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Encuentran la paz

Luego de vivir el acoso de los Maras Salvatruchas en El Salvador, “Emilia” huyó, con su familia hacia México donde viven sin angustia
miércoles, 24 de enero de 2018 · 00:00

César Martínez/AGENCIA REFORMA
Ciudad de México

Mientras era deportada de México a El Salvador, “Emilia” pensaba que si los pandilleros la reconocían en su ciudad la iban a matar.

Ella, su esposo y seis de sus hijos habían cruzado a México la noche del 4 de noviembre de 2016, huyendo del acoso de los maras.

“Ya me habían matado a dos hijos y a un hermano”, cuenta.

En 2009, su primogénito fue asesinado a los 17 años porque la empresa de autobuses para la que trabajaba como cobrador no había pagado un “impuesto” a la pandilla.

La historia se repitió en 2014, con su segundo hijo de 24 años.

Uno de sus hermanos intentó convencerla de huir a México. Ocho días después, en julio de 2016, fue asesinado por una pandilla que pensó que trabajaba para un grupo rival.

“Emilia” y su esposo se armaron de valor y huyeron de noche hacia Tapachula, Chiapas, junto con sus tres hijos y tres hijas que le sobrevivían. La mayor, que se había salvado de un ataque, estaba embarazada y dio a luz dos días después del cruce.

Cuando iba a ver a su nieta al hospital, “Emilia” fue detenida por agentes de migración. Por más que lloró y aguantó burlas y maltratos en la estación migratoria, fue deportada el 12 de noviembre.

“Iba con mucho temor en el camión porque cerca de donde nos deja están los puntos clave de ellos (los pandilleros)”.

Huyó de El Salvador
Apenas llegó a San Salvador, “Emilia” huyó otra vez a México con su familia.

Los nueve dormían en una habitación del hotel donde comenzó a trabajar y donde personal le informó que podía acudir a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados.

En abril de 2017 la familia de “Emilia” recibió la protección internacional en México y ahora vive en Baja California.

“Mis hijos están estudiando y no están angustiados, no los tengo que cuidar a la hora de la entrada o salida de la escuela. Me siento contenta. Salgo del trabajo y nadie sigue mis pasos. Allá (en El Salvador) sí, los pandilleros me seguían”, comentó vía telefónica.

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