Historia del heavy metal: “guerra a los impostores”

domingo, 2 de octubre de 2016 · 00:00
Por Laura monzón

Los jóvenes de la generación X fueron afectados por el bombardeo consumista y el enfrentamiento político e ideológico de la Guerra Fría, originando en ellos el recelo y la animadversión que impulsaron la creación musical de la llamada Época Dorada del Metal.

Por aquellos años, en que el glam metal comenzaba a ganar popularidad entre la juventud, otro subgénero empezó a gestarse en Estados Unidos.

En respuesta a la sensualidad y el hedonismo que habían invadido la plataforma metalera, convirtiendo a la contracultura musical en un producto comercial para las masas, varios grupos empezaron a moverse en la escena subterránea, componiendo temas un tanto discordantes para los estándares populares de aquellos tiempos.

Rechazaban el glamour impulsado por el canal MTV recién creado, porque el metal se trataba de pasión, rebeldía y coraje, no de vender discos, volverse famosos y vestir como divas del pop. 

Aquellas bandas de glam, cada vez más aclamadas, eran "farsantes” dentro del metal y había que hacer algo, demostrar que a la juventud no sólo le interesaban las fiestas, el alcohol y el sexo. 

La problemática mundial estaba acabando con sus sueños de tener un futuro digno, y era necesario alzar la voz en contra de una sociedad que prefería evadir la realidad, bajo el velo del consumismo y las "buenas costumbres”.

Así fue que, a principios de los años ochenta, empezó a gestarse el primer subgénero de metal extremo, con la intención de declarar la guerra a los "impostores”.

Nace el  "beat violently”
Los antecedentes del thrash pueden encontrarse en algunos temas que aportaron en el subgénero por su sonido, como "Parasite” de Kiss (Hotter than hell, 1974), "Symptom of the universe” de Black Sabbath (Sabotage, 1975), "Rapid fire” de Judas Priest (Britsh steel, 1980) y algunos estudiosos añaden a la lista "Stone cold crazy” de Queen (Sheer her attack, 1974). 

Sin embargo, surgieron otras creaciones más enérgicas con Motörhead y Venom. Además, el estilo menos melodioso y más áspero de las voces de Lemmy Kilmister y Cronos contribuiría bastante en los cantantes de thrash.

Gracias a la influencia de la New wave of British heavy metal (Nwobhm), así como del hardcore punk de Black Flag, Bad Brains, Void y The Damned, se gestaron riffs más dramáticos y distorsionados, acompañados de letras agresivas e irreverentes enfocadas en el nihilismo y la crítica social.

Hay discrepancias en torno a cuál fue el primer grupo en tocar thrash, siendo que, en aquellos años, varias bandas de la escena subterránea estadounidense estaban experimentando, buscando pasar al siguiente nivel y separarse de las canciones "pop” del glam metal. 

No obstante, Metallica merece el reconocimiento, aunque muchas otras ayudarían a asentar las bases musicales y líricas.

Grupos como Exodus, Metal Church, Slayer y Death Angel, de San Francisco Bay Area; Overkill y Anthrax, de New York, así como Suicidal Tendencies y Megadeth, de Los Angeles, llamaron la atención de bandas alemanas que también incursionaron dentro de la escena, como Sodom, Kreator, Destruction y Tankard, aunque con un sonido más duro que el estadounidense, el cual influiría en otros subgéneros, más extremos aún, que nacerían unos años después.

El surgimiento del thrash metal
Lars Ulrich era un adolescente oriundo de Dinamarca e hijo de un tenista profesional, que se mudó a Los Angeles, California, con la idea de entrar en el mundo del deporte, aunque no perdía de vista la escena de la Nwobhm (Nueva ola del heavy metal británico), de la cual era un gran aficionado. Pensando en crear su propia banda como baterista, conoció al otrora joven guitarrista, James Hetfield. 

Cuenta la historia que el nombre de Metallica estaba pensado originalmente para una revista de música, que quería lanzar un amigo de Lars. El dilema estaba entre aquel y Metalmania, por lo que Lars convenció a su amigo de utilizar el segundo y le dejara usar Metallica para su grupo.

Antes de que Metallica se mudara a la zona de Bay Area para consolidarse, algunos músicos pasaron por su alineación, como Ron McGovney, en el bajo, quien diseñó el logo original de la banda, y Lloyd Grant, en la guitarra, colaborando para grabar los solos de guitarra de la primera versión de "Hit the lights”, que apareció cerrando con broche de oro el álbum recopilatorio Metal Massacre I, que sacó Metal Blade Records en 1982.
Durante ese periodo, Dave Mustaine se unió en las guitarras y, luego, Cliff Burton en el bajo, con la condición de que la banda se mudara a Bay Area, porque la ciudad de Los Angeles estaba acaparada por la escena del glam y el hard rock. 

Aunque Dave era un excelente guitarrista, fue despedido por sus problemas de carácter y alcoholismo, para abrirle paso a Kirk Hammett, que tocaba en Exodus.

Con la alineación clásica: James Hetfield (voz y guitarra), Kirk Hammett (guitarra), Cliff Burton (bajo) y Lars Ulrich (batería), el 25 de julio de 1983, salió a la luz Kill’em all, recibiendo excelentes críticas por parte de la prensa y causando furor entre la juventud. El thrash metal había nacido.

Estilo de vida 
En aquellos años, no existía nada más agresivo, rápido y extremo que el thrash metal. Su origen fue una bomba armada en la oscuridad de la escena subterránea, que cobraría más fuerza durante la segunda mitad de los ochenta, influyendo con su sonido explosivo en miles de bandas alrededor del mundo.

La sociedad pensaba que con el thrash, el metal había llegado a su cenit, a la cúspide del nihilismo melódico, y sólo quedaba esperar su declive como moda pasajera, para que todo regresara a la normalidad.

Estaban muy equivocados: de ser un estilo musical, el metal se estaba convirtiendo en una forma de vida para los jóvenes y, para muchos, en una especie de credo.

Por tal razón, varias organizaciones conservadoras se dispusieron a "educar” a los padres de familia. Su intención era perseguir y acabar con aquella música que estaba "pervirtiendo” a sus hijos, con ideas anti-religión, anti-cultura, anti-política, anti-sistema. 

La guerra entre el metal y la sociedad más tradicionalista estaba por comenzar. 

Comunicóloga y Editora. 

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