NACIONAL

Constitución llega a la “hipertrofia”

miércoles, 11 de enero de 2017 · 00:00
AGENCIA REFORMA
Ciudad de México

La Constitución de México llega con "hipertrofia” al Centenario de su promulgación.
De las 22 mil palabras que contenía en 1917, concentra hoy más de 66 mil tras 699 reformas que la convierten en un texto excesivo, consideran especialistas.
"Hay una clase política verdaderamente voraz de reformas”, ha expuesto el abogado Miguel Carbonell, crítico de la "hipertrofia” de la Carta Magna, que cumple un siglo el próximo 5 de febrero.
"Hasta los cerillos y fósforos están constitucionalizados en México; el pulque, la cerveza, los rastros -establecimientos donde se sacrifica animales para el consumo humano-, el drenaje y alcantarillado. ¿Eso debería estar en la Carta Magna? Sinceramente, creo que no”, sostiene Carbonell, quien propuso una moratoria en materia de cambios constitucionales.
La mexicana es una Constitución que difiere de otras en que no contiene únicamente normas de organización del Estado, sino políticas de gobierno. De allí que acumule tantos cambios, explica la politóloga Soledad Loaeza.
"Hemos mantenido, desafortunadamente, me parece, esta idea de que si una política se constitucionaliza está obligándose al Gobierno en turno a aplicarla”.
Pero tal modelo resta autonomía a los gobiernos para adaptar las políticas cuando el contexto lo reclama, advierte la académica, quien contrasta cómo unas reformas se aplazan mientras otras responden a crisis o emergencias.
"En términos de reformas, hemos sido terriblemente impacientes: en lugar de dejar que una reforma madure, esperamos su efectividad inmediata, y como eso no ocurre la modificamos, no damos tiempo para que dé frutos, y hemos cometido muchos errores; hemos exagerado el reformismo electoral. En cambio, hay reformas que no han cuajado y nos hacen muchísima falta, como la fiscal”, señala Loaeza, quien aconseja entonces distinguir entre principios constitucionales y políticas de gobierno.
Hugo Alejandro Concha Cantú, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, coincide en que no todas las reformas han sido las mejores ni han llegado en los mejores momentos, si bien considera que la Constitución precisa adaptaciones ante una sociedad cambiante, diversa y plural, como la mexicana.
"Deberíamos contar con algún instrumento o conjunto de estándares o indicadores que nos pudieran dar una idea acertada de cuándo esos cambios han sido verdaderamente necesarios, y cuándo han sido para legitimar el uso del poder político”, sugiere el director de la revista Reforma Judicial.
Tal sería, opina, una forma constructiva de celebrar la Constitución, además de recuperar el espíritu de rigidez constitucional, referente a que la Carta Magna, como norma suprema, no sea fácil de reformar.
"Volverlo otra vez un procedimiento extraordinario, agravado, como decimos los constitucionalistas: difícil”.
Habrá que festejar los 100 años que ha permanecido esta Constitución, cuando sus predecesoras no duraban tanto, apunta el historiador Alejandro Rosas, y valora los postulados de la Revolución Mexicana recogidos en el texto, como la educación o el derecho a la tierra.
"El problema es su aplicación. Estamos cumpliendo 100 años de la Carta Magna en un país que se resiste a tener un Estado de derecho. En México el lema es: ‘Hágase la ley, pero en los bueyes de mi compadre’”, dice el autor de ‘Mitos de la Historia mexicana’ y ‘Sangre y Fuego’.Cuestiona también las casi 700 reformas que acumula el documento de 136 artículos.
"Debe buscarse que la Constitución de 1917 se adapte a la realidad mexicana, no a la realidad del sistema político. Ése está podrido, ya colapsó”.

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