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Misiones de las Californias XXXIX: Misión de Nuestra Señora de la Soledad

La misión comenzó a rendir frutos a partir de los nueve años de su fundación, llegando a contar con graneros, molino, fábrica de queso, botica, taller de zapatos y producción de lana. Sin embargo, su prosperidad fue breve, ya que una serie de inundaciones destruyeron la misión, y más tarde las fuertes lluvias afectaron gravemente su capilla. Actualmente, esta misión es un templo activo y es parte de la parroquia Diócesis de Monterrey, California
domingo, 17 de diciembre de 2017 · 00:00

CARLOS LAZCANO/COLABORACIÓN
carloslascano@hotmail.com | Ensenada, B. C.

Se trata de la misión número 13 de las de la Alta California, y la número 39 de las Californias. Fue fundada el 9 de octubre de 1791 por fray Francisco de Lasuén, el presidente de las misiones de la Alta California y quedaron a cargo como sus primeros ministros los padres franciscanos fray Diego García y fray Mariano Rubí.

La misión fue establecida en la parte norte del territorio de los indios salinan, entre quienes dio principio la evangelización. Esta misión fue establecida con el propósito de ser un punto intermedio entre las misiones de San Antonio de Padua y San Carlos Borromeo.

El paraje donde fue establecida esta misión fue inicialmente reconocido durante la expedición de Gaspar de Portolá que estaba en busca de la bahía de Monterrey. En esta entrada, el padre Juan Crespí creyó entender de unos indígenas de la región la palabra “Soledad”, por lo cual el paraje fue dedicado esta virgen, desde entonces.

Esta misión marca el inicio de la actual ciudad de Santa Cruz, California. La misión se localiza a 600 kilómetros al norte de San Diego, California, al sur de la Bahía de Monterrey, California, a 5 kilómetros al sur del poblado de Soledad.

La misión dio principio con lentitud, ya que se llevó un año en que se levantara la capilla en forma provisional. Como en sus alrededores había poca población indígena, llevó otros seis años en construir un templo mayor. En su primer año en funciones, sólo bautizaron a doce indígenas. Otros problemas del poco progreso de esta misión fue el hecho de que disponía de poca agua y su suelo era poco fértil.

AVANCE Y DECANDENCIA
Fue a partir de los nueve años de fundada que la misión empezó a tener mejor ritmo de avance, llegando a tener más de 600 neófitos. Su año de mayor prosperidad fue 1820, aunque estuvo lejos de las misiones más avanzadas de California.

Además de su iglesia y capilla, esta misión llego a contar con cuatro graneros, molino, fábrica de queso, botica y taller de zapatos. Contaba además con habitaciones para los misioneros y para los neófitos solteros.

Esta misión llego a especializarse en la producción de lana y en la tejeduría. Contaba con una extensa huerta donde había viñedos y diversos árboles frutales. En cuanto a ganado, llegó a tener 6 mil cabezas de ganado, 5 mil ovejas y 600 caballos. Llegó a contar con tres ranchos: el San Lorenzo, San Vicente y San Fernando. Contó con un acueducto de 24 kilómetros de longitud el cual surtía de agua de un arroyo.

Sin embargo, su prosperidad fue breve. En 1824 y 1828 una serie de inundaciones que destruyeron la misión, y más tarde las fuertes lluvias afectaron gravemente la capilla. Más desgracias se presentaron en 1832 debido a nuevas inundaciones. Para cuando la misión fue secularizada, en 1834, se encontraba muy destruida, al grado que cuando la compró don Feliciano Soberanes, en 1846, únicamente pagó por ella 800 pesos, lo cual era una cifra ridícula. Sin embargo, en 1859 el Gobierno estadounidense devolvió la misión a la Iglesia católica.

Muchos años después, entre 1954 y 1955 la misión fue restaurada. En el panteón de esta misión, que se conserva en buen estado, se localiza la tumba de don José Joaquín de Arrillaga, quien fuera gobernador de las Californias y el primer gobernador de la Alta California.

Actualmente, esta misión es un templo activo y es parte de la parroquia Diócesis de Monterrey, California. También cuenta con un pequeño museo sobre la historia de la misión y de la región.

¿QUIÉN FUE EL FUNDADOR DE ESTA MISIÓN?
Este gran misionero, quien sucedió a fray Junípero Serra en la presidencia de las misiones de la Alta California, nació en Vitoria, España, en 1736. Ingresó a la orden franciscana y a partir de 1751 se le consideró fraile. A los 23 años fue enviado a la Nueva España, asignándosele a las misiones de Sierra Gorda, actualmente en el Estado de Querétaro. Ahí nació su relación con fray Junípero Serra. Estuvo en Sierra Gorda hasta 1767, cuando formó parte del grupo de misioneros franciscanos que fueron enviados a las misiones de la Antigua California. Posteriormente, pasó a las misiones de la Alta California, de las cuales llegó a ser presidente a partir de 1784, año en que murió fray Junípero.

Permaneció como presidente hasta su muerte, ocurrida en la misión de San Carlos Borromeo el 26 de junio de 1803. Durante ese lapso fundó nueve misiones que son: Santa Bárbara, Purísima Concepción, Santa Cruz, Nuestra Señora de la Soledad, San José, San Juan Bautista, San Miguel Arcángel, San Fernando Rey, San Luis Rey.

¿QUIÉN ES LA PATRONA DE ESTA MISIÓN?
Nuestra Señora de la Soledad es una variante de Nuestra Señora de los Dolores, una de las más importantes advocaciones de la Virgen María. El culto en España, y de ahí a América, de esta virgen, fue introducido por Isabel de Valois, hija de Enrique II rey de Francia, y esposa de Felipe II de España.
 

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