GATUPERIO

La respuesta está en el viento

domingo, 16 de octubre de 2016 · 00:00
Por Gerardo Sánchez García

Bob Dylan mereció el Premio Nobel de Literatura 2016 porque es uno de los grandes poetas de Estados Unidos y sus poesías tuvieron trascendencia a nivel mundial.

Las letras de sus primeras canciones están incluidas en las antologías poéticas del vecino país, su estilo y contenido representó todo una revolución literaria en los años sesentas y setentas del Siglo XX.

A Bob Dylan la Academia Sueca le atribuye el: "haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense”.

Que esas grandes poesías vayan acompañadas por los acordes de la guitarra y/o la armónica y otros instrumentos, no les resta calidad literaria. Al contrario, remite a los orígenes de la poesía vinculada a la música. La tradición del poeta-trovador.

Las reacciones han sido diversas, desde los detractores sin fundamento que confunden a Robert Allen Zimmerman -nombre verdadero de Bob Dylan- con un simple músico canta-autor, hasta quienes han cuestionado con seriedad que tal vez haya plagiado las letras de algunas canciones populares norteamericanas para sus composiciones.

También -dicen sus detractores- pudiera obedecer a razones políticas y premiar a un pacifista y rebelde del sistema norteamericano en respuesta a la presencia de Donald Trump.

Sin embargo, hay quienes han reconocido la calidad literaria de Dylan, Leonardo Cohen, otro gran poeta y músico norteamericano declaró al respecto: "El premio Nobel a Dylan es como ponerle una medalla al Everest, a la montaña más alta”.

Icono y símbolo 
En el País -diario español- se reseñó sobre el Premio Nobel de Literatura 2016: "supo captar la agitación, la desorientación, los desamparos y los ideales de aquellos convulsos sesenta. Con sus más de seis minutos de canción, rompiendo en 1965 el molde de single y reventando el concepto de radio comercial, Like a Rolling Stone conquistó el territorio de la ruptura generacional de los sesenta”.

Allan Ginsberg -uno de los grandes escritores de ese movimiento contestatario y contracultural- afirmaba: "Dylan es uno de los más grandes bardos y juglares norteamericanos del siglo XX y sus palabras han influido en varias generaciones de hombres y mujeres de todo el mundo”.

Jorge Luis Borges se refirió en una entrevista a Bob Dylan como un compositor que -cito de memoria- tenía ese acento de las canciones gaélicas que suenan a libertad, a viento fresco corriendo sobre verdes montañas.

Su designación fue sorpresiva, pero tenía años nominado al Nobel, aunque con pocas esperanzas, ni siquiera aparecía en los libros de apuestas que se corren en torno a esos premios.

Icono y símbolo de una generación a Dylan hay que escucharlo y leerlo o reescucharlo y releerlo. Esta será tal vez la primera ocasión, en que la gente al saber de este premio correrá a las tiendas de discos y no a las librerías, pronosticaba El País.

"How many ears must one man have/ Before he can hear people cry/ How many deaths will it take/Till he knows/ That too many people have died” (Cuántas orejas debe tener un hombre/antes de poder oír a la gente llorar/Cuántas muertes serán necesarias,/antes de que él se de cuenta,/de que ha muerto demasiada gente) . (Fragmento de Blowing in the wind).

Periodista con más de 30 años de trayectoria. 
 
elsopordelbuitre@hotmail.com

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