Historia del metal: no lo aceptaremos

domingo, 6 de noviembre de 2016 · 00:00
Por Laura Monzón

Al inicio de la década de los 80, Ronald Reagan llegó a la presidencia de Estados Unidos enarbolando la bandera del nacionalismo, los valores tradicionales y adoptando una política exterior bastante agresiva en contra del bloque soviético y varios países de América Latina. 

Fue tanto su rechazo contra todo aquello que no comulgara con sus principios, que pronunció uno de los discursos más célebres donde usaría la frase "Imperio del mal” para referirse a la Unión Soviética. 

Aquel sobrenombre tuvo tanto éxito, que se volvió una costumbre llamar "maligno” a todo aquello que se opusiera al "American way of life” (Estilo de vida americano), iniciando una de las más grandes batallas entre la música de la juventud y la sociedad puritana.

Filthy fifteen (las quince asquerosas)
En 1984, a Mary "Tipper” Gore, esposa de Al Gore ?senador del partido Demócrata en aquellos años?, le pareció que el tema "Darling Nikki” de Prince no era apto para su hija, por su letra alusiva al sexo. 

Por tal razón, comenzó a investigar sobre la música que los jóvenes solían escuchar y alertó a algunas amigas, esposas de otros senadores, sobre su descubrimiento: los grupos de rock y metal estaban pervirtiendo a sus hijos, por lo que debían hacer algo si querían salvarlos de la perdición.

Así fue que las "esposas de Washington”, crearon el Parents Music Resource Center (PMRC), para clasificar las canciones según el contenido de sus letras: "X” para temas profanos o sexuales, "O” para ocultismo, "D/A” para drogas o alcohol y "V” para violento.

La misión del PMRC era "educar” a los padres y prevenirlos sobre la execrable música que estaba destruyendo la moral del sueño americano, para lo cual hicieron una lista llamada Filthy Fifteen, que contenía quince canciones "asquerosas”; nueve eran de los grupos de metal: Black Sabbath, Judas Priest, Def Leppard, Mercyful Fate, AC/DC, Mötley Crüe, Venom, W.A.S.P. y Twisted Sister.

Debajo de la cuchilla 
En agosto de 1985, haciendo uso de su influencia, las "esposas de Washington” pidieron a la Comisión de Comercio Tecnología y Transportes del Senado que discutieran las propuestas del PMRC con algunos músicos. 

Ante los medios de comunicación, invitaron a declarar al afamado cantante de country, John Denver, al versado músico de rock, Frank Zappa, y al extravagante vocalista de Twisted Sister, Dee Snider. 

El PMRC quería armar un teatro a su favor, organizando una batalla mediática para hacer trizas al "imperio maligno” del rock y el metal, aunque parecía que no sabían que habían convocado a los artistas equivocados y mucho menos que se unirían para tumbar el discurso conservador.

Dee Snider, el único acusado por el PMRC, a causa del tema "We’re not gonna take it”, fue el primero en enfrentar a la Comisión. 

Como buen metalero que es, llegó ataviado con pantalones y chaleco de mezclilla, una playera negra, botas de piel, el cabello largo suelto y los ojos delineados, representando todo aquello que encontraban detestable en el metal. 

Adrede, sacó el discurso que leería de la bolsa trasera de su pantalón, escrito en hojas de cuaderno escolar dobladas y vueltas a doblar. Los senadores pensaron que lo harían pedazos y eso era lo que Snider quería. 

Cuando comenzó a leer, como si fuese un experto en leyes, lanzó una bomba de argumentos sólidos defendiendo sus canciones y desarmando a la Comisión. Al final, atestó una estocada en la yugular de "Tipper” Gore, quien había afirmado que el tema "Under de blade” trataba sobre sadomasoquismo y bondage, cuando, en realidad, hablaba sobre la operación de garganta del guitarrista.

"Las canciones permiten volcar la imaginación, experiencias y sueños de las personas –comentó Snider?. La gente puede interpretarlas de muchas maneras. La señora Gore estaba buscando sadomasoquismo y bondage, y los encontró”.

Frank Zappa fue el siguiente. Como explicó Dee Snider en una entrevista publicada en Classic Rock: "Se presentó con un traje de Versace, un aspecto muy limpio y ordenado, que no era lo que esperaban. Al igual que yo, no bebía, no se drogaba y era un hombre de familia, casado desde hace mucho tiempo”.

En algún momento de su discurso, Zappa dijo: "La mala información hace malas leyes, y la gente que escribe malas leyes, en mi opinión, es más peligrosa que los compositores que celebran la sexualidad” y agregó que, si tanto les preocupaba a los padres la influencia del "porn rock” en sus hijos, podían comprarles discos de música clásica o instrumental. 

El último turno fue para John Denver, quien suponían apoyaría al PRMC. Contrario a lo deseado por la Comisión, a la mitad de su disertación dijo: "La anulación de las personas en una sociedad comienza, en mi opinión, con la censura de la palabra escrita o hablada. Así fue en la Alemania nazi. Así es en muchos lugares, hoy día, donde los poderosos tienen miedo de las consecuencias de un pueblo informado y educado”. 

Ese día, se puso en evidencia lo absurdo de la propuesta del PMRC de catalogar las canciones, dejando en ridículo a los senadores ante los medios de comunicación y el mundo entero.

De aquella campaña contra la música "corruptora” sólo sobrevivió la etiqueta "Parental advisory”, mejor conocida como "Tipper sticker”, que acabó por convertirse en un atractivo, pues el disco que tuviera una era codiciado por los adolescentes.

Los elocuentes argumentos de los tres músicos a favor de la libertad de expresión y en contra de la censura pasaron a la historia como la gran victoria del rock y el metal contra la sociedad conservadora de los años ochenta.

Editora. 

...

Galería de fotos

Comentarios