Del libro “Un rato de solaz” II

domingo, 29 de enero de 2017 · 00:00
Rama de vid

Por Tomás Álvarez Martínez

Con motivo de la visita del Emo. Cardenal Sebastián Baggio a la Diócesis de Tijuana. 

Hola Jesús, 
Veo que podas tu viña 
¿Qué tal te va
Con esta nueva siembra?

¿Crees que vale la pena
Fatigarte por ella?

¿Y por qué ese instrumento de labranza?
¿No crees que es anticuado?
Las cruces, ya no se usan. 

(J) ¿Sabes qué? Me responde:
Si no uso este instrumento,
No tendría frutos dulces
En mi campo, 
Usar otro instrumento 
Sólo da frutos agrios. 

No comprendo. 
Ahora hay nuevas técnicas
(J) más no son para el cielo; 
Si tu quieres, píntala dorada, 
Pero es la misma cruz y hay que llevarla
O si prefieres, púrpura o escarlata, 
Pero esa es más pasada
-La tuya es muy áspera. 

(J) Sí, así la quiero, 
Sin ningún maquillaje.
-¿Estás enamorado? Lo adivino en tus ojos. 

Y esa rama de vid
Que nace de tu pecho 
¿Qué le llamas tu iglesia?
El mundo no la quiere, 
Es una maquinaria
Demasiada pesada, 
Llena de herrumbre y sarro, 
Muy lenta y complicada
Que apenas si funciona. 

(J) Cállate, no blasfemes, 
-dijo con cierta ira 
-tú sólo ves el forro,
La imagen diluida
De artistas de mal gusto 
Que la han desfigurado. 

Por qué no ves el fondo,
El macizo ciclópeo 
Que desafía los siglos,
Las tormentas, los vientos
¿Qué la azotan y prueban?

¿Te das cuenta?
-Es verdad. 
Nunca había contemplado
Tan hermosa y lozana 
Esta añejada cepa
Que tú has cultivado.

Y con su cruz al hombro
Nos fuimos caminando
Por entre los viñedos
Hablando de mil cosas 
Que él sólo y yo sabemos. 



Por Tomás Álvarez Martínez

Adviento 

Han caído las hojas
Las últimas reliquias del otoño 
Y con ellas se van las esperanzas; 
Aquellas verdes hojas, 
Que hablaban de la vida,
Naturaleza muerta son ahora.
¿Qué será de la tierra, 
Si no florece ya la primavera?

Ya se oye en el desierto 
Una voz que resuena, 
¿Traerá noticias buenas?

Allá lontananza
Surge una blanca estrella
Que anuncia un nuevo día 
Y llena de esperanza 
Al mundo quebrantado que agoniza. 

María, la blanca estrella, 
Ven a darnos la vida, 
Ven a alumbrar al hombre que en tinieblas 
Va sin rumbo, a la ruina, 
Danos el sol que nace de lo alto 
Para que el mundo viva. 

Tú eres nuestra esperanza,
Mira nuestra alma llena de tristeza
Mi corazón anhela 
Volar hasta la cima
Para alcanzar el fuego que reanima. 

María, danos la vida. 

Del autor: nació en Amatlán de Cañas, Nayarit.
Ordenado Sacerdote en Tijuana el 7 de agosto de 1955. Ha estado en varias parroquias de la Diócesis de Tijuana y actualmente en Ensenada. 

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