Astronomía y peninsularidad de Baja California

domingo, 6 de noviembre de 2016 · 00:00
Por Marco Moreno Corral

Los primeros documentos existentes sobre la antigua California –hoy nuestra península de Baja California- son los testimonios que Cortés envió a España en 1535, relativos a su toma de posesión de la región localizada en el extremo sur de estas tierras, donde está la actual Bahía de la Paz, que él llamó Santa Cruz, ya que arribó a esa zona precisamente el tres de mayo de aquel año. Entre los pocos escritos que se conservan de aquel suceso, se halla uno que indica que "es buen puerto, seguro de todos los vientos y está a 23° y medio al polo Ártico”. 

Este último dato se refería a la latitud geográfica de aquel lugar, que de acuerdo a la tecnología disponible entonces, fundamentalmente derivada de observaciones astronómicas, debió ser determinada con aparatos como la ballestilla y el astrolabio, con los que "se pesaba” el Sol, lo que significaba observarlo y medir su altura sobre el horizonte.

En 1539 Francisco de Ulloa exploró buena parte de la costa bajacaliforniana del lado de lo que ahora se conoce como Mar de Cortés, llegando hasta la desembocadura del Río Colorado, que entonces, por no estar impedido por las presas ahora existentes en él, vertía un enorme caudal de agua en ese mar interior. Así lo consignó Ulloa y otros miembros de aquel grupo de navegantes. Como era costumbre, en esos viajes iban "cosmógrafos”, que eran personas entrenadas en el uso de las técnicas astronómicas y de instrumentos como los ya mencionados, con los que podían determinar con cierto grado de exactitud, las coordenadas geográficas de los sitios que iban encontrando. Los datos así obtenidos, eran remitidos a España para ser plasmados en los mapas que se producían sobre el Nuevo Mundo. Fue así como individuos que nunca estuvieron en estas tierras, delinearon los primeros mapas de la antigua California, que aunque exploradores como Ulloa aportaron datos sobre su peninsularidad, pronto en la cartografía comenzó a ser representada como una gran isla. En efecto, durante el siglo XVII la cartografía mundial incorporó con el nombre de California a un extenso territorio muy alargado, principalmente debido a los mapas que elaboraron los cartógrafos holandeses, que en su tiempo eran de los más reconocidos, aunque también los ingleses la representaron así.

Verdadera categoría geográfica 
Eusebio Francisco Kino, jesuita que al finalizar el siglo XVII exploró tierras del noroeste de la Nueva España, incluida la antigua California, fue quien demostró la verdadera categoría geográfica que tenía esta última. 

Los conocimientos astronómicos que poseyó este personaje, quedaron manifiestos en las aplicaciones que de ellos hizo para su valioso trabajo de exploración y cartografía. Es importante resaltar que uno de los nombramientos que tuvo en su primer viaje a estas tierras, fue el de Cosmógrafo Real, ocupación bien regulada por las autoridades españolas desde 1504, que se otorgaba a personas que tenían conocimientos astronómicos que podrían llamarse profesionales. 

Cuando hizo ese viaje acompañando al almirante Isidro de Atondo y Antillón en su exploración del sur de Baja California, Kino escribió: "estuvimos unos meses en el puerto y bahía de Nuestra Señora de la Paz, en altura de 24º y más de un año en el Real de San Bruno, en altura de 26º, desde donde pasamos hasta la contracosta y mar del sur, …” En efecto, arribaron a la Bahía de La Paz el 2 de abril de 1683, donde tras diversas observaciones y mediciones, Kino determinó que la latitud correcta de aquel sitio era de 24º 15´. 

Es importante hacer notar, que ese tipo de valores podían obtenerse solamente después de realizar diversas observaciones de la altura que el Sol o algunas estrellas brillantes, alcanzaban en el firmamento respecto del horizonte del sitio de observación, y para ello, usaban astrolabios, ballestillas, nocturnales y relojes de arena. Luego de realizar complejos cálculos matemáticos, ayudados por Tablas Astronómicas que habían traído de Europa, finalmente podían determinar con aquellas observaciones las coordenadas geográficas del sitio que les interesaba.

En esa ocasión, Kino y sus acompañantes exploraron la región de la sierra de la Giganta y en cuatro meses, cruzaron el territorio a lo ancho, llegando a las costas del Pacífico el 30 de diciembre de 1684, donde usando un sextante, nuestro personaje estableció que se encontraban en una latitud con altura de polo de 25º 30´, o sea un grado, cuarenta y cinco minutos más al norte que la misión de San Bruno que poco antes había fundado.

Kino, un astrónomo hábil

Desde aquel primer viaje, Kino dedicó grandes esfuerzos y mucho tiempo para explorar y cartografiar el noroeste de la América Septentrional, actividad que debió estar fundamentada en un proyecto científico propio, pues muchas de las observaciones y mediciones que realizó, estaban destinadas a resolver el problema de si estas tierras se hallaban o no separadas del macizo continental. 

En efecto, diversas descripciones que aparecen en sus escritos así lo indican, pues su trabajo no fue especulativo, sino que lo hizo utilizando sus conocimientos astronómicos y los instrumentos entonces disponibles, precisamente para ese fin. Fue así como informó que en 1698, cuando exploraba desde la costa sonorense a una latitud de 31 grados, en el "rumbo del noroeste, en el muy alto cerro o antiguo volcán de Santa Clara, divisé patentísimamente con anteojo y sin él, el encerramiento de estas tierras de la Nueva España y de la California”. Esta cita indica que ya en aquella fecha había comprobado que la costa de Sonora se unía a Baja California. Debe resaltarse que lo hizo usando un telescopio, instrumento entonces escaso en la Nueva España y más aún en estas tierras, por lo que debió tratarse del primero, o uno de los primeros instrumentos de ese tipo usados en Baja California.

En otra exploración que realizó en octubre de 1700, escribió que "subí a un cerro del poniente y adonde entendimos divisar la mar de la California, y mirando y divisando hacia el sur y hacia el poniente y sudoeste con anteojo y sin anteojo de larga vista, más de 30 leguas de tierras llanas, sin mar alguna”, mientras que en febrero de 1701, informó que "el 22, a mediodía, pesé el sol con el astrolabio, y hallé que aquí este brazo de mar de la California se acaba en 31 grados de altura”.

Finalmente sus exploraciones rindieron los frutos que buscaba y así lo hizo saber al escribir que "pero ahora, ya gracias a Su Divina Majestad, con varias, y en particular con tres entradas de 150, de 170 y de 200 leguas que de aquí de Nuestra Señora de los Dolores al noroeste he hecho, he descubierto con toda individualidad, certidumbre y evidencia con la aguja de marear y astrolabio en mano, que la California no es isla, sino península o istmo, y que en 32 grados de altura hay paso por tierra a dicha California, y que sólo hasta allá cerca llega el remate de la mar de la California.

Sin duda, Kino fue un astrónomo hábil, que en la práctica supo usar sus conocimientos para producir resultados cartográficos de calidad sobre los territorios que exploró, pero además, ese trabajo le permitió establecer a comienzos del siglo XVIII, que el vasto territorio ocupado actualmente por los estados de Baja California Sur y de Baja California, es realmente una alargada y delgada península, tal y como muestra el mapa que elaboró en 1701, donde claramente puede leerse "paso por tierra a la California”. Por otra parte, Kino ilustra bien como la astronomía fue una ciencia que auxilió a los navegantes y exploradores de los siglos XVI, XVII y XVIII en su ardua labor de conocer nuestro planeta, y aunque en la actualidad nos parece una disciplina desligada de lo cotidiano, el saber astronómico ha ampliado y sigue ampliando los horizontes de la humanidad.
 
Astrofísico e investigador del Instituto de Astronomía, campus Ensenada, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
mam@astrosen.unam.mx

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