Principal

250 años de presencia franciscana en Baja California

Los primeros franciscanos llegaron con Hernán Cortés a la península. Sin embargo, tuvieron que pasar más de 230 años para que regresaran a estas tierras e iniciar la reorganización del sistema misional dejado por los jesuitas. Aunque fueron escasos cinco años el tiempo que estuvieron en Baja California, la huella de su paso sigue en la memoria
domingo, 8 de abril de 2018 · 00:00

CARLOS LAZCANO/COLABORACIÓN
carloslascano@hotmail.com | Ensenada, B. C.

Los primeros franciscanos que llegaron a la península de Baja California lo hicieron en la expedición que Hernán Cortés realizó entre 1535 y 1536, durante la cual fundó el Puerto de Santa Cruz, el antecedente más antiguo de la actual ciudad de La Paz. Cortés llevó consigo a tres sacerdotes franciscanos, de los cuales no nos han llegado sus nombres. Posteriormente, otros navegantes de la península llevaron también franciscanos, pero su presencia fue efímera.

Pasarían muchos años, y en 1697 los misioneros jesuitas iniciarían la evangelización de Baja California, fundando la misión de Loreto y posteriormente 17 misiones más. En 1767 que los jesuitas fueron expulsados de todos los dominios del Imperio Español. En ese tiempo la península de la Antigua California era parte de dicho imperio, por lo que los misioneros jesuitas que ahí laboraban tuvieron que salir hacia el exilio, después de 70 años de fecunda labor.

Para sustituirlos fueron llamados los misioneros franciscanos, quienes arribaron a la península el primero de abril de 1768, bajo la dirección del célebre y hoy Santo, fray Junípero Serra. Se acaban de cumplir 250 años de esta llegada.

Los franciscanos llegados pronto fueron distribuidos en las misiones dejadas por los jesuitas. Entre ellos hubo varios que posteriormente desarrollaron una labor muy destacada, como fray Juan Crespí, fray Fermín Francisco de Lasuén, fray Francisco Palou, entre otros, de los cuales presentaremos sus semblanzas biográficas. Además de ellos estuvieron Juan Moran, Antonio Martínez, Ignacio Gastón, Fernando Parrón, Sancho de la Torre, Francisco Gómez, Andrés de Villaumbrales, José Murguía, Miguel de la Campa y Juan Ramos de Lora.

REORGANIZACIÓN DEL SISTEMA MISIONAL
El padre Serra duró un poco más de un año en la península, reduciéndose su labor en ella a reorganizar el sistema misional, en lo cual ya tenía experiencia, ya que había desarrollado exitosamente las misiones de la Sierra Gorda en Querétaro. La razón de su corta permanencia en la península fue debida a que se le llamo para que organizara e iniciara el sistema misional de la Alta California, lo cual dio principio en julio de 1769, fundándose así dicha California, que hoy pertenece a los Estados Unidos.

Para iniciar tal proyecto, el padre Serra acompañó las expediciones que fueron por tierra desde Santa María de los Ángeles, la última de las misiones jesuitas, hasta la bahía de San Diego, en donde Serra fundó el 16 de julio la misión de San Diego de Alcalá, la primera de las de Alta California.

Durante el trayecto de Santa María a San Diego, el padre Serra fundó la misión de San Fernando Velicatá, la única misión franciscana establecida en la península, además llevo un Diario en el que describe el recorrido, dándonos de las primeras visiones del extremo noroeste de Baja California, especialmente de la bahía donde hoy se encuentra nuestra ciudad de Ensenada, así como de toda la región entre Ensenada y Tijuana y San Diego. El diario del padre Serra es un documento extraordinario que mucho vale la pena leer, ya que nos describe la región en esa época, con su geografía y su naturaleza virgen, y sus grupos indígenas aun sin presencia europea. Fue gracias a esta entrada que la región noroeste de nuestro Estado, entre Velicatá y Tijuana, quedó incorporada a la dinámica de la Nueva España, al abrirse el camino real entre las dos Californias.

De esta manera el padre Serra ya no regresaría a la península, y en su lugar quedó como presidente de las misiones peninsulares su gran amigo el padre Francisco Palou, quien desarrolló una gran labor.

EXPANSIÓN MISIONAL
Con la presencia franciscana y la fundación de San Diego, todo el territorio de las Californias fue por vez primera dividido en dos provincias: la Antigua California y la Nueva California, las que posteriormente se llegarían a conocer como Baja California y Alta California respectivamente.

El padre Palou había sido alumno de fray Junípero desde el tiempo de Palma de Mallorca, en España, de donde eran nativos ambos. Estuvo con Serra en Sierra Gorda y posteriormente lo acompañó a la Antigua California. Palou restableció el orden en las misiones californianas, roto por la salida de los jesuitas, e hizo toda la planeación para continuar la expansión más allá de San Fernando Velicata, para unir estas con las de la Alta California, recién iniciadas por Serra. Palou tuvo enfrentamientos con los soldados y autoridad civil, al oponerse a los abusos de estos en contra de los indios, e incluso en contra de algunos misioneros.

Sin embargo, Palou no alcanzó a llevar a cabo estos planes de expansión debido a, que en 1773, tuvo que entregar las misiones de la Antigua California a los dominicos, para lo cual ambas órdenes habían llegado a un acuerdo, a petición del rey de España. Y es que desde algún tiempo atrás los dominicos le habían solicitado al rey que les diera presencia en la península, lo cual fue escuchado.

Palou entregó las misiones y emprendió el viaje por tierra hacia la Alta California saliendo de Loreto. Al pasar por donde hoy se encuentran las playas de Rosarito, en un paraje cercano al El Descanso, Palou marcó la primera división entre las Californias, colocando una gran cruz de madera. Durante mucho tiempo a este sitio se le llamó como La Mojonera de Palou, y fue el punto de división entre la Nueva y la Antigua California.

Fueron escasos cinco años el tiempo que duraron los franciscanos en Baja California, breve lapso, sin embargo, la huella de su paso sigue en la memoria.

Después de su salida en 1773, los franciscanos no regresaron a la península hasta bien entrado el siglo XX, teniendo actualmente una presencia importante en ella. Con sede en Tijuana, los franciscanos tienen la Provincia “Fray Junípero Serra”, la que ha venido realizando una gran labor en nuestras ciudades. Son dignos sucesores del padre Serra y sus compañeros, quienes desarrollan una gran labor, tanto en la Diócesis de Ensenada como en las otras diócesis peninsulares.

...

Galería de fotos

Comentarios