Nacional
Concentra el 1% un tercio de riqueza
AGENCIA REFORMA
Ciudad de México
El uno por ciento de las familias controla la tercera parte de la riqueza en México, advierte el estudio "La distribución y desigualdad de los activos financieros y no financieros en México”.
Elaborado por el investigador Miguel del Castillo Negrete y publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), detalla que entre 2003 y 2014 la riqueza del país aumentó a una tasa promedio anual de 7.9 por ciento en términos reales, mientras que el producto interno bruto solo lo hizo a un ritmo de 2.6 por ciento.
Esta disparidad, explica, provoca una mayor desigualdad, ya que aquellos que disponen de activos financieros han visto incrementar su ingreso y patrimonio a un ritmo mayor que los trabajadores, cuyo ingreso y riqueza depende tan sólo de las percepciones producto de su empleo.
"En los últimos años la tasa media de rendimiento del capital ha sido del 15 por ciento promedio anual, mientras que el salario mínimo ha tenido un aumento promedio anual del 4 por ciento y las remuneraciones medias por persona ocupada de 3.8 por ciento promedio anual”, apunta.
Si hubiera una distribución equitativa, estima, cada hogar en México tendría en promedio 900 mil pesos en activos físicos -casas, terrenos, automóviles y diversos bienes del hogar- y financieros, monto que, asegura, sería más que suficiente para que las personas tuvieran una vida holgada: cerca de 400 mil pesos por adulto, en promedio.
"Lamentablemente la repartición es muy desigual. Dos terceras partes de la riqueza están en manos del 10 por ciento más rico del país y el 1 por ciento de los muy ricos acaparan más de un tercio”, reprocha.
Ricardo Fuentes, director ejecutivo de Oxfam México, llamó a considerar esos datos para replantear las políticas públicas en el país.
Subrayó la necesidad de impulsar políticas que permitan a todos los mexicanos tener las mismas oportunidades, como educación de calidad, políticas redistributivas, incentivos para el ahorro o protección social universal.
"Políticas públicas para que aquellos que controlan tanta riqueza no utilicen ese poder económico para proteger sus privilegios”, apuntó.
Ciudad de México
El uno por ciento de las familias controla la tercera parte de la riqueza en México, advierte el estudio "La distribución y desigualdad de los activos financieros y no financieros en México”.
Elaborado por el investigador Miguel del Castillo Negrete y publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), detalla que entre 2003 y 2014 la riqueza del país aumentó a una tasa promedio anual de 7.9 por ciento en términos reales, mientras que el producto interno bruto solo lo hizo a un ritmo de 2.6 por ciento.
Esta disparidad, explica, provoca una mayor desigualdad, ya que aquellos que disponen de activos financieros han visto incrementar su ingreso y patrimonio a un ritmo mayor que los trabajadores, cuyo ingreso y riqueza depende tan sólo de las percepciones producto de su empleo.
"En los últimos años la tasa media de rendimiento del capital ha sido del 15 por ciento promedio anual, mientras que el salario mínimo ha tenido un aumento promedio anual del 4 por ciento y las remuneraciones medias por persona ocupada de 3.8 por ciento promedio anual”, apunta.
Si hubiera una distribución equitativa, estima, cada hogar en México tendría en promedio 900 mil pesos en activos físicos -casas, terrenos, automóviles y diversos bienes del hogar- y financieros, monto que, asegura, sería más que suficiente para que las personas tuvieran una vida holgada: cerca de 400 mil pesos por adulto, en promedio.
"Lamentablemente la repartición es muy desigual. Dos terceras partes de la riqueza están en manos del 10 por ciento más rico del país y el 1 por ciento de los muy ricos acaparan más de un tercio”, reprocha.
Ricardo Fuentes, director ejecutivo de Oxfam México, llamó a considerar esos datos para replantear las políticas públicas en el país.
Subrayó la necesidad de impulsar políticas que permitan a todos los mexicanos tener las mismas oportunidades, como educación de calidad, políticas redistributivas, incentivos para el ahorro o protección social universal.
"Políticas públicas para que aquellos que controlan tanta riqueza no utilicen ese poder económico para proteger sus privilegios”, apuntó.
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