Advierten inercia en justicia penal

AGENCIA REFORMA

A un año de su implementación en todo el país, el nuevo sistema de justicia penal enfrenta numerosos pendientes y problemas de operación que dificultan y retrasan su consolidación.

De acuerdo con especialistas, existe rezagos en materia de capacitación especializada, construcción de bases de información, investigación científica, supervisión de medidas cautelares y evaluación de operadores.

Advirtieron también sobre la inadecuada atención a las víctimas, el excesivo tiempo para levantar una denuncia y la deficiente integración de reportes policiales y expedientes.

Martín Carlos Sánchez, director de Renace, consideró que si bien hay avances en distintas áreas no se ha logrado la transformación de fondo del sistema de justicia.

"Los actores tenían que cambiar el chip, pero ese cambio de chip no se ha hecho efectivo, seguimos esperando que estas personas tengan una nueva mentalidad y forma de trabajar", comentó en entrevista.

"Pero no lo están haciendo, siguen en el tema de la tortura, de sembrar evidencias, de hacer mal su trabajo y querer que los jueces les tapen esas deficiencias".

La implementación del nuevo sistema, que entró en vigor en todo el país el 18 de junio de 2016, requirió de 8 años y más de 21 mil millones de pesos de inversión federal y estatal.

En días recientes, voces como la Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, se han pronunciado por ajustar el modelo para subsanar deficiencias y evitar fenómenos como la "puerta giratoria".

Según los especialistas, otros problemas son el rezago en casos en trámite o pendientes de determinación, déficit de asesores jurídicos, atención marginal a víctimas y constantes errores de procedimiento.

El Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC) estimó la semana pasada que, con el ritmo actual, la consolidación del sistema llevará 11 años.

Edna Jaime, directora de México Evalúa-CIDAC, advirtió que el nuevo sistema sigue arrastrando inercias negativas y resistencias.

"Esto tomará tiempo, pero creo que no podemos aflojar el paso, necesitamos un compromiso muy fuerte con que esta reforma funcione. No permitamos regresiones", remarcó. 

"El tener un sistema de justicia de calidad va permitir que se recupere la confianza en las instituciones, un sistema de justicia que funcione también tendrá impacto en la seguridad pública".

El consultor Carlos Mendoza consideró necesario dejar madurar el sistema, porque que si se decide cambiar la dirección o aplicarle "parches", advirtió, se corre el peligro de tener una reforma trunca.

"Se tiene que rediseñar un plan maestro de implementación para poder identificar en cada una de las etapas, de las geografías del país, con cada uno de los operadores, cuáles son la expectativas", señaló.