CRUZANDO CULTURA

UN PROYECTO QUE SIGUE TOCANDO VIDAS

domingo, 8 de octubre de 2017 · 00:00

Por Marcela Danemann*

A mí me gustan las historias felices. Y si en ellas los protagonistas son niños no puedo disimular y se me dibuja una sonrisa en la cara. En el Centro Jimena, aquí en Ensenada se teje la historia de un proyecto artístico, social y comunitario que involucra a más de doscientos niños y jóvenes que también sonríen. 


Ellos, con un ritmo casi maratónico que marca su compás, encuentran día a día una oportunidad de desarrollo a través de la música.


Allí, en un edificio recuperado y puesto en valor por la Fundación Barca, funciona la sede de la Orquesta y Coro Esperanza de Ensenada que es parte de la Red Nacional de Orquestas Esperanza Azteca de Grupo Salinas. 


Ensenada ha recibido este proyecto hace ya cuatro años y actualmente el Patronato de la Orquesta persigue el objetivo de continuar reforzando este programa social, entendiéndolo como un catalizador indispensable para la cultura y el desarrollo.


Este es un modelo alternativo de educación musical dirigido a niños y jóvenes de escasos recursos o que transitan por cierta situación de vulnerabilidad y no solo hace posible la práctica coral o la ejecución de un instrumento sino que va más allá, afianzando conceptos tan genuinos como el sentido de responsabilidad y pertenencia, la apreciación de valores, el compañerismo y la superación personal.

Una historia feliz
Grandiosamente calificada por el escritor Jorge Luis Borges como “la misteriosa forma del tiempo” en su magistral Poema de los Dones, la música es una gran compañera de vida, y está donde hay celebración, dicha, tristeza. Diariamente, se encuentra moviendo emociones y penetrando en las fibras de los menudos integrantes de esta orquesta


Dentro de su plan de estudios, los niños y jóvenes de la Orquesta y Coro Esperanza de Ensenada aprenden e interpretan repertorios sinfónicos y corales de música clásica y popular. Ambas corrientes musicales, son parte de la educación artística de calidad que cada integrante recibe de manera casi gratuita durante veinte horas semanales y que desarrolla aportándole su propia sensibilidad.


Un gran incentivo para los niños participantes es la programación anual de conciertos y presentaciones. De esta manera, comparten con el público sus avances y en ocasiones se integran a giras artísticas participando de encuentros en otros Estados de la República. 


¿No quisiera ofrecerles su aplauso? El próximo 12 de octubre, a las 19:00 horas es una nueva oportunidad de apreciar sus avances asistiendo al concierto que ofrecerán en la emblemática Sala de Barricas de Bodegas Santo Tomás, en esta ocasión bajo la batuta del director invitado, el maestro Ara Ghukasyan.


En esta historia feliz, imagino una sala llena. Los chicos, agradecidos.

“Ensenada ha recibido este proyecto hace ya cuatro años y actualmente el Patronato de la Orquesta persigue el objetivo de continuar reforzando este programa social, entendiéndolo como un catalizador indispensable para la cultura y el desarrollo”.


*Promotora, gestora cultural y redactora independiente para medios gráficos y digitales.
marceladanemann@yahoo.com


 

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