Una semblanza de Aida Escamilla de Guevara

domingo, 22 de mayo de 2016 · 00:00
Por María Eugenia Bonifaz de Novelo

Todas las artes exigen disciplina, constancia y talento, pero sin duda el teatro es una de
las que mayores esfuerzos demandan de las personas cuya vocación las lleva a presentarse como actores, directores o guionistas de obras que cada vez que se presentan ponen a prueba todo un conjunto de cualidades.
Aída, "la primera actriz del teatro baja californiano”, como se le ha llamado, por la crítica teatral, nos ha brindado la oportunidad de verla actuar en toda esa gama.
Como actriz, sus presentaciones fuertes y consumadas en obras como El Tuerto es Rey, Mujer de Migajas, La Casa de Bernarda Alba, Electra y La loca de Chaillot, entre muchas otras, dejaron un recuerdo imperecedero en los que tuvimos la suerte de verla interpretar tan disímiles y difíciles personajes.
La presencia escénica que irradiaba, de inmediato sometía la atención del público, pues poseía ese magnetismo necesario para capturar el ánimo de los presentes. Y esto lo logró en Baja California, el noroeste de la República, en el exigente Distrito Federal y en Guerrero también. Basta conocer su extenso currículo para demandar nuestro respeto.
 
"Aída, "la primera actriz del teatro baja californiano”, como se le ha llamado, por la crítica teatral, nos ha brindado la oportunidad de verla actuar en toda esa gama”.

Amor al estudio 
Aída Escamilla de Guevara hasta la fecha, muchos conservan en la memoria sus actuaciones en el ámbito artístico nacional. 
Sorprendía que viniendo de tan lejana provincia se cultivaran con tanto éxito y profesionalismo obras de teatro que exigía el máximo de interpretación.
Por fortuna, Aída Guevara no guardó en sitio apartado los laureles que cosechó a lo largo de
su trayectoria tan plena de entrega. 
Pasó sus conocimientos, adquiridos en la práctica y estudios muy completos de actuación, dirección, escenografía, iluminación y puestas en escena en general, adquiridos en el Instituto Nacional de Bellas Artes, a nuevos aspirantes del arte dramático en diversas instituciones, entre ellas la UABC y el CETYS, donde dirigió varias obras clásicas de Cervantes, Moliere, Aristófanes, y también de diversos autores modernos como Jorge Díaz, Lauro Olmo y Pilar Enciso.
Así mismo, consciente de que se debe empezar temprano a formar vocaciones, alentó el
teatro infantil como directora. Poseedora de una sólida cultura, buscó la forma de entablar un diálogo con la historia a través de fieles representaciones que armó como guionista para dar a conocer a mujeres célebres a través de los siglos en la presentación llamada Mujeres con Mayúscula.
Su creatividad también la indujo a acercar al público bajacaliforniano a la figura de García Lorca interpretándolo como actriz en La Zapatera Prodigiosa, o adaptando obras como Rosita la Soltera, y un mosaico presentado en monólogo de las diversas heroínas del afamado autor.
Como podemos apreciar, ya fuera al frente, o entre bambalinas, ha explorado todos los caminos de la escena con pasión.
Al correr del tiempo su figura nos emociona al reconocer que vivimos a través de su entrega al teatro experiencias que dejaron huella en todos los que presenciamos sus actuaciones y que han pasado a ser páginas imborrables en la vida del teatro bajacaliforniano.
Gracias a su tezón, a su afán por superarse a través del estudio en diversas disciplinas, pero
sobre todo en el arte dramático, logró culminar su vocación, la cual supo conjugar de manera admirable con su papel de esposa y madre de una familia ejemplar de siete hijos.
Pero Aída no descansa, su curiosidad innata, su amor al estudio, su interés por el teatro, siempre
está presente, y nos brindará, sin duda, nuevas emociones, nuevos frutos de su talento.

Escritora de Ensenada. 

...

Comentarios