Gatuperio

Temblores

domingo, 1 de octubre de 2017 · 00:00

Por Gerardo Sánchez García* 


Frágiles. 
Los movimientos telúricos no sólo causan miedo, ponen en evidencia la fragilidad del ser humano ante la naturaleza.


Doblegan la arrogancia de una humanidad que se cree poderosa sobre el planeta. Derriban la soberbia del hombre que presume saber mucho y de pronto se da cuenta que todo ese conocimiento se desmorona en unos instantes, que su altivez no sirve de nada ante un leve espasmo de la tierra.


Nos dejan frágiles, indefensos, pasmados por el miedo, la sorpresa y la catástrofe, escribe José Emilio Pacheco, en su poema elegíaco Las ruinas de México, publicado en el libro Miro la tierra, Ediciones Era, 1986.

I #8
Así de pronto lo más firme se quiebra
se tornan movedizos concreto y hierro,
el asfalto se rasga, se desploman
la vida y la ciudad. Triunfa el planeta
contra el designo de sus invasores.


II #5
Suelo es la tierra que sostiene,
el piso que ampara la fundación
de la existencia humana. Sin él
no se implantan ciudades y no puede alzarse el poder.
“Los pies en la tierra”
decimos para alabar la cordura,
el sentido de la realidad.
Y de repente
el suelo se echa a andar,
no hay amparo:
todo lo que era firme se viene abajo.

Divinidades 
El temblor no sólo derriba edificios, soberbias y esperanzas, sacude dogmas y creencias. Replantea filosofías y doctrinas propias y ajenas. Ante un desastre natural, las ideas del hombre sobre una sola o las muchas deidades también se tambalean.


II #11
Llega el sismo y ante él no valen/
las oraciones ni las súplicas./
Nace de adentro para destruir/
todo lo que pusimos a su alcance./
Sube, se hace visible en su obra atroz./
El estrago es su única lengua./
Quiere ser venerado entre las ruinas.

Solidaridad y villanía 
Si bien José Emilio Pacheco describe el miedo y el desastre, elogia asimismo la solidaridad y repudia a los saqueadores, a aquellos cuya maldad y corrupción hizo más grande la tragedia.


II #8
Para todos ustedes acción de gracias perenne.
Porque si el mundo no se vino abajo
en su integridad sobre México
fue porque lo asumieron
en sus espaldas ustedes,
héroes plurales, honor del género humano,
único orgullo
de cuanto sigue en pie sólo por ustedes.


II #
Reciba en cambio el odio,
también eterno, el ladrón,
el saqueador, el impasible, el despótico,
el que se preocupó de su oro y no de su gente,
el que cobró por rescatar los cuerpos,
el que reunió forturnas de quince mil millones de
escombros.


Aunque Miro la tierra fue publicado en 1986 -y estaba dedicado a los muertos de septiembre de 1985-, lo escrito por el poeta es intemporal, incluye y describe pasadas, recientes y futuras víctimas, desolaciones, espantos.

“Doblegan la arrogancia de una humanidad que se cree poderosa sobre el planeta. Derriban la soberbia del hombre que presume saber mucho y de pronto se da cuenta que todo ese conocimiento se desmorona en unos instantes, que su altivez no sirve de nada ante un leve espasmo de la tierra”.

*Periodista con más de 30 años de trayectoria.
 

...

Galería de fotos

Comentarios