Cien años de Soledad, un mito

México, DF - Juan Villoro (DF, 1956) recuerda que, a diferencia del Quijote, Cien años de soledad se convirtió en un mito de la noche a la mañana.

¿Qué significado metafórico le otorga a Cien años de soledad y a Macondo?

Cien años de soledad tuvo un efecto difícil de explicar. García Márquez había publicado antes libros estupendos, pero era poco leído. Su trabajo como periodista, que para mí es su mayor logro, era desconocido fuera de Colombia. Como El Quijote o Las mil y una noches, Cien años de soledad se convirtió en una obra de una aceptación unánime, leída por gente muy diversa, con la diferencia de esto pasó de la noche a la mañana. Fue el surgimiento de una mitología. ¡En los años 60 del siglo pasado alguien narró la invención del hielo!

¿De qué manera influyó en su oficio como escritor y en la generación a la que usted pertenece?

Para mí ha sido decisivo el trabajo periodístico de García Márquez, especialmente en su etapa temprana, en los "textos costeños” que escribió para periódicos de Barranquilla y Cartagena. Su libertad para mirar lo real y encontrarle condición de fábula es una lección inagotable.

¿Cuál fue la primera impresión que tuvo de la obra de Gabriel García Márquez?

El gran problema en la percepción de un escritor tan conocido es que la fama distorsiona la llegada a sus libros. Es imposible "descubrir” a García Márquez. Lo conoces antes de haberlo leído. La figura pública y sus relaciones con políticos entorpece la lectura de sus obras. Después de Cien años de soledad, no dejó de buscar aventuras originales, ya sea en la construcción barroca de El otoño del patriarca o en la decantada parábola de Crónica de una muerte anunciada, para mí su mejor obra de madurez.

¿Qué ha aprendido usted de Gabriel García Márquez y de su obra?

Sus crónicas de la cotidianidad (por ejemplo la historia de una vaca que se instala en una esquina de Cartagena) me han sido esenciales para entender lo cotidiano como una peculiar forma del misterio.