Ópera contra telenovela, mismo propósito distintas épocas

Si comparamos la funcionalidad social de la ópera con las telenovelas mexicanas, no es una locura realizar una comparación entre ellas
domingo, 8 de mayo de 2016 · 00:00
Por Álvaro Díaz Rodríguez

Desde hace tiempo he querido dar un curso titulado "Curso de ópera, para aquellos que odian la ópera y la seguirán odiando”, con el propósito de mostrar que el género musical tiene la misma función que cualquier espectáculo, y su propósito es la diversión en todos los sentidos, de hecho sólo en algunos casos el objetivo será la reflexión (pero regularmente es en el mínimo de los casos). 
La ópera desde sus antecedentes como lo fueron el Drama Litúrgico en el medievo, los Intermezzos en el renacimiento, o los pastorales al inicio del barroco fueron un espacio de esparcimiento, en medio de un ritual litúrgico, o bien, a la mitad de una obra de teatro o convivencia de los nobles; partiendo de ahí tenemos que uviar a la ópera como una manifestación artística para la recreación, herencia que  se absorbe en la primera ópera Dafne en 1597.
 
"La ópera es un espectáculo que sigue manteniendo lo más importante las pasiones humanas, tanto sus bajezas como su grandeza, la ópera te puede llevar a un entretenimiento de otra época, y ser tan divertida como una telenovela”.


También tenemos que ubicarnos en una sociedad ajena al radio, televisión, y aun más alejada del Internet (Facebook, WhatsApp, Twitter, entre otros), y las computadoras ( Netflix, You tube, por mencionar algunos). 
Así están las cosas la ópera no era un evento glamoroso en donde el público vestía las mejores galas y se portaba silenciosamente al transcurrir las arias de ópera. 
Especialmente a partir de 1637, cuando se abre el primer teatro de ópera público, que tenía que ser autofinanciable; así que ahora la temática tenía que ser atractiva, la seriedad de los temas mitológicos cambia a temas cotidianos, temas con héroes humanos, algunos de ellos defensores del pueblo, y comienza a su vez una ópera más divertida, con artefactos escénicos, caballos en el escenario y cualquier artimaña para atraer el público.

Ahora sí comparamos la funcionalidad social de la ópera con las telenovelas mexicanas, no es una locura realizar una comparación entre ellas. 
He escogido como comparación aleatoria la telenovela Cuna de Lobos de Carlos Olmos, presentada en 1986, con la ópera La Traviata de Giuseppi Verdi estrenada en 1853; sin duda dos obras con alto índice de visualizaciones, en el caso de Cuna de Lobos se tuvo un rating televisivo, en el final, de 78 (esto significa que 78 por ciento de la población con televisión en México estaba al tanto), y La ópera la Traviata solamente en 2013 se presentó en 659 casas de ópera.
De tal manera que la ópera continúa teniendo la misma función de entretenimiento que las telenovelas, pero entonces ¿porqué la gente que ve telenovelas dice que la ópera es aburrida, y la gente de ópera menciona que las telenovelas son cosas de "nacos”, si la función de ambas es la misma?, creo que la respuesta esta una vez más en los estigmas que se tiene de uno y otro.
En la actualidad las casas de ópera en el mundo han luchado por recuperar a un público, que poco a poco se iba perdiendo, de tal manera que muchas óperas de los compositores clásicos se trasladan a nuestro tiempo, de tal manera que los personajes se identifiquen con el público, otra manera de popularizar dicho espectáculo es el transmitir en vivo las funciones de la ópera Metropolitan de Nueva York a cines y otros espacios masivos, y en el caso de la ópera contemporánea realizar temáticas actuales, que sumerjan al público a un espectáculo actual y novedoso.
Pero ¿Qué hacer con las personas que critican a las telenovelas por su contenido mundano, y colocan a la ópera en un universo sublime, superior y casi de dioses olímpicos?, pues creo que nada, a ellos los hemos perdido, simplemente recordar que la ópera desde sus orígenes fue un espectáculo de entretenimientos, en el cuál se podía comer, platicar, y los que tenían el dinero para comprar un palco lo podían utilizar como un espacio de "esparcimiento sexual”; además de recordar que la ópera de Mozart, Wagner, Donizetti, esta pensado en función a un público de su época, con mucho tiempo para disfrutarlo.
La ópera es un espectáculo que sigue manteniendo lo más importante las pasiones humanas, tanto sus bajezas como su grandeza, la ópera te puede llevar a un entretenimiento de otra época, y ser tan divertida como una telenovela.

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