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Maricultivo y extracción furtiva; son los retos del pepino de mar

sábado, 1 de julio de 2017 · 00:00
Redacción/EL VIGÍA
Ensenada, B. C.

Ante la necesidad de conservar a esta especie de gran importancia económica para el Golfo de California, investigadores del Departamento de Ecología Marina del Cicese gestionaron un punto de encuentro con habitantes y autoridades gubernamentales para socializar y compartir los resultados de estudiar la población del pepino de mar (Isostichopus fuscus), especie amenazada por la extracción furtiva.
Los resultados se derivan de un proyecto apoyado por el Fondo Sectorial Conacyt-Sagarpa, que a finales de 2013 emitió una convocatoria para evaluar el estado de la población del pepino de mar en la costa de Baja California y encontrar sitios adecuados para reproducir y comercializar la especie de la manera más sustentable posible.
Datos actuales indican que la población de pepino de mar ha sufrido una disminución considerable, pues en 2007 la densidad era de 0.27 pepinos por metro cuadrado y ahora es de 0.026, es decir, un orden de magnitud menor. Para cualquier especie, disminuir de esta manera en tiempos relativamente cortos es grave para su conservación.
La causa principal de ello es la extracción furtiva de la especie. Se conoce que pescadores provenientes de la zona de Bahía Quino y Puerto Libertad, en Sonora, cruzan el Golfo de California para extraer pepino de mar. Posteriormente, se cruza el producto a Estados Unidos por la frontera de Arizona (menos restrictiva) y de ahí a países asiáticos. Un pescador furtivo puede vender un kilo de pepino de mar, ya cocido, hasta por mil pesos.

Reproducción en cultivos
Se estima que "por lo menos la mitad de lo que se extrae, no se reporta. Es decir, las capturas ilegales son iguales o más, que las capturas legales”,  informó Luis Eduardo Calderón, investigador del Cicese y responsable del proyecto. "Definitivamente se tienen que explorar nuevas maneras de aprovechar el recurso y una de ellas es a partir del maricultivo”.
Al respecto, se identificaron dos sitios en Bahía de los Ángeles y uno en el archipiélago de San Lorenzo con características fisiográficas y oceanográficas apropiadas para la instalación de maricultivos de pepino de mar. Esto fue resultado de aplicar un modelo de nicho ecológico que consideraba la abundancia relativa y aspectos genéticos y reproductivos del pepino de mar, así como información satelital para conocer a detalle las condiciones oceanográficas.
El pepino de mar es estudiado desde 2005 por el Cicese. Es una especie que se alimenta de materia orgánica, consume bacterias, regula carbonatos y el pH del sedimento, cambia el tamaño de grano de los sedimentos del mar, los oxigena y estratifica.

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