GATUPERIO

Turismo gastronómico sostenible

domingo, 20 de noviembre de 2016 · 00:24
Por Gerardo Sánchez García

Antonio Montecinos Torres se autodefine como un gastroperegrino, no un viajero gastronómico, tampoco un gastronauta, sino como aquella persona para la que el viajar a diversos lugares es algo más que conocer platillos y gastronomías regionales o nacionales, es compartir sincera e íntimamente la cultura, el contexto y la espiritualidad -en el sentido más amplio- de una comunidad y de quienes la integran.

Se trata, explica en entrevista, de "experiencias” que van más allá del mero acto de comer para vivir o disfrutar de la comida es la consideración del alimento como expresión cultural, económica, geográfica e histórica.

Filosofía, gastrosofía, diría el autor del libro "Turismo gastronómico sostenible”, que se refleja en esa obra en la que plantea que un destino turistíco-gastronómico no puede darse sin la integración de la comunidad y sin la planificación que establezca como desarrollar los: "servicios, tours, itinerarios, circuitos, diversos tipos de rutas (urbanas, rurales, culturales) los productos integrados con atractivos, recursos y especies endémicas regionales que den como consecuencia destinos gastronómicos y turísticos competitivos con una marca y comercialización rentable” (pág. 7 op.cit).

Otro de los conceptos fundamentales de su libro -y gastrosofía- es el del "sistema de seguridad alimentaria integral”, la cual explica Montecinos Torres es "lograr primero la gastronomía sostenible ( ) con excedentes de producción para alimentar a la población de la región en al menos 25 años”.

"Es inconcebible dar de comer a los visitantes lo que la comunidad receptora no puede adquirir”, dice el doctor en turismo y especialista en planificación gastronómica.

Sistemático y flexible
Previene al respecto de ese turismo depredador sin planificación, con un crecimiento desordenado e improvisado que termina afectando a los habitantes de los destinos, pero que además los hace dependientes muy endebles de una actividad (la turística) sumamente inestable.

En la entrevista ejemplifica el caso de la Ruta del Vino en Baja California, la que puntualiza ni siquiera puede llamarse ruta y que es expresión de lo que no debe hacerse en una gastronomía sustentable.

En la página 226 del mencionado libro define como Planeación gastronómica y turística sostenible: "Plan general integrado con programas y proyectos con una visión a largo plazo metódicamente organizado con un proceso científico sistemático y flexible que fija directrices para tomar decisiones adecuadas, evita la improvisación, bajos resultados y garantiza el logro de objetivos que aporten beneficios socioeconómicos y que coadyugen al desarrollo de la sociedad receptora (...)” .

Un modelo que este gatuperiador no observa en el Valle de Guadalupe, ni en ninguna otra región de una de las entidades turísticas más importantes del país, Baja California.

Un libro difícil de encontrar, apasionante de leer.

(*Turismo gastronómico sostenible. Planificación de servicios, restaurantes, rutas, productos y destinos. Antonio Montecinos Torres, Editado por el Centro Empresarial Gastronómico, México, agosto 2016)

Periodista con más de 30 años de trayectoria.

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