Nacional
Sobreviven a violencia médicos en Tamaulipas
AGENCIA REFORMA
Reynosa, Tamaulipas
Tamaulipas aún padece las secuelas
de sus años más violentos.
Cada vez menos médicos y enfermeras se arriesgan a trabajar en ciertas zonas de
la entidad, lo que ha propiciado que algunos hospitales carezcan de recursos
humanos suficientes para atender a la población, señalan médicos de la
Secretaría de Salud estatal, quienes han sido capacitados por Médicos Sin
Fronteras (MSF) para reaccionar rápido ante emergencias.
La violencia y las condiciones laborales precarias han puesto en crisis al
sector salud, coinciden los médicos.
Aseguran que los profesionales del ramo que quedan deben buscar estrategias para
sobrevivir y hacer bien su trabajo.
MSF eligió la zona para enseñar a los médicos a cuidarse ante el crimen y a
reaccionar rápido ante la escasez de personal.
Rafael Leal, jefe del servicio de urgencias del Hospital General de San
Fernando, quien fue secuestrado en 2011, relata cómo siguen batallando.
Acostumbrados a ser intimidados por el crimen, los médicos siempre tienen
listas bolsas con gasas, con material de
suturación, soluciones, con todo lo que pueden necesitar para atender a un
herido de emergencia fuera del nosocomio.
Esta situación ha disminuido el personal de salud del hospital.
"Tenemos un desabasto de cuerpo médico, faltan anestesiólogos,
ginecólogos, pediatras, todas las especialidades faltan.
"No han llegado médicos, no quieren venir. Y los que han llegado los
asaltan en el camino, los han secuestrado, los han intimidado; se van, no
quieren", describe.
Por ello, asegura, algunas comunidades, como Bonfil y San Germán, se han
quedado sin atención de salud.
"A esas áreas los médicos no quieren ir, piden su cambio. Son médicos
jóvenes, ir a arriesgarse después de estar estudiando siete años, ir a que los
golpeen, los intimiden, no vale la pena para los muchachos, y por un sueldo de
mil pesos por quincena, se me hace irrisorio para un médico que va a arriesgar
su vida".
Por su parte, Nicolás Cisneros, jefe del servicio de urgencias del Hospital
General de Matamoros, indicó que ha sido secuestrado dos veces para que atienda
a heridos.
"Nos han sacado a atenderlos y nos regresan, pero que vaya a hacer algo
que usted no quiere en horas de la madrugada, es duro, humillante, denigrante
para uno".
Aunque asegura que ya son menos los casos de médicos plagiados, eso no motiva a
profesionales de la salud jóvenes para ir a trabajar a Matamoros.
"Tenemos desabasto de los insumos y falta de muchos médicos. Ya nos rebasó
la población", señala.
Érika Romano, galena de MSF que llegó a apoyar a Reynosa, indica que el reto
del sector salud es atender a las víctimas de secuestros, a los testigos de la
violencia y a los familiares de desaparecidos de manera integral, pese a los
pocos recursos humanos disponibles.
Comenta que en Miguel Alemán y en la zona de La Ribereña ningún médico quiere
asumir su rol.
"¿Por qué? Porque los compañeros médicos también han tenido que sufrir la
violencia. A muchos compañeros les ha tocado que a un paciente se le está
atendiendo y llega el contrario y ahí mismo lo agarra a balazos", detalla.
Como medida de seguridad, sostiene que a los pacientes ya no les hacen
preguntas que puedan involucrar al médico --en dónde sucedió eso, quién o cómo
pasó--, sólo se dedican a la parte clínica.
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