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Instalan red sismogeodésica en Guerrero

Ubicada parte en tierra y parte bajo el mar, ayudará a la elaboración de mapas de peligro y proporcionará información para diseñar los reglamentos de construcción
jueves, 16 de noviembre de 2017 · 00:00

AGENCIAS
Ciudad de México

Geofísicos de la UNAM y de la Universidad de Kioto están instalando una red sismogeodésica anfibia en la brecha sísmica que se extiende desde Acapulco hasta Papanoa, en Guerrero.

“Podría ser la antesala de una era instrumental en México que permita hacer ciencia y desarrollar sistemas de alerta altamente sofisticados”, aseguró la máxima casa de estudios en un comunicado.

La red, ubicada parte en tierra y parte bajo el mar (a profundidades de entre mil y 5 mil metros), ayudará a la elaboración de mapas de peligro y proporcionará información útil para diseñar o modificar los reglamentos de construcción.

La extensión de la red forma parte del proyecto “Evaluación del peligro asociado a grandes terremotos y tsunamis en las costas del Pacífico Mexicano para la mitigación de desastres”, que desarrollan ambas universidades.

A raíz de los terremotos del 7 y 19 de septiembre pasado, el gobierno nipón ha seguido apoyando al país en la reconstrucción y prevención de nuevos desastres con fondos para estudios científicos pertinentes, detalló el comunicado.

Estudian procesos tectónicos
Las nuevas estaciones, de acuerdo con el investigador mexicano Víctor Manuel Cruz, permitirán analizar mejor, y como nunca antes se había hecho en México, los procesos tectónicos para cuantificar el potencial sísmico de la brecha, en donde es probable que se origine un gran temblor.

“Se abre la posibilidad de instrumentar no sólo ese segmento de la brecha sísmica de Guerrero, sino también su porción al sureste de Acapulco (epicentro del terremoto de 1957 y en donde podría ocurrir una ruptura importante), o en el Istmo de Tehuantepec, en donde también hay una brecha sísmica preocupante”, señaló Cruz.

En el fondo marino habrá siete sensores de presión hidrostática para observar deformaciones verticales de la corteza continental, dos sitios GPS acústicos para la deformación horizontal y siete sismómetros de fondo marino, que se sumarán a la red terrestre, compuesta de 14 sismómetros ultrasensibles y 33 GPS diferenciales.

“Es un esfuerzo de instrumentación sin precedente en México, en una zona en donde, según evidencia histórica, han ocurrido varios terremotos importantes, al menos siete, en los 20 años previos al último sismo en la región, que aconteció en 1911”, subrayó el investigador sobre la red, que quedará instalada en su totalidad este mismo año.

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