La armonía de las esferas

El Blues del diablo y mío

domingo, 22 de mayo de 2016 · 00:00
Por Rod Moro

Una de las cosas que le dan valor al arte es la historia o el discurso que exista detrás de cada obra y artista, ambas cosas deben tener algo que decir, algo que contar, y existen muchos artistas que trascienden más allá de la calidad indiscutible de sus obras, llegan más allá por las historias que se acumulan durante su carrera. 
Dentro de la música existen muchos casos donde las historias que giran alrededor del músico son tan fuertes como sus canciones y crean un mito elevando al artista a proporciones fuera de la naturaleza, este es el caso del músico de Blues Robert Johnson.
El blues es un género musical nacido en Estados Unidos. No se sabe bien si es derivado del jazz o el blues fue antes que el jazz, pero en sus inicios son muy parecidos y vienen de la misma raíz. 
Ambos son géneros musicales que nacieron en el pueblo afroamericano, con la muestra de personas atadas a la esclavitud,  por esta razón mucha de esta música se dio en los campos de algodón, graneros y vida en el campo.
El blues (podemos decir que se traduce como un sentimiento de melancolía o tristeza ) y como cualquier otro género musical tiene representantes muy conocidos cuyas historias rayan en la tragedia, después de todo pareciera que el buen arte en general viene acompañado historias complejas e increíbles, este es el caso de Robert Leroy Johnson, mejor conocido como Robert Johnson, un músico, compositor, cantante y guitarrista nacido en Misisipi en el pueblo de Hazlehurst el ocho de mayo de 1911.

De mediocre a virtuoso 
La historia de este personaje ha sido misteriosa y se tiene muy poca información de fuentes confiables. Fue un músico mediocre cuando era muy joven, un principiante en la armónica aparentemente al que nadie hacía caso y los músicos viejos se burlaban de él diciéndole que no servía para eso, que no tenía talento alguno y no podía tocar el blues. 
Después de varios incidentes de este tipo Robert Johnson desapareció por un periodo de un año aproximadamente y regresó convertido en un guitarrista virtuoso, con una calidad técnica y de composición muy superior a cualquiera.
Tocaba ritmos muy complicados mientras cantaba letras sobre mujeres y una encrucijada donde hizo un pacto con el diablo para convertirse en el virtuoso que todos veían.
En el blues era muy común que los músicos estuvieran unidos a la brujería y el Vudú, llevaban un amuleto llamado mojo (se pronuncia moyo) el cual los protegía contra cualquier daño que quisieran hacerles mediante esta religión.
Por esta razón nadie dudó de esa idea, el que Robert Johnson había vendido su alma al diablo.
Tocaba mucho y le encantaba el alcohol y las mujeres, su principal vicio. Un día después de tocar el dueño del bar donde estaba tocando le dio una botella de whisky y la bebió, salió del lugar tambaleándose y se desplomó afuera muriendo al instante, la bebida había sido tratada con veneno por venganza de un marido celoso. 
Robert tenía veintisiete años y de ahí sólo se hizo más grande su leyenda diciendo que el diablo había ido a cobrar el favor hecho.
El joven Robert Johnson murió en Greenwood Misisipi el 16 de agosto de 1938.
Esta historia ha dado la vuelta al mundo y cautivado en películas y libros. Ha causado influencia en músicos que van desde Eric Clapton hasta Red Hot Chili Peppers.
Cabe mencionar que Robert Johnson sólo grabó 29 canciones en dos sesiones y esas canciones bastaron para inmortalizar al guitarrista más influyente de su tiempo.


"Dentro de la música existen muchos casos donde las historias que giran alrededor del músico son tan fuertes como sus canciones y crean un mito elevando al artista a proporciones fuera de la naturaleza, este es el caso del músico de Blues Robert Johnson”.
Comunicólogo y músico integrante de Noisy Monkey
@mondbaum1

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