El documental “Winter on fire: la lucha de los ucranianos por su libertad”

Supongo, como era mi caso, no saben gran cosa de Ucrania; ni de lo que aconteció allí, de 2013 a 2014.  Pero este extraordinario documental tiene tal fuerza de humanidad que uno ya no podrá nunca olvidar a ese bello pueblo y al heroísmo con que enfrentaron el rostro de lo horrible. 

Quizá la principal virtud como trabajo documental sea la inusitada cercanía a lo que está sucediendo; inclusive, con detalles que nos dan la sutileza de las emociones. En ese sentido, creo que se puede decir que este documental emana directamente del centro de la que fue llamada "La Revolución Naranja”. No es un reportaje; es un testimonio.

Un gobierno que de pronto se torna de brutalidad extrema y ataca a palos y balas a cientos de miles de ciudadanos comunes que se manifestaban pacíficamente; provoca la reacción popular más sorprendente que a mí me ha tocado presenciar en mi vida. 

Una hazaña histórica a la altura de los espartanos en las Termopilas. Un pueblo con un amor por Ucrania, por su dignidad y libertad personales y comunitarias, que por más de 90 días de lucha, mostró una conducta de un valor sin medida: entre más los apaleaban las fuerzas del orden en la plaza, avenidas y grandes espacios donde se reunían los ucranianos… más gente se les unía. 

De todo el país llegaban los peregrinos al martirio. Un día, se reunió y marchó un grupo de un millón de personas. Y los rufianes del gobierno, como soldados del mal, todos de negro y con máscaras horribles, seguían golpeando y disparando y matando a la población, que de frente los miraba diciéndoles que ellos también eran ucranianos que no lo hicieran. 

 

Valores y tradiciones 

Otro fenómeno que subraya la excepcional jornada histórica, fue la participación activa, espiritual, en el frente de batalla de todas las religiones unidas para el bien común que necesitaban los ucranianos. Sacerdotes que fueron también baleados; conventos gigantescos que servían de refugio. Cristianismo, Judaísmo e Islamismo se unieron en la lucha. 

En un momento álgido de gran peligro, las campanas de tres cúpulas doradas que se encuentran en el monasterio, tocaron para alertar al Pueblo y vinieran más en apoyo. Esas campanas no se habían tocado desde el 1200, para alertar de una invasión.

Ahora bien; pero quizá lo más hermoso sea el carácter, valores y tradiciones que hacen del ucraniano un pueblo brillantemente solidario. Decían indignados: "El gobierno molió a palos a nuestros niños, a nuestras mujeres, a nuestros jóvenes… ¡Quien se creen que son! ¡Cómo pueden imaginar que se lo vamos a permitir!” Lo dijeron desde el principio de los 90 días, y siempre fueron atacados con brutalidad extrema que obviamente llego al asesinato por medio de francotiradores…

La realidad se fue haciendo cada vez más demencial en los ataques y consecuencias; y más heroica de parte de los manifestantes. Todos los cientos. Los miles que luchaban sabían que cualquiera de ellos podía morir; y todos seguían yendo…  ¡Por Ucrania! Decían, jóvenes y viejos, abuelitas y amas de casa; adolescentes y niños… Todos luchaban.

Hasta que triunfaron. Este documental me impacto profundamente por todo lo que he expresado. Pero me impacto también por ver proyectada en la historia lo que puede suceder en México, como está amenazado, por el endurecimiento de la brutalidad represiva. Todos los mexicanos debiéramos ver este documental; para que reflexionáramos sobre nuestro destino, que o se abre por una opción no violenta; o estalla en un baño de sangre.