Del libro “Un rato de solaz” II
Baja California
Por Tomás Álvarez Martínez
Yo sé que los poetas han cantado
A ese bello girón de tierra abrupta:
Yo no puedo cantar ni soy poeta
Sólo sigo el impulso de mi pluma.
Soy un simple juglar que en el camino
Voy gozando la paz de las montañas,
La frescura de oasis escondidos
Y el hechizo de piedras calcinadas.
Voy por la playa sobre las arenas
Saludando a las místicas gaviotas,
Respirando la brisa de los mares
Y escuchando el mensaje de las olas.
El diseño especial de tu figura
Se me antoja un alfanje de corsario
O intrépido bajel que se aventura
En el ignoto abismo del océano.
Todo me habla de heroicas hazañas,
De valientes y nobles aventuras,
De expediciones casi sobrehumanas
De inmortales titánicas figuras.
Esa eres tú, segunda patria chica:
Rocas, polvo desierto, mar y cielo,
Bosques en las alturas encumbradas
Y oasis de solaz en el desierto.
Y a mis pies el oleaje contemplando,
Tuve la sensación de la grandeza,
Se quedaban mis ojos abismados
Donde se une el cielo con la tierra.
Del autor: nació en Amatlán de Cañas, Nayarit.
Ordenado Sacerdote en Tijuana el 7 de agosto de 1955. Ha estado en varias parroquias de la Diócesis de Tijuana y actualmente en Ensenada.
Invitación a lectura por Liz Durand Goytia
Uno de los privilegios que nos proporciona la lectura es conocer personalmente a los autores. En esta ocasión quisiera compartir la obra de la poeta michoacana residente en la Ciudad de México María Elena Cerecero, cuya obra es intensa, madura y depurada. Espero que la disfruten.
Porque del sueño despiertas; de la realidad, no.
Elena Garro
Como el agua caminas
murmurante y serena,
sin temor ala vida
con la sonrisa abierta.
Adónde te llevaste
tus ojos de esperanza
y esa noche trenzada
cubriendo tu cabeza,
adónde tus caderas
de poderoso andar.
Tal ves estás, muchacha,
enredada en el tiempo
y acomodas tu espalda
en lejanas praderas,
tu fuerza de relámpago
entre verdes morados.
Caminas como el agua
murmurante y serena.
Sin título
En el viento me voy,
en agua de colores
sigo el aire quemado de tus ojos,
polvo de flor que habita el universo
entre nube y estrella.
Como septiembre
me deshago en lluvia,
en el viento me voy
con la esperanza a cuestas;
vago en las alas de la madrugada
entre nube y estrella.
En el viento me voy
como septiembre,
en el agua y la tierra confundidas,
ligera voy de pensamiento
entre nube y estrella.
Poemas del libro Llanto por el Oriente, Editorial Praxis, 2012.
De la autora: María Elena Cerecero (Zitácuaro, Michoacán, 1938), poeta y narradora. En 1984 inició sus estudios de literatura, en talleres literarios impartidos por Edmundo Valadés, Carlos Illescas, Orlando Ortiz, por mencionar algunos.
En 1992 obtuvo la mención honorífica en el concurso anual de haiku de Japan Air Lines.
Ha publicado los poemarios "Las lluvias rojas”, "Los caprichos del agua” y "Poemas de uso diario”.
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