Historia del metal: el epicureísmo

“Los años 80 fueron gloriosos para el metal, siendo la primera mitad de la década fundamental para que los subgéneros más importantes del movimiento empezaran a brotar y a ganar estimación entre los jóvenes de todo el mundo”.
domingo, 15 de mayo de 2016 · 00:00
Por Laura Monzón 

Los ochenta fueron otros años, una década llena de tensiones y adversidades. A principios del decenio, Ronald Reagan sufrió un atentado a dos meses de ocupar la silla presidencial en Estados Unidos; el Papa Juan Pablo II fue herido de bala por un extremista turco y comenzó la guerra entre Irán e Irak.
Mientras que Inglaterra y Argentina se enfrascaban en el conflicto de las Islas Malvinas, miles de refugiados palestinos eran masacrados por libaneses en Sabra y Chatila, durante la Guerra del Líbano.
La humanidad pensaba que la guerra nuclear era inminente. La lucha por la supremacía entre las dos grandes potencias iba en aumento, por lo que el gobierno de Ronald Reagan propuso la Iniciativa de Defensa Estratégica, mejor conocida como Guerra de las Galaxias, para proteger a Estados Unidos de los ataques externos.
Por otro lado, la música había perdido a dos grandes personalidades: John Lennon fue asesinado en Nueva York, el 8 de diciembre de 1980 y, cinco meses después, Bob Marley fallecería a causa un cáncer no tratado. Dos íconos de la juventud pacifista habían dejado la faz de la Tierra.
Sin embargo, los años 80 fueron gloriosos para el metal, siendo la primera mitad de la década fundamental para que los subgéneros más importantes del movimiento empezaran a brotar y a ganar estimación entre los jóvenes de todo el mundo.

La era del glamour
Una forma que la juventud estadounidense encontró para darse un respiro ante los problemas ocasionados por las guerras, fue a través de sus intereses: sexo, fiestas, alcohol y mucha música; la idea era divertirse para olvidarse de los estragos que afligían al mundo.
Mientras que la New Wave of British Heavy Metal ganaba terreno en Inglaterra, en Estados Unidos empezó a gestarse el subgénero que pregonaría el hedonismo y el epicureísmo entre la juventud: el glam metal.
Sus antecedentes se encuentran en los años 70, en el glam rock de David Bowie, Slade y Queen, así como en el shock rock de Alice Cooper y el hard rock espectacular de Kiss. 
No obstante, los elementos que harían la diferencia para su afianzamiento fueron el exceso, la vanidad, la sexualidad y la estética, factores importantes de las obras del metal de este lado del océano, representados en escena a través de una imagen andrógina, mezcla de maquillaje, vestimentas un tanto femeninas y cabello esponjado con laca y gel.
Quiet Riot es el grupo que puede considerase como el iniciador del subgénero y que sedujo a otras bandas para darle vida la primera ola de glam metal con Ratt, Mötley Crüe, Autograph, Night Ranger, Dokken, Black n’ Blue y Bon Jovi.
Gracias al éxito del álbum homónimo del grupo californiano Van Halen (1978) y a High way to hell (1979) de la banda australiana AC/DC, un hard rock más apegado al metal comenzó a ganar popularidad en las costas de Estados Unidos: Nueva York y Los Angeles. 
Aunque ambas escenas competían y se ignoraban mutuamente, parecía que la segunda llevaba la delantera en cuanto a grupos musicales exitosos se refiere; pero Quiet Riot tendría varios traspiés antes de que pudiera considerarse como el más influyente de la década. 

Metal health
Corría el año 1973, cuando el guitarrista Randy Rhoads formó la banda con el bajista Kelly Garni, el baterista Drew Forsyth y el vocalista Kevin DuBrow, tomando el nombre Quiet Riot de una frase de la novela Giles Goat-Boy de John Barth.
A finales de los 70, la banda tuvo algo de reconocimiento en la escena musical, aunque no el suficiente como para atraer la atención de las disqueras y radiodifusoras estadounidenses, que aún mantenían sus intereses en la música disco, el punk y la new wave.
En 1977, lograron grabar en Japón su primer álbum Quiet Riot y al año siguiente Quiet Riot II, también en el país asiático.
Estos fueron los dos únicos trabajos con Randy Rhoads en la guitarra, quien acabó por unirse a Ozzy Osbourne en su proyecto como solista, por consejo del bajista Dana Strum.
Con la salida de Randy y el poco éxito de sus dos primeros trabajos, los otros miembros pensaron que Quiet Riot había fracasado y optaron por cambiar el nombre a DuBrow.
No obstante, la trágica muerte de Randy motivaría a Kevin DuBrow a reformar el antiguo grupo en 1982, con Frankie Banali en la batería, Carlos Cavazo en la guitarra y Rudy Sarzo en el bajo. 
Con un poco de ayuda, Quiet Riot logró firmar con CBS Records y, por fin, el 11 de marzo de 1983, salió a la luz Metal Health, que se convertiría en uno de los discos más emblemáticos e influyentes del glam metal, gracias a sus melodías pegajosas y letras que incitaban a la complacencia.
Fue tanta la fascinación del grupo hacia los jóvenes que, con el tema Cum on feel the noize (canción original de Slade), Quiet Riot tumbó del estrado de la popularidad a Thriller de Michael Jackson y Synchronicity de The Police, abriendo las puertas del éxito al subgénero que dominaría la escena musical ochentera en Estados Unidos.
El hedonismo del glam metal y la agresividad del speed metal estaban empezando a resquebrajar las "buenas costumbres” de la sociedad puritana de aquella década. Y aún faltaba más.

...

Comentarios