Del libro “Un rato de solaz”
Flores del corazón
Por Tomás Álvarez Martínez
Sentí que en la espesura del camino
Las flores a hurtadillas me miraban,
Flores aún cuajadas del rocío
que llora la alborada;
Corolas salpicadas del crepúsculo
Jamás por el instinto mancilladas,
Símbolos del amor ardiente y puro
Que sabe de martirios
Y entiende de alegrías insospechadas,
Un día del paisaje azul
De rosa se vistió y de primavera,
Y pintaron los pétalos,
Y las flores se abrieron;
Más... se asomó a mi vera
El amor con visajes de quimera.
Cuando brota el amor como lirios
Que se alzan del pantano,
Y mantienen sus cálices abiertos
Inmunes al contagio,
El amor es la luz, es fuerza y vida;
Más ¡ay! Que no lo roan los gusanos,
Porque entonces el lirio se marchita
Y el cielo lo devora, y la inmundicia
Sepulta sus despojos
En los antros abyectos y asquerosos
De su tumba sombría.
Oh, que el amor vaciado en el cachorro
De la loca pasión impura y necia,
Debiendo ser lecho de alabastro
Como el vaso que guarda las esencias
De azahares entreabiertos y de nardos.
Del autor: nació en Amatlán de Cañas, Nayarit
Ordenado Sacerdote en Tijuana el 7 de agosto de 1955
Ha estado en varias parroquias de la Diócesis de Tijuana y actualmente en Ensenada.
Del libro "Un rato de solaz”
Himno
Por Tomás Álvarez Martínez
Si apreciamos el don de la vida,
Es preciso cuidar sus encantos,
Cultivar el deporte que anima
Darle al cuerpo el debido descanso.
Combatir el febril nerviosismo
Que la loca ambición nos inspira,
Y en un sano espectáculo anirnos,
Derrochando a raudales la risa.
Compartir, además, los encantos
De la vida, eso es divertirse,
Y olvidar sentimientos nefastos
Y egoístas, ingratos y ruines.
Cultivar sana y limpia la mente
En un cuerpo más sano y dispuesto,
Y amar el trabajo que es fuente
De alegrías y de goces honestos.
Es preciso un vivir más humano.
Es preciso soñar en lo bello,
Dar de mano a temores siniestros
Y aspirar a un destino más alto.
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