Una forma de vida

La poeta Liz Durand Goytia considera las personas toman cada día más en cuenta escribir poesía
domingo, 13 de noviembre de 2016 · 02:00
Por Estefania Ibañez

Hace algunas semanas un debate ocupó las páginas de la mayoría de los diarios a nivel mundial y las redes sociales, el tema fue que a Robert Allen Zimmerman, conocido como Bob Dylan se le otorgó el Premio Nobel de Literatura.

Un músico, cantante y poeta, esta última atribución que causa la inconformidad de muchas personas, refiere a un gran escritor que agrega la nobleza de la guitarra a sus poemas, algunos que han formado parte de las antologías poéticas de Estados Unidos.

La música de Dylan es un ejemplo de que en cualquier lugar o pieza se puede encontrar poesía, tal como se encuentra en las calles del puerto de Ensenada.

En la ciudad se hacen lecturas poéticas, además de presentaciones de libros en diferentes recintos. También, se distribuyen tarjetas de corte literario que incluyen la poesía de diferentes autores y una vez al año se realiza un festival dedicado a la paz por medio de la poesía.

Un camino firme
En plática con la reportera de Palabra de El Vigía, la poeta Liz Durand Goytia mencionó que la poesía es una forma de vida; se vive de manera cotidiana porque lo que da vida es lo que emociona, hace reflexionar, duele y en muchos sentidos enfurece.

Ella considera que esos componentes se integran poco a poco a la ciudad, por el simple hecho de que las personas toman cada día más en cuenta escribir poesía.

"Se editan poemarios de autores locales, se reparten fanzines (revistas temáticas), se distribuye Postkarte, en fin, hay una especie de ebullición aunque un poco fragmentada en el tema de la poesía, que sería muy interesante que se unificara para que hubiese más intercambio real de taller, de lecturas, de fajarte con las palabras para decir algo que se sienta. Sería un crecimiento para todos, como yo lo veo”.

Liz es oriunda de Veracruz, pero su andar en la poesía lo comenzó en la Ciudad de México al inicio de la década de los 90, posteriormente llegó para quedarse a Ensenada.

Tomó talleres con Raúl Renán, Luis Rojo, Ethel Krauze, Óscar Wong, Juana María Naranjo y Dolores Castro, autores que Durand lleva tatuados en el corazón por el goce de leerlos y la libertad que transmiten, misma que hoy en día se deja ver en el municipio ensenadense.

"Hay lugares donde los poetas son más abiertos y locos, no tan reservados y la experiencia de compartir con ellos leyendo en el metro, en una carnicería, en la azotea o en un servicio de lavado son intensas y divertidas, el contacto con la gente retroalimenta muchísimo”.

Ese ímpetu que refleja a Liz lo ha compartido en el puerto, pues ha realizado incontables lecturas al aire libre o en escenarios, muchas de ellas han acariciado el alma de los oyentes, para consolar su dolor.

"Fui con las creadoras Ileana Hernández y María Eugenia Sánchez Dávila a leer a una clínica del IMSS en la calle Segunda, una amiga que nos tomaba fotos me dijo que una persona lloraba mientras yo leía un poema. "Están en una condición muy vulnerable por estar en ese lugar y confrontar y desahogar su dolor les ayuda, porque ellos mismos piden temas que sean ‘para llorar’”.

Paz en Ensenada
La celebración por la paz, Palabra en el Mundo, aterriza cada año en Ensenada. Es una fiesta poética abrazada por más artes como la danza y la música.

Se reúnen algunos poetas y la comunidad es testigo de los sentimientos más profundos de autores que quieren expresar gratitud, tranquilidad y amor.

"Es un festival que se realiza con el apoyo de la comunidad. A lo largo de los años se han sumado escuelas, profesores, alumnos, poetas locales y de Tijuana y en una ocasión tuvimos a una destacada dramaturga neoyorkina presentando una lectura dramatizada con actores locales.

"Minerva Muñoz siempre ha sido uno de los pilares del festival en cuanto a la danza, es muy generosa, y han participado Alfonso Arámbula, Adalberto Pérez Meillón, Norma Olivia Paredes, en la música el dueto Niño Van, pero no quiero seguir con menciones porque han sido muchos, muchos poetas de Ensenada o Tijuana.

"Es totalmente independiente y voluntario por parte de todos, es un gran esfuerzo de la comunidad que disfrutamos mucho y que se va haciendo su propio espacio aunque cambie de lugar cada año”.

Ciudad de trova
De esta manera es como a paso lento pero firme Ensenada adquiere una identidad en la poesía, gracias a los promotores mujeres y hombres que transmiten sus luchas, pasiones y obsesiones, a través del ritmo y las metáforas.
Es una manifestación que no sólo se encuentra en libros,  se puede encontrar en las calles, en alguna cafetería o en una charla con amigos.

Los sentimientos y emociones más profundos de los poetas sin miedo a expresarse, sin excepción dejarán una marca en aquel que esté dispuesto a recibirlo, con mente y corazón abierto.

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