Beuys o el arte de cambiar el mundo

Por Pedro Mota García

En esta ocasión deseo hablarles brevemente sobre uno de los artistas más importantes del siglo XX y uno que ha influido en mi trabajo como artista y docente. Se trata de Joseph Beuys, un alemán cuya producción artística en la segunda mitad del siglo XX proporcionó a las siguientes generaciones (en conjunto con otros) un territorio desde donde desplazarse hacia la no materialidad de la obra de arte. 

Además supo dirigir la atención de su producción hacia objetivos que se alejaban de la tradicional estética para aproximarse más a la ética.

La obra de Beuys puede proyectar una presencia tan fuerte a partir de los elementos simbólicos que la constituyen, que su contenido parece dispararse en todas direcciones y alcanzar zonas escabrosas, por lo que en un principio puede hacernos olvidar que se trata de un trabajo sumamente personal, casi un autorretrato, mostrándonos también parte de su formación religiosa. 

Posee un contenido político denso y una preocupación latente por la naturaleza, pero desde un origen netamente individual y espiritual, en donde un encuentro acontecido durante la segunda guerra mundial y que literalmente le salva la vida, se hará presente de manera recurrente décadas después en forma de fieltro, grasa y miel, al ser él ya una figura principal en la escena del arte internacional.

Joseph Beuys formó alrededor de sí mismo, una mitología y un personaje que más que un artista tenía que ver con una figura chamánica o hasta de mesías, que en el contexto de las neovanguardias, anunciaba la buena nueva de que todos podían ser artistas y que el arte tenía el poder de sanar a quien lo experimentaba. 

En buena parte de su obra, de alguna u otra forma logró recrear la experiencia del momento en el que de acuerdo a su propia historia fue salvado por los tártaros, rescatado de la nieve y cubierto entre grasa y fieltro. 

Si esta historia sucedió o no en realidad, pasa a segundo plano, su presencia aun si fuera sólo virtual y parte de una mitología creada por el propio Beuys, tiene repercusiones reales y se manifiestan en su obra y vida, la cual dentro al menos del personaje se aproximaba a una manifestación mística.

Beuys partía de su propia experiencia para hablar del mundo y cómo éste necesita ser transformado y salvado, volviendo su obra parte de su vida y viceversa, asegurando además que la obra de arte y él como artista tenían el poder para transfigurar nuestro mundo en un lugar mejor.

Al hablar de la investigación social como parte del proceso artístico, así como la preocupación de la naturaleza y la ecología, debemos tener irremediablemente como referencia al personaje de Joseph Beuys (lo llamo personaje porque me refiero a la figura que él diseñó) y particularmente a su conocido performance "I like America and America likes me”, realizado en la galería René Block en Nueva York, en 1974. 

En la obra de "I like America and America likes me” se  nos revela un Beuys místico, que nos refiere a una experiencia que ha definido a la cultura estadounidense: el conflicto del europeo con el indio. Al llegar a Estados Unidos, se negó a pisar suelo norteamericano como protesta a la guerra en Vietnam.

Los elementos que utilizó en su obra, aludían a sí mismo y su posición o visión personal del mundo, convirtiéndose en un caso muy particular al haber logrado un discurso político sin haber perdido o descuidado el interés hacia sí mismo y lo que lo definía como individuo. 

El trabajo de Beuys es complejo y enérgico en sus contenidos, puede ser leído bajo diferentes contextos sin perder fuerza; en ella abundan las vitrinas, armarios y estantes, jugando con la idea y el sentido de la clasificación y la ciencia como su consecuencia; si bien él siempre manejaba la idea de que el arte podía cambiar la manera en que la gente se concebía a sí misma y ser un generador global de cambios sociales y políticos, me parece que en su visión siempre trabajó más con la intención de generar signos polisémicos con estas construcciones que pudieran reflejarse en las acciones posteriores de otros, un arte del futuro que tuviera repercusiones.

Maestro en Artes Plásticas.