ensenada

La hija del profesor, Víctor Calderón Hernández, recibirá el reconocimiento póstumo de su padre ofrecido por Grupo Madrugadores
lunes, 13 de noviembre de 2017 · 00:00

Redacción/EL VIGÍA
Ensenada, B. C.

El consejo directivo el Grupo Madrugadores designó al profesor Víctor Calderón Hernández como Forjador de Ensenada y este lunes 13 de noviembre recibirá, la hija del docente ya finado, dicho reconocimiento durante una ceremonia que se llevará a cabo a las 09:30 horas en el Salón Casino del Riviera del Pacífico.

Esta distinción es por “sus méritos alcanzados en el desempeño de su actividad educativa, así como sus valores personales y cívicos, que contribuyeron al desarrollo y mejoramiento de nuestra comunidad”.

Semblanza
Nació en Juchitán, Oaxaca, el 26 de agosto de 1898, hijo de Vicente Calderón e Isabel Hernández. Al quedar huérfano de padre y madre a muy temprana edad, su hermano, profesor Mauro Calderón Hernández, lo llevó a vivir con él a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, lugar donde realizó sus primeros estudios y obtuvo el título de Profesor de Enseñanza Primaria en 1915. Una vez obtenido el título se traslada, en 1916, a Tapachula, Chiapas ciudad en la cual empezó a ejercer su profesión. Poco tiempo después, el 11 de marzo de 1922, para ser exactos, contrajo matrimonio con la señorita Mercedes Guillén Rivas. En esa ciudad nacieron sus dos primeros hijos, Gloria y Víctor a los que seguirían nueve hermanos más, nacidos en su largo peregrinar por diferentes ciudades del país.

Aproximadamente en el año de 1925 se traslada a la Ciudad de México y se instala por un tiempo en casa de su hermano mayor, don Lisandro Calderón, reconocido y premiado escritor. Poco después, su carácter inquieto lo lleva, inicialmente, a Villa Hermosa; enseguida a Mazatlán, Tepic (aquí nacen tres hijos más: Rodolfo, Eva y Eduardo), Colima, Manzanillo (en este lugar Teresa, Alicia, Carlos y Vicente vienen al mundo), en todos estos sitios trabaja como profesor de enseñanza primaria y al mismo tiempo, labora en el servicio meteorológico pues, a partir del 26 de julio de 1925, se le había extendido el nombramiento de jefe del Observatorio Meteorológico, dependiente de la Dirección de Estudios Geográficos y Climatológicos.

Viene a Ensenada
Es en Manzanillo, cuando a instancias del connotado escritor y político, don Agustín Yáñez, en ese tiempo inspector de Educación del Estado de Colima, decide probar fortuna en estas tierras que serían la última etapa de su incesante recorrido por el país.

Su llegada a estos lares, en 1939, es un poco precaria, pero no lo suficiente para detener su espíritu aventurero. Inicia como profesor rural en La Misión (aquí nace su penúltimo hijo, Francisco), luego en Maneadero y finalmente, se establece definitivamente en Ensenada en el año 1943 donde nacerá la última integrante de la familia: Magdalena. Aquí iniciará una larga carrera como profesor, interesado en el desarrollo de la ciudad y, sobre todo, en el de los jóvenes estudiantes a quienes apoyará incondicionalmente.

Empezó a trabajar en la escuela Corregidora y al poco tiempo se traslada a la Escuela Secundaria Federal Número 17-B (que después sería la Secundaria Migoni) cuando ésta se encontraba ubicada en las instalaciones de la primaria Justo Sierra (Progreso en aquel entonces).

Mientras tanto, rondaba por su cabeza un proyecto que afortunadamente vería realizarse: la construcción de la Secundaria de El Sauzal (Javier Mejía). Puede afirmarse sin ninguna duda o controversia que se encargó literalmente de toda la construcción, desde conseguir el financiamiento por parte de la Pesquera, hasta ayudar a diseñar los planos, comprar materiales y lograr que muchos profesores aceptaran ir hasta El Sauzal a impartir sus clases sin cobrar un centavo por su meritoria labor.

Fue una lucha titánica en la cual contó siempre con el apoyo de los altos mandos de la Dirección de Escuelas Secundarias de la Secretaría de Educación Pública del país, quienes veían con muy buenos ojos la edificación de una escuela secundaria en El Sauzal.

La fundación fue difícil como la de muchas escuelas que se erigieron en aquellos tiempos; era muy grande la falta de recursos, de profesores, de infraestructura, etcétera; pero, gracias a su perseverancia, sus esfuerzos se vieron coronados cuando la secundaria empezó a funcionar, primero en el salón de sesiones del Sindicato de Trabajadores de la Pesquera del Pacífico, después en la escuela primaria Artículo 123 de El Sauzal, hasta que años después, finalmente, tuvo su propio edificio.

Esta escuela, de la cual fue su primer director, proporcionó a los jóvenes habitantes del pueblito que era entonces El Sauzal, la oportunidad de abrir nuevos horizontes, cambió la vida de todos aquellos que continuaron estudios profesionales y fue como un parteaguas en la tranquila vida de sus habitantes.

¡Tenían una Secundaria!
Corría el año de 1951. No se sabe mediante qué artes logró que los jóvenes que acudían a la escuela desde diferentes lugares aledaños a El Sauzal, tales como: San Miguel, El Junco, El Tigre, Santa Rosa, San Antonio de las Minas, El Porvenir, Valle de Guadalupe, La Misión, etc., viajaran gratis en los camiones que realizaban ese recorrido.

Se dio el caso de un alumno proveniente de Isla de Cedros el cual fue enviado por intermediación de la Pesquera Isla de Cedros con una beca y ahora es un próspero empresario.

Como ya se mencionó, su preocupación fundamental era que los estudiantes tuvieran una oportunidad que definitivamente cambiaría sus vidas y la de sus familiares.

Poco antes de la muerte del profesor Héctor Migoni, don Víctor queda al mando de la Secundaria Federal de Ensenada, causando mucha polémica pues fue durante su gestión cuando las autoridades ordenaron quitar a la escuela su carácter militarizado, situación que le ocasionó muchas críticas y hasta insultos por parte de tradicionalistas y amantes de la disciplina militar. En descargo de su actitud, debe aclararse que no fue iniciativa suya, sino de las autoridades de la SEP que no contemplaban un plantel militarizado en sus proyectos educativos.

Traen el Issste
A fines de los años cincuenta e inicios de los sesenta, en (1961 para ser exactos), en compañía del estimadísimo médico Octavio León Medellín y el no menos apreciado doctor Daniel Barba García, se da a la tarea de traer a Ensenada los servicios del Issste.

Será el profesor Calderón, amigo personal del director de la Fstse, Rómulo Sánchez Mireles, quien se encargará de realizar los trámites en la Ciudad de México. No es necesario decir que los esfuerzos de estos tres personajes se vieron cristalizados y que el primer director de la Institución fue el doctor Daniel Barba García.

Visión a futuro
Gracias a su amplia visión sobre el crecimiento de Ensenada, fue capaz de vislumbrar un futuro que ahora se nos antojaría risible, pero que en aquel tiempo fue providencial: el profesor Calderón Hernández inició los trámites para ceder terrenos que pertenecían a la Secundaria Migoni, para construir la Preparatoria Ensenada (hoy Cobach), la creación de esa escuela también cambió la vida de muchos jóvenes de esta ciudad: el total de la primera generación adquirió un título profesional en diferentes disciplinas.

También se ocupó de tramitar la cesión de terrenos para dar a esta localidad un campo deportivo que mucha falta hacía y que hasta la fecha es utilizado por una gran parte de la ciudadanía: el Deportivo Juan A. Rodríguez Sullivan.

Después de casi 16 años como director de la Secundaria Migoni, en donde realizó una extraordinaria labor, se retiró del servicio educativo el 1 de abril de 1967. Falleció en esta ciudad el 27 de marzo de 1977.

Vida sencilla
En la actualidad, una escuela primaria lleva su nombre, al igual que una calle.

Una vida modesta, una vida de mucha actividad intelectual, un altísimo sentido de la amistad, una vida en la que la honestidad era su bandera principal; una vida dedicada a la docencia, a la verdadera docencia, aquella en la que el profesor aprende de la mano del alumno, lo aconseja y apoya en el momento necesario.

El orgullo y satisfacción de ser un mentor de generaciones hacen de don Víctor Calderón un hombre merecedor de ser recordado con afecto y respeto por quienes tuvieron la fortuna de ser sus discípulos.

Merecedor también de este loable reconocimiento que el Grupo Madrugadores de Ensenada le otorga. Para su familia es y ha sido siempre un ejemplo a seguir por los valores que supo inculcar; su prestancia, su probidad, su rectitud, su singularidad y, sobre todo, esa congruencia e integridad tan difíciles de conservar y que durante toda su vida atesoró.

 

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